Capítulo 21.

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Un sabio menciono un día " El tiempo tiene una manera maravillosa de mostrarnos lo que realmente importa".

Y fue justo lo que sucedió, la fecha que tanto se había esperado había llegado y todos estaban felices por eso. Mucho más la joven pareja.

- Familiares, Amigos y conocidos estamos aquí reunidos para celebrar la unión de Sir Robert y la señorita Beatriz en santo matrimonio- comenzó diciendo el juez que llevaba a cabo la celebración - Sir Robert Shalom y Señorita Beatriz Gastrell ¿Están dispuestos a respetarse y amarse siguiendo la vida del matrimonio, hasta que la muerte los separé?

- Si estamos dispuestos- dijeron amos mirándose cada uno a los ojos

- Unan sus manos y manifiesten sus votos matrimoniales ante el cielo, la tierra y ante todos los presentes.

Robert tomo las manos de Beatriz y las beso, luego la miró a los ojos - Yo, Robert Shalom, te recibo a ti, Beatriz Gastrell, como esposa y me entrego a ti. Prometo serte fiel en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte toda los días de mi vida, porque no necesito grandes cosas, solo necesito que tú estés siempre a mí lado para ser feliz. Juro que en esta nueva vida que comenzaremos juntos, estaré siempre a tu lado hasta el día que pierda el color de mi cabello y mi cuerpo no me permita estar en este mundo, aunque si te soy sincero creo que ni con eso dejaría de estar a tu lado cuidándote.

Los presente y Beatriz rieron aunque está última ya estuviera al borde de las lágrimas así que respiro profundo y tomo fuerza para decirnos suyos - Yo Beatriz Gastrell te recibo a ti, Robert Shalom, como esposo y me entrego a ti. Prometo serte fiel en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte toda los días de mi vida, eres una increíble persona y me alegro con el alma poner pasar el resto de mi vida contigo, no estoy segura de lo que nos puede esperar el futuro pero de lo que si estoy segura es de ambos podremos enfrentar juntos todo lo que venga.

El juez asintió y coloco una pequeño manto al rededor de ambas manos entrelazadas.

- Bueno, si nadie se opone a esta unión, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia- dijo el juez viendo como Robert y Beatriz se daban el beso que sellaría su unión para siempre

- Te amo, gracias por darme el mejor regalo- dijo Robert cuando se separaron

- Santo cielo, estoy tan feliz no sabes lo angustia que había vivido todo este tiempo por no decirte la verdad.

- Pero lo has hecho y es lo importante, te amo y siempre te amare sin importar quien o que seas.

- Aún no me creo que estemos casados ¿Esto es un sueño?.

Robert asintió - Lo es, un sueño que se ha vuelto realidad y que viviremos juntos de ahora en adelante.

- Aunque no siempre estaremos denacuerdo en todo- exclamó ella algo preocupada

- Por supuesto que no. Y si fue así el matrimonio ya no sería tan divertido ¿No?- exclamó el pelirrojo con una sonrisa burlona - Además me encantará ver cómo siempre yo tendré la razón y tú tendrás que aceptarlo.

- Eso no sucederá- dijo ella frunciendo el ceño

- Por supuesto que si- y la volvio a besar de imprevisto.

A pocos metros de ellos se encontraban todos lo invitados los cuales gritaban de emoción por la joven pareja, todos conformados por familiares de la novia, al igual que amigos y conocidos de ambos y sin poder olvidar a las hermanas de Robert; las cuales gritaban emocionadas por el logro de su hermano y el de ahora su cuñada.

Nahiara no paraba de aplaudir de la emoción y Aldara no se quedaba atrás exceptuando que está última no paraba de llorar de la alegría cuando iban saliendo del lugar para dirigirse al lugar en donde se efectuaría la fiesta.

Los Aprendices de MerlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora