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TAMARA

1 semana.

Volví a la rutina, a la universidad, a estudiar, a hacer algo de deporte, a no tener casi tiempo libre por los exámenes finales que se avecinaban.

Esa primera semana tras la vuelta no podía dejar de revisar mi móvil cada dos segundos esperando esa respuesta de Mateo que nunca llegaba. Era como si se hubiese esfumado pero al menos sabía que estaba bien, le había visto aparecer en una entrevista y estaba muy sonriente, como siempre.

El tercer día de la semana llamé al hotel donde se alojaba pero me tomaron por una fan obsesa, como era de esperar, y me colgaron en cuanto pronuncié su nombre.

Pensé en volver a llamarle pero cada vez que estaba a punto de hacerlo, me arrepentía en el último segundo.

Me estaba desquiciando. ¿Por qué no respondía? Sabía que se había agobiado por la discusión con Jacob, pero pensé que con el paso del tiempo se le pasaría y me diría algo, al fin y al cabo éramos amigos, ¿no?

Pero seguían pasando los días y nada.

Al séptimo día no aguanté más y llamé a Leyre para contárselo todo. Me derrumbé con ella, le conté todo, aunque me ahorré algunos detalles de la discusión, tan solo le dije que se enfadó y se marchó.

-Escríbele- me dijo despreocupadamente desde el otro lado de la línea.

-¿Q-qué? ¿Te has vuelto loca? Ya le envié mil mensajes que no se ha molestado en responder- respondí alterada.

-¿Por qué todos me dicen eso últimamente, que estoy loca?- se quedó callada unos segundos- Bueno da igual. ¡Centrémonos!- ordenó- A ver, Tami, está claro que a ti este chico te gusta mucho...

-No es cierto- interrumpí roja de vergüenza, menos mal que no podía verme- Somos... amigos, creo.

-Ya, vale, lo que tú digas. El caso es que él también piensa lo mismo de ti, eso está claro, porque sino no se habría tomado tantas molestias estos últimos días en pasarlos contigo.

Pensé en lo que dijo y, en cierto modo, tenía bastante sentido. ¿Sentiría él lo mismo que sentía yo? ¿Notaría esa electricidad que me recorría todo el cuerpo cada vez que se acercaba?

-Entonces- Leyre me sacó de nuevo de mis pensamientos- puede que ahora mismo no quiera hablar contigo, vete tú a saber por qué... los famosos son un poco raros a veces, pero si le escribes, estoy segura de que lo va a leer. Puede que no te responda, pero seguro que lo va a ver. Así que arriésgate. Háblale. Cuéntale lo que quieras y haz que reaparezca. Puedes hacerlo.

-¿Tú crees?- dije insegura, no me convencía mucho el plan. ¿Y si él pensaba que era una pesada y quería que dejase de molestarlo?

-Claro. Piénsalo; en el peor de los casos, no lo lee, y no pierdes nada. En un caso normal, lo lee y no responde. Y en el mejor de los casos, lo lee y, algún día, te acaba respondiendo. Es cuestión de ser un poco pesada.

Sonreí divertida con su idea. Tal vez tenía razón. No tenía nada que perder, bueno sí, lo perdería a él, si no lo intentaba.

-Está bien, lo haré- accedí sonriendo- Te mantendré informada.

-Eso espero- dijo contenta- Suerte, Tami.

-Gracias, Leyre, eres la mejor.

-Lo sé, estoy infravalorada.

2 semanas.

De: Tamara
Para: Mateo
Esta semana ha sido horrible. Me han puesto dos exposiciones para la semana que viene y no tengo ni idea sobre qué hacerlas, de verdad que odio la universidad.
Por otro lado, en casa todo bien, pero el día que llegué, mi madre y mi hermana se fueron a cenar con mi padre y no sé muy bien cómo interpretar eso, sobre todo el hecho de que intentaran ocultármelo. A veces pienso que soy la única cuerda que queda en la familia.
Espero que tú semana haya ido mejor que la mía.
Si quieres hablar, de lo que sea, siempre estoy disponible.
Ojalá me respondas.
Un abrazo.
Tamara.

Releí unas diez veces el mensaje antes de enviarlo.

Pensé varias veces en decirle que estaba enfadada con él por haber pasado de mí, pero luego decidí que, si quería obtener respuestas, atacarle no era la mejor manera de hacerlo, así que opté por contarle algo más tranquilo e intentar dejar atrás la situación del último día. Esa sería mi estrategia. Ojalá funcionase.

3 semanas.

De: Tamara
Para: Mateo
¡Me han salido genial las exposiciones! (carita feliz)
Estoy muy contenta, me han puesto un 9.5 y un 8. Quedarse hasta la una de la madrugada trabajando ha tenido su recompensa. La parte mala es que la semana que viene empiezo los exámenes finales. La parte buena es que, por fin, son los últimos exámenes que tengo. Ojalá me salgan todos bien, estoy muy nerviosa.
Espero que estés bien. Cada vez que pienso en ti y te imagino en el rodaje, pasándotelo en grande o de fiesta, me muero de envidia, pero una envidia sana.
Disfruta de los últimos días en Paris.
Un abrazo.
Tamara.

4 semanas

De: Tamara
Para: Mateo
No tengo mucho tiempo. Los exámenes van a acabar conmigo. Solo llevo tres y ya me quiero morir.
Vale, pensándolo fríamente, me quedan solo dos semanas más. Puedo aguantar.
Sé que ya has vuelto a Londres, no porque sea una fan obsesionada (sé que lo estás pensando), lo sé porque no paras de salir en las noticias... espero que esté todo bien y que subas de vez en cuando a la azotea por mí.
Un abrazo.
Tamara.

1 mes y 1 semana.

De: Tamara
Para: Mateo
Creo que me estoy quedando calva por el estrés. Mis ojeras son tan negras que necesito medio kilo de maquillaje para camuflarlas. Y creo que he dormido un total de siete horas en los últimos tres días. Creo que no hace falta que diga nada más para que te imagines lo guapa y contenta que estoy.
Solo una semana más y seré libre.
Un abrazo.
Tamara.

De: Tamara
Para: Mateo
Ups, se me olvidó decirte que espero que te estés cuidando. Ya te lo dije, demasiado sueño acumulado.
Un beso.
Tamara

1 mes y medio.

De: Tamara
Para: Mateo
¿Adivinas quién va a salir hoy a emborracharse y bailar hasta las siete de la mañana? Efectivamente, esta chica que ya es libre. Bueno, técnicamente me queda entregar el TFG, pero ya lo llevo preparando desde hace meses, solo me queda finalizarlo. Ya te informaré de cómo va mi noche, que seguro que estás aburrido de solo leer cosas de estudios. No te preocupes, yo también estoy aburrida de contarlas.
Ahora me toca a mí salir e igualar tú estilo de vida.
Ojalá me contases qué tal va todo.
Un beso.
Tamara.

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