Thomas despertó con dolor de cabeza por la resaca, la luz del día entraba por las ventanas, sintió la ropa húmeda y un instante después le pareció recordar que Margaret le había lanzado una olla con agua. Miró a su alrededor y vio que todo era un desastre, de repente se dio cuenta de que escuchaba a Eve llorando, pasaron algunos minutos y la niña no se callaba "¿En dónde se había metido Margaret?"
-¡Margaret! -gritó Thomas. Sintió que la cabeza se le partía en dos-. Eve está llorando ¿Acaso no la oyes?
Nadie respondió, así que subió y se asomó a la habitación de la niña, esta paró de llorar en cuanto lo vio. Thomas buscó a Margaret en su habitación pero no estaba, se asomó por el balcón y tampoco la vio en el jardín; parecía que no estaba en casa, pero ella no se iría sin llevarse a Eve. En ese momento tocaron el timbre, no iba a abrir, pero siguieron insistiendo; cuando bajó y abrió la puerta se encontró con el comisario Rogers.
-Comisario -dijo Thomas- ¿Qué pasa?
-Dr. Taylor... necesito hablar con usted -dijo el comisario. Thomas se apartó y le indicó que pasara con un gesto de la mano.
-Disculpe este desastre -se disculpó-, no sé en dónde está mi esposa.
-Es justamente de su esposa de quien vengo a hablarle -explicó Rogers.
-¿Margaret, está detenida? -interrumpió Thomas-. Debe ser un error.
-Thomas, por favor déjeme hablar. Su esposa no está en la comisaría -dijo el comisario en tono serio-. Lamento tener que darle esta noticia, pero debo informarle que hemos hallado el cuerpo de su esposa.
-Vale, pero ¿está bien? -preguntó Thomas. El comisario parecía desconcertado.
-Thomas, no me está entendiendo -dijo Rogers dejando escapar un suspiro-. Encontramos el cuerpo de su esposa... sin vida. Ella murió. Lo siento mucho.
Thomas sentía que su cabeza iba a explotar, a penas entendía lo que el comisario acaba de decir, los recuerdos se agolpaban desordenados en su mente, Margaret peleando con él, diciéndole que ojalá estuviese muerto, él riendo, el cumpleaños de Eve, Margaret abofeteándolo, el llanto de su hija, su esposa yéndose de casa en medio de la noche... llorando.
-Sé que no es una noticia fácil de aceptar -dijo el comisario tratando de sonar comprensivo- ¿Tiene usted a alguien a quien pueda llamar?
Thomas veía al comisario pero no le prestaba atención ¿Cómo qué Margaret estaba muerta? Empezaba a procesar la noticia. Habían peleado por su culpa, por eso ella había salido de casa. Sí él no hubiese sido un completo imbécil ella seguiría con vida. Él era el único culpable de su muerte. Una lágrima bajó por su mejilla.
-Thomas, soy Zoe -dijo ella tomando su mano.
-Creo que está en shock, no ha hablado ni se ha movido desde que te llamé -dijo el comisario.
-Thomas, escúchame, Maggie ha muerto... el comisario necesita que... reconozcas el cuerpo -dijo Zoe con la voz rota-. Yo cuidaré de Eve.
¿Cuánto tiempo había pasado? No había notado que el comisario llamase a Zoe, pero ahí estaba, dejó que la chica lo ayudase a levantarse y lo guiara hasta la escalera, para que fuese a darse una ducha y a cambiarse de ropa.
-¿Le has dicho qué Maggie fue asesinada por la Abadesa? -preguntó Zoe al comisario.
-No, aún no -respondió él-. Apenas está procesando la noticia de su muerte, no va a comprender que su esposa es otra víctima de la maldición.
-Cuanto antes lo sepa, mejor -puntualizó Zoe.
-Estoy de acuerdo, pero no es el momento -dijo el comisario.
Mientras se duchaba, Thomas dejó que el agua golpeara su rostro y se mezclara con sus lágrimas; después de su accidente creyó que no podría sentirse peor, pero se había equivocado, ahora si estaba completamente roto. Había perdido a Margaret para siempre y todo había sido su culpa ¿Por qué había necesitado llegar a ese punto para reaccionar? Siempre se había considerado una persona racional, pero no estaba ni cerca de serlo. Él había abandonado a su esposa y a su hija para hundirse en un espiral autodestructivo que los llevó a todos a un punto sin retorno. Jamás podría perdonárselo.
Luego de ducharse, se puso un vaquero y un jersey verde, era lo mejor vestido que había estado en meses. Bajó y el comisario y Zoe lo estaban esperando. Una pregunta atormentaba su mente.
- ¿Cómo ha muerto? -preguntó con un hilo de voz.
-Unos chicos la han encontrado en las ruinas de la abadía -dijo el comisario.
-La han asesinado -soltó Zoe.
Al oír eso Thomas sintió que le faltaba el aire, Margaret menos que nadie se merecía un final así. Estaba mareado, trato de mantener la compostura, pero no pudo evitar derramar algunas lágrimas, fue entonces cuando juró que no descansaría hasta hacer pagar al asesino de su esposa, se lo debía.
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Maleficium
ParanormalExiste una leyenda urbana que dice que si vas a las ruinas de la Abadía de Northumbria y tocas la campana de la torre, el espíritu de la abadesa aparecerá ante ti para que le des una o varias almas que llevarse al infierno, pero, sí no le das alguna...