The Leyend's Affix

Epílogo

—¡No!.

—No estaba pidiendo tu permiso.

—¡Y no permitiré que te lo lleves!.

Lan Xichen permite que un suspiro de exasperación se escape de sus labios mientras coloca la taza de té sobre la mesa baja. Mira a su tío, sentado a su derecha, que está ocupado lanzando miradas como dagas a Wei Wuxian, sentado al otro lado, con los brazos cruzados.

Esta va a ser una larga charla, piensa para sí mismo.

—Este entorno no es apto para su recuperación. Lo llevaré de regreso a Cloud Recesses—. Lan Qiren discute, y Wei Wuxian le resopla.

—¡Bla! ¡Bla! ¡Bla! Actuando como si te preocuparas por su bienestar, ¡qué broma!.

—Tú-.

Wei Wuxian golpea la mesa con las palmas de las manos, lo que hace que las tazas de té tiemblen por la intensidad del golpe, y Lan Xichen ya puede sentir que se avecina un dolor de cabeza. Él sabe que su tío está tratando de hacer las paces con su peculiar y mala forma de hacerlo, pero entiende el rechazo de la idea por parte de Wei Wuxian. Después de lo que le hicieron en Cloud Recesses a Lan Zhan, tiene todo el derecho de oponerse a que su hermano resida allí. Pero si pensamos más en ello, él también cree que los túmulos funerarios no son un lugar ideal para que lo traten.

—¡Si te importara lo suficiente, no habrías permitido que alguien más lo lastimara de esa manera! Tu comportamiento tan mutable es la única razón por la que estamos teniendo esta conversación en primer lugar. Mi decisión es definitiva—. Wei Wuxian afirma en un tono estridente y trata de no estremecerse.

El silencio llena la habitación y Lan Xichen está preocupado. Su tío no ha dicho una palabra, ni siquiera una mueca en la boca o el pliegue de una ceja que descifraría sus pensamientos mientras mira solemnemente a Wei Wuxian. El chico al que miran fijamente, por otro lado, le da una mirada aburrida mientras golpea impacientemente sus dedos sobre la mesa.

—¿Crees que fue fácil?—. Wei Wuxian lo mira a los ojos.

—Estaba acribillado entre mi convicción hacia nuestros principios y la necesidad de ayudar a los sobrinos que crié yo mismo. No estoy tratando de justificar mis acciones, pero estaba simplemente indefenso mientras trataba de actuar como mediador. Yo sé que debería haberlo hecho mejor, dejé de lado mis convicciones por los chicos que siempre me han admirado, pero mis pies estaban atados a los grilletes que me construí a lo largo de los años. ¿Sabes cómo me sentía? ¿Entiendes el sentimiento de no tener otra alternativa, así que simplemente aceptas tu vulnerabilidad?

—Sí, más de lo que piensas—, dice Wei Wuxian, mientras sus manos rozan suavemente su dantian, donde debería haber residido su núcleo, el núcleo que ya no es suyo.

Lan Qiren asiente solemnemente con la cabeza y Wei Wuxian no sabe si entiende lo que quiso decir, pero no se trata de él en este momento. Decide objetar nuevamente, pero Lan Qiren se le adelanta. —No diré que no le he fallado a Wangji, Xichen a ti también—, Lan Xichen niega con la cabeza cortésmente, pero Lan Qiren sabe que el corazón misericordioso y la empatía de su sobrino mayor no le permitirían guardar rencor.

—Xichen, no seas tan amable. No siempre es algo bueno—. Lan Qiren suspira y continúa. —Lo hice, te fallé y estoy dispuesto a asumir las consecuencias. Pero todo lo que pido es que me permitas redimirme después de ser un pésimo ejemplo para ambos, particularmente para Wangji.

La sorpresa es un eufemismo porque Wei Wuxian nunca esperaría que Lan Qiren, de todas las personas, se arrepintiera de su devoción ciega hacia sus reglas. No solo causó una tragedia a los sobrinos que amaba, sino que al mismo tiempo destrozó la delicada relación que habían moldeado con ellos a lo largo de los años. Por lo que recuerda Wei Wuxian, Lan Qiren ha sido la única figura paterna visible tanto para su zhiji como para su hermano, y no desea que Lan Wangji esté lejos de él.