Otra vez juntos

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Tomás

Les dí ropa a Rodri e Iván, les enseñé el baño y donde iban a dormir.

Volví a mi habitación y al entrar a la habitación cerré la puerta detrás mía apoyándome en ella.

Miraba a Pedro con una pequeña sonrisa en mi cara al igual que él. Se estaba acercando a mi hasta que quedamos a centímetros el uno del otro.

Estaba un poco nervioso pero no sé por qué.

Pedro

Tomás estaba apoyado en la puerta mientras que tenía una pequeña sonrisa en su cara, al igual que yo.

Me fui acercando poco a poco hasta quedar a centímetros de él. Puse mis manos en la puerta a los lados de sus hombros.

Como ví que él estaba nervioso decidí dar el primer paso, fui acercando mi cara a la suya. Tomás al ver esto alzó sus manos hasta dejarlas en mi cuello mientras me besaba.

Él cada vez se acercaba más y más a mí, al igual que yo a él. Empezó a andar hacia la cama sin separarse de mí,yo seguía sus movimientos hasta que me senté en la cama y él se puso encima mía.

Seguíamos besándonos hasta que separé mis labios de los suyos, y me apoyé en el cabecero de su cama. Se volvió a poner encima mía pero esta vez moviendo sus caderas, haciendo fricción entre nuestras intimidades.

Pequeños jadeos salían de su boca que quedaban atrapados en la mía. Tomás separó sus labios de los míos y fue bajando hasta mi cuello para así seguir dando besos húmedos en esa zona.

Mis manos fueron bajando de su cintura a su trasero, empecé a manosearlo y apretarlo escuchando como eso a Tomás le sacaba pequeños jadeos.

Tomás se separó de mí, al ver eso empecé a sacar su remera. Hice lo mismo con la mía.

Volví a besarlo mientras que el tocaba mi abdomen, repasando con esos dedos todo lo que encontraba por el camino.

No aguantaba más, necesitaba sentirlo, sentir su cuerpo pegado al mío.

Paré el beso y de un movimiento lo puse debajo mía. Le quité los pantalones y los bóxers.

Introduje un dedo en su entrada y ví como su espalda se arqueaba, movia el dedo hacia delante y hacia atrás. Al ver que ya podía introducir el segundo dedo lo hice sin pensarlo, de la boca de Tomás salían jadeos y a veces gemidos.

Empecé a hacer movimiento de tijeras con mis dedos para dilatarlo lo suficiente. Me levanté y agarré un condón de la mesilla de noche de Tomás.

Después de eso introduje mi miembro en su entrada, la espalda de Tomás se arqueó a la vez que un fuerte gemido salió de su boca, se la tapé con una mano ya que Rodri e Iván nos podían escuchar.

Mis embestidas al principio eran suaves para no hacerle daño, pero como Tomás pedía más empecé a acelerar mis movimientos.

Gemidos de la boca de Tomás quedaban atrapados debajo de mi mano, que aún seguía en su boca.

Bajé mi torso para así poder besarlo y disminuir el ruido que hacía en esos momentos.

—Mgh... Pedro... —Al escuchar eso empecé a dar embestidas fuertes sabiendo que Tomás dentro de unos momentos iba a llegar al orgasmo. —Ahhh... Pedro, mghh.

Sentía como yo también llegaba al orgasmo, mis piernas fallaban, mi respiración se volvió más brusca y mis embestidas más torpes.

—Mghh... —Se me escapó un pequeño gemido al sentir el orgasmo cerca.

Cuando estamos solos [Pedrobleis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora