Butterfly [Dreamnotfound]

2

Dream despierta y va a ver a George. Intenta hacer el menor ruido con sus pasos para no despertarlo, hasta que se da cuenta que ya no está ahí, ni en ninguna parte de la casa.

En la cocina hay una nota que supone que es suya.

"Gracias por todo
-George"

¿Adónde había ido? Dream tenía miedo de algo malo le haya pasado. Si intentó suicidarse una vez, podría hacerlo dos veces. No era buena idea dejarlo solo.

En ese momento se culpa a sí mismo por no haberle preguntado ni por su número de teléfono, ni la dirección de su casa, ni nada que pudiera ayudarlo a saber dónde estaba.

...

George regresa a su casa por más que se había dicho un millón de veces que no quería estar ahí. Al menos allí no se sentía tanto una molestia como en la casa de Dream.

Escucha a su madre yendo de un lado a otro de una manera tan apresurada que ni siquiera nota que su hijo había desaparecido toda la noche.

Entra a su cuarto y sigue igual de desastroso. Él lo sabe, pero no tiene ánimos de hacer nada. Es como si algo le quitara todas sus fuerzas y lo único que quisiera hacer sea dormir y nunca despertar.

Escucha la puerta cerrarse y otra vez tiene la casa para él solo. No es como si algo cambiara. Que esté su madre o no, no hacía tanto la diferencia.

Siente un ardor en su estómago y se culpa por no haber comido, pero la culpa es incluso más grande cuando come que cree que aún puede resistir unas horas más sin comer.

Escucha a alguien tocar la puerta y trata de ignorarlo, pero se hace más insistente. No tiene más opción que ir a abrir aún cuando no sabe quién puede estar afuera.

—¿Dream? ¿Qué haces aquí?

—Dejaste tu celular en mi casa —dice entregándoselo—. Tenías tu dirección anotada ahí.

—Sí... Es por... olvídalo. Lo siento por hacerte perder el tiempo.

—No es necesario que te disculpes por cada cosa. ¿Estás solo?

George no respondió y Dream entró por su cuenta sin siquiera preguntarle si podía pasar.

La casa estaba a oscuras y la única luz que había era por el sol.

—¿Está es tu habitación? —señaló la puerta entreabierta.

—No entres.

George trató de evitar que entrara, pero igual lo hizo.

—¿Cómo puedes vivir así? Este lugar es inhabitable.

George se sintió avergonzado de que Dream viera su desastre. No le importaba verlo, pero si alguien más lo hacía era distinto.

—¿Puedes irte? —le pidió George.

—¿Quieres que me vaya?

—Por favor.

—¿Qué vas a hacer tú solo?

George se encogió de hombros.