Dónde Emilio es un joven alfa enamoradizo y Joaquín no está dispuesto a perder sus convicciones por él.
Adaptación Omegaverse Autorizada
Todos los créditos son de la autora original @_imalioness. Gracias por darme permiso de adaptar tu hermosa fic...
Emilio se había olvidado su celular, también la ropa que llevó para quedarse y su cepillo de dientes. Su cepillo.
- Joaquín, vamos, no puedes hacer ésto. – Gruñe Eduardo, Joaquín niega con la cabeza, manteniendo el celular descargado del alfa entre sus pequeñas manos. – Emilio no vá a venir.
- No te lo daré, él tiene que recoger sus cosas, no te las daré a tí. – Solloza el ojimiel. Eduardo respira profundo, maldita sea, ¿Porqué había aceptado ir por las cosas de Emilio?
Cuándo recibió una llamada de un número desconocido a las 8 de la mañana no imaginó que ésto hubiera pasado. ¿Joaquín siéndole infiel a Emilio? Qué demonios.
El oji-café lo había llamado pidiéndole de favor que vaya por sus cosas, le había contado lo que había pasado después de un poco de insistencia de Eduardo. ¿Joaquín y Mauricio? Que mierda tan rara. ¿Joaquín siendo un imbécil infiel? Eso era lo que más le sorprendía a Eduardo.
- Joaco, Emilio no vá a venir, por favor. Sólo necesito su celular, te puedes quedar con lo demás, él me lo dijo.
- ¿De verdad? – Pregunta el omega, sorbiendo por la nariz.
Que se quede con lo demás, no quiero nada con su jodido olor.
Eso es lo que Emilio había gruñido, Eduardo no le diría eso a Joaquín. El alfa asiente, sonriéndole suave y sentándose a su lado en el sofá. Joaquín se muerde el labio inferior, tratando de controlar sus sollozos.
Habían pasado 2 días, el omega se dió cuenta de que Emilio había dejado su celular cuándo trató de llamarlo. Tenía la esperanza que el alfa vaya a recoger sus cosas, poder conversar y tratar de solucionar las cosas, no imaginó nunca a Eduardo en su lugar.
- ¿Cómo está?
- No lo he visto, Joaco, sólo me llamó del celular de Niurka.
Dios mío, seguramente Niurka lo sabía. Joaquín empieza a llorar de nuevo. Le entrega el celular a Eduardo, quién lo guarda en el bolsillo de sus jeans.
- Dile que lo siento mucho, que no me bloquee porque realmente quiero hablar con él. – Susurra Joaquín, cuándo está cerrando la puerta de su departamento, despidiendo a Eduardo, el alfa asiente, dándole una minúscula sonrisa.
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Emilio lo bloqueó. Lo bloqueó de todas las jodidas redes sociales, hasta bloqueó su número de celular.
Casi 2 meses, que parecían una eternidad sin saber absolutamente nada de Emilio, ni siquiera Eduardo quería decirle nada del alfa.
Y Joaquín había intentado seguir con su vida, asumiendo su error y las consecuencias de éste, pero no podía. Cada día sentía que se deterioraba más. Estaba más delgado, más cansado, menos brillante.
- Joaco, tienes que comer, ¿sí? – Dice Diego, acariciándole la espalda. Joaquín suspira y asiente, sonriéndole suave. – Es sólo un alfa, Joaco, hay muchos más.
