lazo roto ⋆ minayeon.

24

Observaba a Nayeon en la lejanía, no quería interrumpirla en ningún momento. En la universidad así era, Mina sólo se acercaba cuando era necesario, cuando veía que su omega requería de su presencia más que nunca. Pero ahora no se acercaba, Nayeon se encontraba sentada mientras leía un libro, antes la había visto en el mismo lugar, pero ahora las posturas eran distintas.

Mientras que antes podías encontrarla allí, veías el notorio nerviosismo y miedo que sentía con solo la presencia de que otro alfa se acercará a ella y la forma en que parecía encorvarse más en su lugar para evitar que la miraran. Pero ahora todo era muy distinto; espalda recata y sin esos hombros encogiéndose para tratar de hacerla más pequeña, sin ocultarse y sin la tensión de por medio. Ahora se podía ver a una Nayeon más relajada.

Sonrió y miró el pequeño regalo que tenía en sus manos; según Namjoon, esto le puede llegar a gustar, aunque Mina no cree que aquello le guste, pero es bueno intentarlo, así que respiró profundo y comenzó a caminar hacia dentro de los jardines; para poder ir y hablar con Nayeon.

—No sabía que tan linda omega estaría esperándome aquí. —Nayeon dejó su lectura por unos momentos para mirar al frente, y sonrió al ver de quién se trataba. Observó que Mina tenía sus manos escondidas dentro de los bolsillos de su chamarra.

—Y yo no esperaba llamar la atención de tan atractiva alfa. —Mina sonrió en respuesta y se acercó para por fin tomar asiento al lado de Nayeon, la omega colocó un separador dentro de su libro para no perder la página, aunque siempre las memorizaba para no olvidar en dónde se quedó si es que no tenía un separador en el momento.

—¿De verdad soy tan atractiva? —Mina se mostró sonriendo ladina y mostrando sólo una parte de su dentadura. —Debería de irme a las audiciones de idols.

—No, no quiero que te vayas y me dejes aquí, alfa. —Nayeon se mostró levemente molesta al respecto, pero sólo había hecho que Mina soltara una suave risa.

—Tranquila, no te abandonaría por sólo ir a esas cosas, omega. —Soltó un largo suspiro y levantó su vista al cielo. —¿Es mi idea o esa nube se ve muy extraña?

Nayeon se vio confundida al respecto y por curiosidad levantó la mirada para observar el cielo.

—¿Cuál? —Preguntó Nayeon, pero al fijarse en el cielo, las nubes eran escasas, casi estaba perfectamente despejado. Sintió cómo algo era dejado en su regazo de forma rápida y fue entonces que miró hacia Mina, pero ésta se mantenía mirando el cielo, y después observó su regazo, ¿eso era...? —Mina.

—¡Woa! Parece que alguien te ha dejado un regalo, ¿quién sería? —Nayeon se mostró levemente molesta y miró a Mina, entrecerrando sus ojos, pero la alfa sólo le mostró una sonrisa. —Ábrelo, espero que te guste.

La omega llevó sus manos a aquella pequeña caja para después abrirla; había un anillo ahí. Sintió sus mejillas comenzar a calentarse al verlo, ¿qué clase de propuesta matrimonial es ésta?

—No quiero casarme tan pronto. —Mencionó Nayeon.

—¿Me rechazas? Pero si eres la omega de mi vida, Yeonnie. —Se quejó Mina con diversión, la omega no pudo evitar sonreír por tal queja de parte de la alfa.

—Lo consideraré. —Mina se vio feliz con esa respuesta.

—Me tomé la libertad de pedir que le grabaran algo. —Nayeon se sorprendió al escuchar eso, así que tomó aquel anillo y observó el grabado.

"Mi hermosa omega."

Esas eran las palabras grabadas en el anillo, y Nayeon no podía más que sentirse cálida con esas palabras. Mina siempre menciona lo hermosa que es y lo mucho que la quiere, y este pequeño detalle había sido de lo más dulce que habían hecho por ella.

—¿Te ha gustado? —Preguntó Mina con tranquilidad.

—Es hermoso, me encanta. —Miró a la alfa. —Pero—Mina le miró. —, no tengo un regalo para ti.

—¡Claro que lo tienes! —Nayeon se mostró confundida al escuchar eso. —Eres mi regalo, Yeonnie, no necesito algo material, tu sola presencia alegra mi vida, omega. Te quiero, Yeonnie.

—Y yo a ti, Mina...

"INTENTARÉ REPARAR LO QUE ÉL SE HA LLEVADO DE TI"