Al día siguiente decidió que tenía que hablar con Zoe, no sabía si sería el momento adecuado, pero lo intentaría; tomó las llaves del coche y se puso en marcha. Por suerte la tienda estaba abierta y Zoe estaba ahí.
—Zoe, lamento mucho la muerte de tu tío —dijo Margaret tomando la mano de la chica.
—Gracias Maggie —respondió Zoe dedicándole una sonrisa que no lograba ocultar su tristeza— ¿Cómo estás?
—Bien, un poco agotada, cada día es más incómodo dormir —respondió Margaret acariciando su vientre— ¿Y tú?
—Oh cariño... bien, triste por supuesto, era mi tío favorito, pero no hay nada que pueda hacer —dijo Zoe dejando escapar un suspiro. Margaret apretó su mano con cariño y le dedicó una sonrisa.
—Basta de tristeza... dime, ¿leíste el libro que te deje? —preguntó Zoe. Margaret se alegró de que fuese ella quien lo mencionara.
—Sí, ya lo leí —respondió— ¿De dónde lo sacaste?
—Era el diario de una de las monjas de la abadía, el museo del pueblo no los consideró relevantes así que muchos terminaron en tiendas como esta —explicó Zoe— ¿Qué opinas?
—Pues, sí es cierto lo que pone, es obvio que había un asesino —dijo Margaret.
—Maggie, por supuesto que es cierto —dijo Zoe—. Sí hay un asesino, una entidad maldita, la Abadesa de Northumbria, ella es la única responsable de esos asesinatos y de todos los que han ocurrido cientos de años después.
Margaret no podía creer que Zoe de verdad creyese esas patrañas, le preocupaba que realmente se hubiesen mudado a un pueblo de locos. Iba a decir algo pero Zoe la interrumpió.
—Sé que suena como una locura, pero es real. Al principio yo creía que era una historia inventada por mis padres para mantenerme lejos de las ruinas, pero con el tiempo supe que todo era verdad. Este pueblo está maldito por culpa de ella —Zoe parecía realmente convencida de lo que decía y Margaret no sabía que responder, ella nunca había creído en ese tipo de cosas, su único motivo de investigación era la curiosidad.
—Sé que es mucho para entender; tómate tu tiempo. Te puedo dar el resto de los diarios si quieres —dijo Zoe tratando de ser comprensiva.
—No quiero parecer grosera, te respeto, es solo que no creo en fantasmas ni nada parecido —dijo Margaret.
—Salta a la vista querida, pero ahora que viven aquí, es importante que lo sepan; la abadía es peligrosa —explicó Zoe amablemente—. Deben mantenerse lejos de ella, aun cuando sientan el deseo desesperado de acercarse —añadió. En ese momento Margaret sintió una pequeña presión en el vientre y acto seguido su pantalón se mojaba: acababa de romper fuente.
Zoe se dio cuenta de inmediato, le pidió las llaves del coche y la condujo hasta el para llevarla a emergencias, pensó que por fin en muchos días pasaría algo bueno.
Cuando llegaron al hospital Thomas las esperaba afuera con una silla de ruedas acompañado de una enfermera; se notaba que estaba nervioso, al fin había llegado el momento de convertirse en padre.
—Maggie, cariño ¿Cómo te sientes? —preguntó Thomas— ¿Te duele mucho?
—Tranquilo Tommy —respondió ella en tono tranquilizador—. Las contracciones apenas están comenzando.
—Gracias por traerla Zoe —dijo Thomas dándole un abrazo a la chica.
—No hay problema —respondió sonriendo—, me gustaría quedarme si no les importa.
—Claro que puedes quedarte —dijo Margaret—. Eres mi amiga.
Margaret fue trasladada a una habitación en donde era monitoreada por la obstetra encargada de sus últimos meses de embarazo, todo parecía estar bien, aun cuando la bebe se había adelantado un par de semanas. Luego de varias horas de trabajo de parto Margaret y Thomas por fin pudieron conocer a su pequeña Eve, de quien se enamoraron a primera vista.
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Maleficium
ParanormalExiste una leyenda urbana que dice que si vas a las ruinas de la Abadía de Northumbria y tocas la campana de la torre, el espíritu de la abadesa aparecerá ante ti para que le des una o varias almas que llevarse al infierno, pero, sí no le das alguna...