Butterfly [Dreamnotfound]

8

Dream sacó la llave de su bolsillo y la puso en la cerradura.

—¿Por qué tienes la llave de su casa?

—Tú tienes la llave de mi casa. ¿Por qué yo no puedo tener la llave de la casa de Sapnap?

—Yo vivo contigo y tú no vives con Sapnap.

—Pero es mi amigo y él sabe que no le voy a robar nada.

Entraron a la casa sin siquiera avisarle a Sapnap que iban.

—¿¡A quién se le ocurre comprar arena cuando es gratis!? —escuchan a alguien gritar apenas entran.

—¡¡Es una arena especial!!

—¡¡Solo es especial porque te cuesta un riñón!!

—Hola, chicos —los saludó Dream—. ¿A qué se debe que todos están aquí?

—¡¡Dream!! —lo llamó Quackity—. ¿Es verdad que la arena es gratis?

—¿La arena de la playa? ¿Eso no era ilegal?

—¡Te lo dije! —gritó Sapnap.

—Aquí el que estudia leyes soy yo.

—Y el que menos sabe.

—¿Miran este dedo? ¡Se lo meten por el culo!

—No te preocupes. No son así todo el tiempo —le susurró Dream a George al ver que inconscientemente se había alejado.

George solo asintió.

—Voy a hablar un rato con Sapnap, ¿sí? Siéntate si quieres e ignora a ese par —dijo señalando a Quackity y Karl.

George vio a aquellos chicos desconocidos continuar su pelea tonta y al rato quitó la vista con el temor de ser atrapado espiándolos. Pensó que los amigos de Dream eran más tranquilos como él. No pensó que fueran... así.

—¡Hola! ¿Cómo te llamas? —le preguntó Quackity sentándose a su lado.

—No le grites. ¿Acaso no ves que lo asustas? —le regañó Karl.

—¡¡Yo no le grité!! ¡¡Solo le pregunté por su nombre!! Ugh, ignora a Karl, es un pesado.

—¿Pesado yo?

—¡Sí, tú!

—¡Mira! Ya lo asustaste de nuevo. ¿Cómo te llamas, amor?

—¿¡Amor!?

—¿¡Cómo lo llamo!?

—¡Por su nombre!

—¡Si supiera su nombre no se lo estaría preguntando!

—Me llamo George.

—¿Por qué lo están traumando a mi niño? —les preguntó Dream al regresar.

—¡Solo le preguntamos su nombre!

...

Aunque al comienzo sentía que no podía encajar allí, George en cuanto más pasaba el tiempo se sentía más cómodo. Nunca había estado en un grupo de amigos tan amplio y eso era algo nuevo a lo que tenía que acostumbrarse.

—Solo tienes que hacer que la pelotita toque el lado de contrario y si tu oponente, en este caso Dream, no te la devuelve, tienes un punto. ¿Entendido? —le explicó Sapnap.

—Creo que sí.

—Voy a ser gentil. No te preocupes.