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—No, nada. Olvídalo. Es muy personal.

—No importa. Dime.

—Tú sabes que las personas tenemos diferentes preferencias respecto a todo, ¿no? Pues... quería saber cuáles son tus preferencias... Ya sabes.

—No entiendo qué quieres decir.

—No, olvídalo. Es algo tonto.

—Si tú dices...

Llegaron a la casa de Dream sin hablar más que solo eso. Tampoco es como si hubieran caminado mucho.

—¿Quieres hacer algo en específico?

—No lo sé.

—¿Quieres hablar?

—¿De qué?

—De lo que quieras.

—Si tú quieres...

—Espérame un momento. Voy a ordenar unas cosas. Puedes sentarte en el sillón. No tardó mucho.

George asintió con su cabeza y fue a hacer lo que Dream le dijo.

Se quedó viendo su celular mientras esperaba. No le gustaba usarlo mucho y solo lo usaba si estaba realmente aburrido o si Dream le había escrito.

No le gustaba ver a personas desconocidas que tenían una mejor vida que él. No le gustaba ver las fotos donde se veían felices, porque le recordaba que él no lo era. No le gustaba ver las fotos donde la gente presumía su cuerpo, porque luego miraba el suyo y solo sentía asco hacía sí mismo. No le gustaba mirar al resto, porque todos parecían estar mejor que él.

Por más egoísta que suene, le hubiera gustado encontrar a alguien como él. Alguien que no le encontrara valor a su vida y tal vez así no se sentiría tan solo. No quería desearle el mal a nadie, pero eso lo haría sentirse mejor.

Había pasado un tiempo y Dream aún no volvía. Dijo que no tardaba mucho, ¿pero cuánto era mucho?

Fue a verlo en la habitación y lo encontró ahí durmiendo sobre su escritorio.

—Dream —lo llamó sacudiéndolo un poco.

—¿Ah? ¿Qué pasa?

—Te quedaste dormido.

—¿Qué? No, solo estaba... descansando los ojos.

—¿Seguro?

—Sí, sí.

Dream se levantó y se fue a la sala.

—¿De qué quieres hablar? —le preguntó Dream.

—No lo sé.

—Cuéntame sobre ti.

—No tengo nada interesante que contarte. Mi vida es aburrida.

—Debe haber algún recuerdo bonito.

George trató de buscar en su mente algún recuerdo alegre, pero todos esos pensamientos y recuerdos que no quería volver a recordar estaban ahí haciéndole más difícil la tarea.

—No es un recuerdo, pero es un sueño que tuve hace un tiempo. Era mi cumpleaños y mamá me había comprado un pastel. Vinieron varias personas y todos me dieron obsequios. Todos habían ido solo por mí.

—Eso es lindo. ¿Sabes? Lo sueños a veces se hacen realidad. Probablemente algún día el tuyo lo sea.

—No lo creo. Eres mi único amigo y mi mamá nunca me compraría un pastel. Mucho menos a alguien le gustaría perder su tiempo para celebrar mi cumpleaños.

—No pienses eso. A mí me gusta estar contigo y no creo que sea perder el tiempo.

—Eso es porque tú eres muy lindo, el resto no.

—Estoy seguro que debe haber muchas personas mejores que yo.

—Pero nadie como tú.

—Awwww, eso es muy lindo —Dream besó delicadamente la frente de George—. Eres muy tierno. Estoy seguro que todos te amarían si te conocieran.

...

Dream dejó que George se quedara a dormir en su casa, después de que este último le dijera que no podía regresar a su casa porque la estaban fumigando.

Tardó en dormirse un poco con el miedo de que George se marchara y le pasara algo mientras dormía, pero el sueño le venció.

Por suerte ese día su primera clase empezaba más tarde, por lo que le dio tiempo de hacer el desayuno para los dos.

—¿Dormiste bien, George?

—Sí, ¿y tú?

—También.

—Dream, —lo llamó George y Dream dirigió su mirada hacia él— ¿cómo son tus padres?

—¿Mis padres? Pues ellos son unas personas geniales. Mi mamá es una persona muy brillante en todo sentido, le gusta la repostería e incluso fue ella la que me ayudó a conseguir el trabajo en la pastelería. A mi papá le gustaba el fútbol americano y creo que eso saqué de él.

—Nunca me dijiste que jugabas.

—Es que lo dejé hace un tiempo.

—¿Por qué?

Dream se encogió de hombros.

—¿Sabes jugar algún deporte?

—Los deportes no son lo mío.

—Yo creo que te gustaría jugar ping pong. Sapnap tiene una mesa para jugar. Puedo decirle que nos invite a su casa.

—¿Quién es Sapnap?

—Un amigo mío. Estoy seguro que le agradarás.

...

—¿Puedo llevar a un amigo a tu casa?

—¿Ahora te crees dueño de mi casa?

—Por favor —le suplicó Dream—. Es que queremos jugar ping pong y tú eres la única persona que conozco que tiene la mesa.

—¿Me vas a pagar?

—¿Mi amistad no es suficiente?

Sapnap se quedó procesando y haciendo cuentas.

—Auch, me dueles.

—No dije nada.

—Te lo estás pensando.

—Bien. Pueden ir mientras no rompan nada. La última vez que fueron Quackity y Karl, rompieron el foco.

—Te prometo que seremos tranquilos.

...

Dream le había escrito a George hace unas horas, pero este aún no respondía. Ni siquiera había leído su mensaje y empezaba a preocuparlo.

Tenía otra clase después de esa y no podía saltársela, porque justo era la materia donde peor le iba.

Había visto mejoras en George. Desde la primera vez que lo vio hasta la última, había visto un cambio a mejor y tenía miedo de que pudiera recaer.

Si fuera por él, estaría al pendiente todo el tiempo de George, pero era imposible. Él también tenía una vida y por más que quisiera no ponía sobreponer la vida de George sobre la suya. Si George estaba con vida era por él. Así que tenía que seguir estudiando y seguir trabajando si quería cuidar de George.

Butterfly [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora