Capitulo 12

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Nahiara no entendía que hacía Bellroc allí, ni como los había encontrado ya que según recordaba ella había rechazado su propuesta y no estaba muy segura de haber utilizado las mejores palabras para referirse a ellos, pero eso no le importaba mucho solo quería saber que hacía el allí.

- ¿Que..?- pero no pudo terminar de hablar ya que el la interrumpió con su voz masculina regañando la.

- Que seas una hija del fuego, no te vuelves inmune a el, ¿En que estabas pensando cuando te pusiste a jugar con el?-

- Yo no estaba jugando- le contesto ella algo ofendida, ya que se había esforzado mucho para lograr ese avance - Estaba entrenando, creo que el que estaba jugando con el fuego era usted, creando todas esas hermosas figuras que danzaban en el aire-

- No jugaba- le gritó el con su voz masculina - Quería mostrarte una pequeña parte de lo que lograrías hacer, si aceptas mi trato - hablo esto último con su voz femenina

- Con todo respeto pero mi respuesta ya se la di- hablo ella muy decidida

- No lo entiendo- volvió a decir - Eres un ser de magia deberías estar con los tuyos-

- Mis hermanos son los mios- respondió ella - Al igual que sus hermanos lo son para usted, no creo que usted sería capaz de traicionar sus principios y a sus hermanos solo por un simple capricho- añadió ella

- No- dijo el seriamente pensando en las palabras de la niña, aún no entendía que hacía allí, el había tomado su decisión, porque estaba pensando en retractarse o idear la forma de que esa pequeña cambiará de opinión y aceptará su oferta.

Su gran orgullo y sentido de superioridad le indicaba que estaba equivocado y que tenía que alejarse de ese lugar y no estar insistiendo ya que la niña ya había tomado su decisión, pero había algo en la niña que despertaba en el, algo que nunca le había pasado con ningún humano, curiosidad y aunque no quería admitirlo en el fondo un sentimiento de administración por sus palabras y sus actos.

- ¿Por qué osas desafiarme?, a caso ¿No me tienes miedo- le pregunto

- Disculpe, pero yo no lo estoy desafiando- expreso ella

- Me contestas, me hablas de mala manera sin ningún respeto, además que rechazas mi generosa oferta de educarte a ti y a tu amiga en la magia-

- Perdoneme si en alguna oportunidad no me expresado correctamente, no era mi intención ofenderlo- siguió hablando ella con voz suave y respetuosa - Pero le contesto, ya que usted es el que me habla y lo que usted me dijo fue una oferta y no una orden. Y con respecto a que si le tengo miedo o no, por muy extraño que le parezca, no le temo, más bien en las pocas horas que llevo conociéndolo, me parece alguien de admirar ya que no todos salvarían a una niña extraña como lo soy yo para usted, ni tampoco se tomarían el tiempo de hacer esa oferta que usted hizo- siguió hablando - Y no quiero que usted piense mal de mi, sí fuera solo por mi aceptaría su oferta con mucha felicidad, ya que sería entrenada por un gran hechicero como lo es usted, pero tengo que tener encuenta que mis hermanos están primero, nuestro hogar fue destruido y solo nos tenemos a nosotros, estamos solos, es por eso que no puedo dejarlos- termino diciendo esto último con un hilo de voz y los ojos cristalizados esas palabras que la traían de vuelta a la realidad le afectaba, estaban solos, ellos tres contra el mundo.

Bellroc se quedó pensando un poco en las palabras de la niña, su orgullo y su cordura le decía seriamente que no escuchará a su nueva idea que le surgía en la cabeza, pero su curiosidad y la admiración por esa niña que había salvado pudo más y hablo.

- Ve a llamar a tus hermanos - exclamo Bellroc mientras desvanecia el fuego que aún quedaba en la fogata.

- Que, ¿Por qué?- pregunto ella mientras se secaba una lágrima solitaria que se le escapó.

- Estoy dispuesto a aceptarlos a los tres- dijo el de forma seca y sin expresión.

Nahiara al escuchar abrió los ojos muy sorprendida sin poder creer lo que escuchaba - Espere, está diciendo qué - pero otra vez fue interrumpida

- Si, que también aceptaré al mortal, ahora ve por ellos, no agotes mi paciencia y hagas que cambie de idea- exclamo el sabiendo que tarde o temprano se arrepentiría de esa decisión.

A Nahiara se le iluminó la cara, aprendería magia. Aprendería magia con un poderoso hechicero y sus hermanos iban a estar con ella, era tanta su emoción que no se pudo controlarse y corrió hacia Bellroc sin que él pudiera evitarlo o adivinar sus intenciones y lo abrazo por la cintura con cariño y ternura. Bellroc se quedó tieso al sentir a la niña y su cara demostraba asombro, aunque Nahiara no lo notara por el casco.

No estaba acostumbrado a que las personas se le acercaran tanto y mucho menos que lo abrazaran, Nari era la única que llegaba hacerlo ya que ni siquiera su hermano Skrael por las mismas razones que ellos, así que rápidamente pensó en apartar a la niña pero antes de poder hacerlo escucho su dulce voz.

- Gracias por todo lo que está haciendo por mi, se lo agradezco - y cuando terminó de decir eso se apartó de el y lo miro con una gran sonrisa en donde Bellroc logro ver casi todos sus dientes - Iré por mis hermanos, ya regreso- y corrió al interior de la cueva, muy feliz por ese regalo inesperado.

Mientras que Bellroc se quedó allí aún en shock por todo lo que había pasado en cuestiones de segundos, jamás un humano le había agradecido y menos por algo tan simple como era entrenar a esa niña. Y fue allí que algo nuevo nació en Bellroc un sentimiento extraño y desconocido para el, aunque no sabía cómo llamarlo, ya que no era el típico sentimiento que tenía con sus hermanos era más bien algo más grande como un sentimiento de proteger, enseñar y cuidar a esa niña de ahora en adelante.

Esa madrugada no solo la vida de esos niños cambiaron, sino que también la de Bellroc, ya que aunque él no sabía en ese momento ni ella tampoco, el gesto de Nahiara fue el comienzo de una relación adoptiva de padres e hija.

Los Aprendices de MerlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora