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Chapter 28: genuinely sad.

Las largas piernas de YeJi no se cansarían rápido, pues las entrenó muy bien a lo largo de su vida, intentando mantenerse en buena condición física.

Además de que la casa de JeongIn no quedaba para nada lejos de la suya.

Al llegar, respiró una y otra vez para no verse tan desesperada o agitada, y tras lograrlo, llamó a la puerta.

La adorable señora Yang la recibió como siempre, y sin problema, acató su pedido de querer ver a su hijo; a quien llamó.

—YeJi —algo extrañado, el mismo se apareció en la puerta. —¿Sucede algo?

Asintió, luego negó. —Joder, no lo sé. Ven, vamos a dar a una vuelta.

El mayor no lo pensó mucho y sólo tomó un abrigo, y siguió a su mejor amiga.

Estar en ese auto le generó ciertas emociones juntas, al recordar todas las veces que HyunJin le hizo suyo y nada más que suyo, ahí dentro.

YeJi conducía callada, demasiado callada para ser Hwang YeJi. Eso le ponía los nervios por el cielo.

No había prestado tanta atención al camino, ni preguntado a donde iban. Apretó su mandíbula al frenar el vehículo.

—Este final de calle —comenzó su amiga, su voz estaba demasiado delicada, perdida. —Aquí te disculpaste con HyunJin, ese día que discutieron sobre DaeHwi y todo eso, ¿no?

—Um... Sí, ¿qué hacemos aquí?

—Ni idea, tal vez este lugar te dé las energías para disculparte de nuevo —se quitó el cinturón de seguridad y hundió su espalda en el asiento. —¿Sabes, Innie? Daría mi vida por HyunJin, pondría mis manos al fuego por él, dañaría a cualquiera que se atreva a hacerle daño, porque él nunca hizo nada a nadie.

Ok, estaba muerto, debía encontrar la forma de decirle a JiSung que cabe su tumba y avise de su velatorio.

Maldita sea.

—Y cuando digo que dañaría a cualquiera, realmente es a cualquiera. Pero a ti... No, JeongIn, porque también daría mi vida por ti, también pondría mis manos al fuego por ti y claro que dañaría a cualquiera que se atreva a hacerte daño —volteó a verlo. —¿Me entiendes?

Asintió. —YeJi, yo-

—No tienes que explicar nada, ni yo ni nadie debería meterse en esto, pues es su relación. Pero hablamos de mi hermano, y de mi mejor amigo, ¿cómo ignorarlo? No puedo, es imposible —jugaba con sus dedos, eso hacía para que el llanto no interrumpa sus palabras. —Los amo a ambos y quiero que estén bien.

Yang apartó su mirada y apretó sus ojos ante esas palabras, las sintió en cada parte de su cuerpo.

En especial, en ese pequeño lugar de su corazón, su lugar más frágil, más vulnerable.

—El orgullo puede hacerte fuerte, pero no feliz, Innie. Y ni siquiera dura para siempre; mientras tú ayudas a tu ego al hacerte el duro, HyunJin está... Genuinamente triste, su tristeza es tan real que se le nota a kilómetros. Y te lo digo como tu mejor amiga, porque si hablo como su hermana, te estaría pateando el trasero.

𝑩𝑬𝑻𝑾𝑬𝑬𝑵 𝑼𝑺 ─hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora