Romitri (VA) "Una decisión compleja"

Capitulo 7

Rose estaba tan molesta con Dimitri por haberle ocultado el motivo de su distanciamiento con ella, que decidió ver a Damon, aun cuando el guardián ruso se molestara. Se puso una polera que dejaba al descubierto sus brazos y su guata, una falda corta, un cinturón donde llevaba una de las estacas de plata de la caja que Alberta le había regalado para la navidad,  y unos zapatos un poco altos. Llevaba el cabello suelto y se había maquillado un poco. 

Dimitri salió un rato en dirección a la oficina de la guardiana Alberta Petrov, la segunda madre de Rose, para contarle lo sucedido y pedirle ayuda para que la novicia y él hicieran las paces.

Luego de que el ruso le contó lo sucedido a Alberta, la escuchó atentamente.

Ay, Dimitri. Metiste la pata con Rose.-dijo seria la adulta- Ella no te va a perdonar tan fácilmente.

Dime qué puedo hacer para que me perdone- suplicó el guardián Belikov.

Tienes que darle tiempo.- dijo sonriendo Alberta- Y contarle antes ese tipo de cosas para que esta situación no se repita.

Gracias, Alberta- dijo sonriendo Dimitri.

De nada, cuida a Rose-dijo finalmente la guardiana Petrov sonriendo.

Luego de hablar con Alberta sobre el problema en el que se había metido, Dimitri regresó afuera del dormitorio de Rose y Lissa para seguir con la guardia.

Cuando entró se encontró con que la novicia se había cambiado de ropa y estaba caminando en dirección a la puerta principal para ver al moroi.

La vio saliendo de su habitación con una falda corta, unos zapatos un poco altos, un cinturón donde llevaba una de las estacas de plata que le había regalado Alberta hace un tiempo y el aparato que le había dado Spiridon y una polera que dejaba al descubierto sus brazos y su guata.

Se quedó mirando a su amada novicia hipnotizado. Notó que ella llevaba el cabello suelto.

<<Se ve muy hermosa vestida así>> pensó el guardián Belikov hasta que vio hacia donde se dirigía.

Roza, ¿a dónde crees que vas?- preguntó serio Dimitri.
No es de tu incumbencia, camarada- respondió aún molesta Rose Hathaway.

Si crees que te dejaré ir con el joven Dashkov estás muy equivocada-dijo serio el ruso. 

Deja de meterte en mi vida privada, no es tu asunto y y no eres mi padre.-dijo molesta la novicia- Ni siquiera Janine, que es mi madre biológica, se mete tanto en mis asuntos. 

Sé que estás molesta  aun por recién haberte enterado de que si me gustas, pero no te vayas enojada conmigo.-suplicó Dimitri al oírla-   Admito que debí haberte dicho antes que diría públicamente que no estoy enamorado de ti para protegerte, pero hagamos las paces, por favor Rosa.

Eso debiste pensarlo antes, Dimitri -dijo molesta Rose y continúo caminando. 

Vamos, no seas tan dura conmigo.-siguió diciendo Dimitri-Lo hice para protegerte, tienes 17  y yo 24 años. ¿Qué crees que habrían dicho si se enteran de que, teniendo el puesto y la edad que tengo, estoy enamorado de una novicia que es menor de edad? Sobre todo tu madre, la guardiana Hathaway. 

Rose lo escuchó, pero siguió su camino y el guardián, molesto y desesperado, le agarró un brazo para detenerla. La joven Hathaway se molestó aún más y empezó a forcejear con el Dios ruso de los guardianes.    

¡¡Dimitri suéltame!!-gritó la novicia molesta mientras forcejeaba con su antiguo mentor.

No hasta que te calmes y te alejes de esa puerta.-dijo tranquilamente el ruso-No grites, no quiero que el joven Dashkov entré a este dormitorio-finalizó el guardián Belikov sujetando el brazo de la chica. 

Mientras los dhampirs peleaban, Lissa y Christian veían una película y Adrián hacía guardia.  Por eso los morois no escucharon los gritos furiosos de Rose y el joven Ivashkov los escuchó y corrió al interior del dormitorio para saber qué pasaba.  

Rose, molesta, siguió forcejeando con Dimitri, quien no soltaba su brazo. Cuando finalmente logró soltarse del agarre del que había sido su mentor durante 1 año, se dio cuenta de que el primo de su Dios ruso había visto parte de su pelea y los miraba confundido. 

Pero el guardián Belikov volvió a tratar de retenerla sujetando uno de sus brazos y la novicia, molesta,  se puso en posición defensiva para evitar que él consiguiera detener su llegada a la puerta  principal del dormitorio. Adrián observaba confundido la escena, no entendía nada.