XII. Todos tenemos una historia que contar.

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Ha pasado una semana desde la visita a León en aquel edificio. Siete días en los que Galia y Andrés continúan haciendo como si nada sucediera, ninguno se ha atrevido a mirarla a los ojos para preguntarle qué es lo que siente. En este momento ella se siente más que lista para esa conversación, incluso ha ensayado lo que dirá...

"Me siento confundida, me había sentido mal y lo callé demasiado tiempo, ahora veo las consecuencias de mi silencio. Pero estaré bien, León aseguró que había mucho por hacer".

Pero simplemente nadie se acerca a hablarle sobre el tema. Cada día se levanta recibiendo los mimos de todos en casa, Elisa se encarga de preparar postres que puedan resultar placenteros para Annia, Camila no para de planear noches de chicas en las que intenta enseñarle a maquillarse y coquetear con chicos, Andrés llega cada día con una flor que no tarda en marchitarse, Nicolás se da a la tarea de hacerle un dibujo cada día aunque ninguno consiga reflejar lo que siente, y Galia le ha comprado cuantos libros encuentra al salir al centro comercial. Y aunque es en cierto modo agradable su hospitalidad, no es difícil comprender lo que hay detrás de cada una de sus acciones. Miedo.

Por instantes da la impresión de que quieren hacerla sentir bien considerando la posibilidad de que pueda tratarse de sus últimos días, ¿va a morir? O mejor dicho, ¿ya dieron por hecho que morirá? Tal vez, pero no hay como culparlos, ella todavía lo daba por hecho hace una semana. Hoy se ha convertido más en una incertidumbre que no está segura de si quiere dejar de sentir.

Sale de la habitación como cada mañana, se prepara para ir a la escuela a la que se ha ausentado durante estos días por presentarse a chequeos médicos incómodos y pláticas en las que le explican lo que son las quimioterapias y cómo se dan. Le han hablado de los efectos de estas, le aseguraron que se sentirá cansada, hay quien dice que el cabello se cae, también que habrá días en los que no podrá comer nada y otros en los que todo lo que coma será expulsado. En una de esas charlas se preguntó, ¿qué es lo peor que podría pasar? A lo que una enfermera malhumorada con poco tacto respondió: "La muerte".

—No olvides que en la tarde tienes que ir al grupo de apoyo —dice Galia cuando la chica está por irse.

Ella solo asiente y sale de casa sin esperar a Nicolás. Piensa en la gran cita que le espera en la tarde, bastó con contarle a León sobre la evidente dificultad de sus padres para hablar con ella, para que considerara útil enviarla a un grupo de apoyo para sentirse acompañada de gente en su misma situación. ¿Realmente le ayudará? No lo tiene muy claro, pero es cierto que compartir sus miedos con alguien que sepa lo que sucede es algo que resulta necesario, y hasta este momento, León se ha convertido en ese único confidente.

Empieza a resultar desgastante e incluso incómodo sentir lejos a su familia y que al mismo tiempo actúen como si sintieran lástima por ella. Como si se estuvieran preparando para su partida. Aunque hay quien dice que el cáncer entrando a la vida de una familia nunca ha sido un momento fácil. Nadie está preparado para ello. No podría enojarse con ellos si, después de todo, se sienten igual de asustados que ella. Pero, ¿no fueron ellos quienes le aseguraron hace varios meses que enfrentar los problemas juntos hace menos pesada la carga? ¿Entonces por qué ahora la dejan sola? Tal vez es la forma de decir: "Cuando quise estar para ti, me rechazaste, ahora arréglatelas sola".

Lo que es un hecho, es que no parece importar lo que haga, lograr que se acerquen a ella es tan complicado como para ellos ha sido conseguir que Annia no se aleje.

Llega a la escuela donde Damián ya la espera con una gran sonrisa, en los últimos días ha sido demasiado servicial y amable con ella. Ella asume que busca el momento perfecto para contarle sobre el inicio de su relación con Joana, aunque ninguno muestra afecto alguno, no ha resultado difícil visualizar con lujo de detalle cómo fue esa conversación con ella el día que Damián se fue del parque, casi puede imaginar el beso romántico que terminaría con el silencio de ambos respecto a sus sentires.

Sin CaerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora