XV. Una bailarina rota.

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El sonido del viento que sopla por las calles resulta lo suficientemente frío para que ni Annia ni Elisa quieran bajar los vidrios del auto, parece ser de esos días en los que quitarse el suéter no es una necesidad. Annia mira el camino mientras Elisa conduce de regreso a casa, ha sido una semana y media en el hospital que pasó demasiado rápido después de recibir su primer quimioterapia. Fue interesante el hecho de encontrarse con un par de personas que conoció en el grupo de apoyo además de Carlos.

Tanto para ella como para Elisa ha sido curiosa la facilidad que encuentran los enfermos y sus familiares para hablar de la situación a la que se enfrentan. Es como si buscasen el pretexto perfecto para contar las anécdotas más impactantes que puedan relacionarse con las tan aclamadas quimioterapias. Algunos llevaban más de 2 años peleando con el cáncer, otros hablaban de casi toda una vida enfrentándose al gran enemigo, unos cuantos parecían cansados y desesperados por el hecho de no ver mejoría alguna, pero por alguna razón también resultaba esperanzador el mero hecho de no recibir noticias, pues parecía ser la señal de que su salud no se deteriora más. Cómo si simplemente estuviesen estancados.

—Nicolás estaba muy emocionado cuando le dije que hoy volvías —menciona Elisa para romper el silencio—. Me pidió una de mis recetas especiales para hacerte un pastel.
—¿No te asusta que cocine él solo? —cuestiona con una ligera sonrisa—. Podría incendiar la casa.
—Por eso le pedí a Camila que lo vigilara —deja escapar una risa—. Confío en él, pero no lo suficiente para dejarlo controlar el horno por cuenta propia.
—Haces bien.

Annia desvía una vez más la mirada hacia la calle y es inevitable que por su mente pase una pregunta que ha querido ignorar desde que León llegó ayer en la noche a anunciarle que podría volver a casa: ¿Ellos la esperan con la misma emoción que lleva a Nicolás a preparar un pastel?

—¿En qué piensas? —pregunta Elisa mientras da una rápida mirada a la chica.
—¿Cómo sabes que pienso en algo?
—Porque empiezas a mirar a la nada y tu pierna da brinquitos muy rápido —separa su mano derecha del volante para ejemplificar su descripción—. Además de que das golpecitos con tus dedos, tu mamá también hace eso.
—Eres muy observadora —suelta una suave risa con la que puede expresar su sorpresa.
—Ahora dime, ¿en qué piensas?
—Nada en especial.
—¿No confías en mí? —pregunta con esa sonrisa maternal que suele mostrarle desde el día que la conoció—. Si no quieres decirme, lo entiendo, solo recuerda que no es bueno guardarse cosas.
—Es solo que...no quiero sonar como esos adolescentes de las películas que aseguran que sus papás no los quieren —deja caer su cabeza hacia atrás y que se acomode en la cabecera del asiento—. Pero no puedo evitar preguntarme si ellos me esperan tanto como Nicolás.
—¿Por qué no lo harían? —Annia inclina la cabeza en dirección a Elisa y la mira con cierta obviedad.
—Estuve en el hospital más de 10 días y mi mamá apenas estuvo ahí 4 veces —argumenta—. Y mi papá se inventó una excusa para no estar ahí en mi primer quimioterapia, es como si evadieran estar cerca mío.
—Están asustados —responde luego de un largo silencio tras no encontrar una respuesta para la joven.
—Yo también —deja escapar un suspiro.
—Honestamente no sé qué decirte —dice apenada—. Lo siento.
—Descuida —muestra una ligera sonrisa—. Solo respondí a tu pregunta, no tienes que decir nada.

El auto se detiene cuando se encuentran frente a la casa luego de un par de movimientos que Elisa hace al volante para acomodar perfectamente el vehículo. Annia baja mientras carga su frazada cuidadosamente doblada, dirige la mirada a la puerta de la casa, casi enseguida esta se abre, dejando ver a Camila con una alegre sonrisa, extiende los brazos y camina hacia Annia para darle un cálido abrazo como señal de bienvenida

Cuando entran a casa, un par de voces pueden escucharse provenientes del segundo piso. No se escuchan como sonidos de alegría. Annia da varios pasos hacia la escalera, gracias al par de voces elevando su volumen, no es tan difícil escuchar la "amable conversación" en la que se encuentran Galia y Andrés.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2023 ⏰

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