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Chapter 25: catharsis.

La vista de JeongIn estaba perdida en un punto fijo; jugaba con los anillos en sus dedos, ansioso, ni siquiera había podido dormir bien los días luego de haber escuchado esa conversación.

—Oye —YeJi le sorprendió, apretando su hombro. —¿Todo bien? ¿Quieres comenzar más tarde?

—No, no —negó. —Es matemática y el exámen es el lunes, no podemos esperar tanto.

—Eso me temía. De todas formas he llamado a Lia, ella sabe mucho, puede ayudarnos.

—Seguro. Um, YeJi —llamó. —¿HyunJin está aquí?

—Sip —asintió batiendo su café. —En el jardín, pintando, ve con él hasta que Lia llegue, si quieres.

Sonriendo, dejó un beso en su mejilla que la hizo sonreír también y casi que corrió hasta el jardín de atrás.

Estaba a punto de quebrarse, y siendo honesto, la única persona con la que se sentía realmente cómodo al hacerlo, era HyunJin.

Sí, YeJi era su mejor amiga, hermana, crecieron juntos; pero habían momentos en los que sólo necesitaba abrazos de su novio, y ese era uno de ellos.

Pudo verlo, sentado, con el lienzo frente suyo, trazando lo que parecía un jarrón con flores dentro. Y no le fue nada difícil distinguir un detalle.

—Vaya, se parece mucho a mi flor de nacimiento —cruzó sus brazos.

El mayor se sobresaltó en su lugar y volteó. —Se supone que no debías verlo.

—Ow, ¿Es para mí? —su corazón ya comenzaba a correr. —HyunJin, no tenías por qué.

—Pues era un regalo de graduación, gracias por arruinarlo —dramatizó.

JeongIn negó y se acercó para verlo mejor.

Sin dudas Hwang tenía demasiados talentos, se le perdía la cuenta. Aunque sabía que pintaba porque le relajaba, como puro hobbie, jamás quiso competir o especializarse más.

Simplemente se dejaba llevar por los óleos.

HyunJin al verlo tan sumido, palmeó su muslo izquierdo para que tome asiento ahí, cosa que hizo sin pensarlo mucho.

Rodeó su cintura. —¿Te gusta?

—Es hermoso, ¿Te falta mucho para terminarlo?

—Acabo de comenzar —rió.

Contagiándose la risa, seguía observando a su novio pintar, lo cual le relajaba mucho.

Se tomó el tiempo de observarlo un poco, acomodarle su camiseta, y hacerle caricias en el cabello. El cual siempre estaba tan brillante y sedoso, no se explicaba como.

—¿Me dejas hacerte una pregunta?

—Claro.

—Tú, um... ¿Recuerdas la última vez que follamos?

Rió. —¿Cómo no? Fue hace unos días.

—Cierto, eh... —rascó su nuca, intentando no sonar nervioso. —¿Y recuerdas lo que hablamos luego?

𝑩𝑬𝑻𝑾𝑬𝑬𝑵 𝑼𝑺 ─hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora