Aldara había logrado encontrar el prado en dónde se encontraba aquella planta para poder ayudar a su amiga, con sumo cuidado y pidiendo permiso para arrancar sus hojas, tal y como se lo había enseñado su madre, ella comenzó su labor sin saber que estaba siendo observada por alguien muy curiosa de lo humanos.
- ¿Sabes que esas son muchas hojas pequeña?- escucho que le dijeron, así que rápidamente se volteo asustada pero no vio a nadie.
-Hola hay alguien allí- fue lo que se le ocurrió decir, pero no escucho respuesta así que siguió con su labor pero volvió a escuchar -Por lo menos sabes para qué sirven esas hojas, no sería correcto que las arranques sin razón-
-Ya vasta Robert no es gracioso- gritó ella asustada.
-Jaja- escucho una pequeña risa entre los arbustos -No me llamo Robert pequeña- dijo la voz
-Entonces, sal no te escondas, que no sabes que es de mala educación espiar a las personas- Exclamó ella
- Si salgo me vas a temer- dijo está preocupada
- No lo haré lo prometo- exclamó Aldara con una sonrisa ya estaba acostumbrada a tratar con diferentes especies que vivían en el bosque pero nunca se espero encontrarse con aquella deida ese día.
Cuando la vio salir se quedó muy sorprendida ya que nunca imagino que apareciera, una especie de hada verde o criatura parecida a una ninfa con un cuerpo a base de plantas, antenas en forma de rama, orejas puntiagudas y ojos amarillos.
- No me temes- pregunto extrañada al ver que la niña la miraba con curiosidad y no con miedo. Algo que era nuevo para ella ya que siempre que algún humano la veía salía corriendo guiado por el miedo.
- No- respondió con una amplia sonrisa
- Así que no piensas correr- volvió a preguntar mientras se acercaba a ella pero notaba que no tenía intenciones de hacerlo.
- Estoy hablando con usted, si lo hiciera no estaría correcto, mi mamá siempre me dice que es de mala educación, salir corriendo cuando estamos hablando con un elemental, ya que es ofensivo para ustedes- le explicó.
Ella sonrió ampliamente al escuchar esa tiernas y respetuosas palabras -Tu madre es muy lista al enseñarte eso- le dijo - Me llamo Nari, es un placer pequeña-
-¿Nari?- pregunto curiosa -¿Nari, del bosque eterno?-
- ¿Sabes quién Soy?-
Aldara asintió - Es usted perteneciente a la orden Arcana, disculpe mi falta de educación- dijo mientras hacia una reverencia - Mi nombre es Aldara y es un honor conocerla Semi- diosa Nari del bosque eterno-
-No es necesaria tanta formalidad, pero agradezco tu respeto pequeña Aldara- le respondió
Nari estaba encantada con esa pequeña niña, esa era la prueba que ella necesitaba para no creer en lo que sus hermanos decían, no todos los humanos eran malos, algunos eran amables, respetuosos y hasta tiernos como esa pequeña niña, y lo confirmo al escuchar lo que la pequeña dijo luego.
- Con todo respeto, es usted muy bonita semi- diosa Nari- le comento Aldara ya que ella estaba maravillada por la presencia de ella. Nari era una criatura mágica al igual que ella y eso la entusiasmaba mucho, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito muy familiar
- ¡Aldara!- escucho así que voltio a ver hacia donde se escucho la voz y vio como Robert se le acercaba corriendo y la abrazo preocupado
- Estás bien- le dijo
- Robert me asfixias, estoy bien- dijo ella mientras intentaba quitárselo de encima pero, el mismo se aparto al sentir que la temperatura cambio rápidamente, comenzó a hacer frío de repente pero rápidamente la temperatura volvió a cambiar y se volvió calurosa y dos voces se escucharon gritar muy enojadas.
- ¡NARI!- gritaron ambas y un tornado hecho de humo se formó delante de los tres, dejando ver a dos figuras imponentes y por instinto de protección, Robert coloco a Aldara detrás de él para protegerla de cualquier ataque, aunque él no tuviera magia.
- Cuántas veces te hemos dicho que no te acerques a los humanos- gritó el que tenía en su traje muchas plumas.
- Es la orden Arcana- le susurro Aldara a Robert con miedo al ver a esas dos figuras imponentes, Nari mostraba amabilidad pero ellos dos parecían muy fuertes y temibles, además de agregar que parecia que no los querían cerca a ellos de Nari.
La situación no era la mejor, según lo que los niños veían.
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Los Aprendices de Merlin
RastgeleTodos conocemos ya la historia de Hisirdoux Casperan, el sucesor del gran mago Merlin de Ambrosía, pero que hay de los demás aprendices que tuvo el en un pasado.