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No había sido fácil, encontrar departamentos con una renta que fuera accesible y en una zona como lo es Seúl, era de lo más complicado, pero lo había logrado, Nayeon podía sentirse ligeramente afortunada por haber encontrado el lugar perfecto, su ...

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No había sido fácil, encontrar departamentos con una renta que fuera accesible y en una zona como lo es Seúl, era de lo más complicado, pero lo había logrado, Nayeon podía sentirse ligeramente afortunada por haber encontrado el lugar perfecto, su departamento estaba en el tercer piso, era espacioso, perfecto.

No dudo ni un solo segundo en aceptarlo en cuanto escucho el precio de la renta, y admirar el lugar completo, estaba sumamente feliz, se felicito internamente al poder hacer logrado su cometido, las cajas de su mudanza serían lo más complicado de llevar, de eso estaba más que segura, pero lo haría poco a poco.

Sus cosas eran pocas, así que no sería tanto problema, lamentablemente para la omega, aún observar como su anterior alfa llevaba a su nueva omega y le daba besos y caricias, hacía que su corazón se estrujará en su pecho cada vez más, sabía que lo mejor era esquivarlo por completo y dejarlo pasar, pero era complicado, mirar aquellas escenas y después en la tarde recordarlas, hacía que su corazón volviera a sentirse tan oprimido y dañado como en un principio, su lobo ni siquiera se dignaba a dar alguna señal de vida, Nayeon era consciente de que la razón era más por la vergüenza de haber sido botada por su alfa.

Nayeon soltó un suspiro después de dejar la ultima de las cajas en su nuevo departamento, sonrió para si misma orgullosa de poder por fin alejarse de ese alfa, comenzar de nuevo es difícil, y más con un lazo roto, pero lo intentaría.

—Pequeño cachorro —hablo en voz baja mientras sus manos acariciaban su plano vientre—, tú y yo estaremos aquí como una familia, la mejor de las familias, ¿te gusta? —sonrió mientras con su mirada daba de nueva cuenta un vistazo a lo que había, las cocinas en todos aquellos departamentos ya estaban amuebladas, Nayeon había logrado conseguir pocos muebles, apenas unas cuantas sillas y algunos cojines que planeaba utilizar como el sofá principal.

Después iría agregando más cosas a su pequeño nuevo hogar.

—Bien, bien —asintió—, a desempacar.

Y así Nayeon había comenzado a desempacar las cosas que había traído, algunos libros, floreros, su portátil, unas pequeñas plantas que ella se encargaba de cuidar, entre otras cosas, a pasos lentos pero decididos, fue acomodando una por una hasta que por fin el departamento iba poco a poco tomando color con cada una de sus pertenencias.

Cuando la ultima caja fue abierta, allí supo que tenía que hacer algo de inmediato, sabía que aquel alfa no le gustaría verla por los pasillos de la universidad, afortunadamente para Nayeon, las clases ya habían casi dado a su fin, y a ella le faltaba un año para terminar con su carrera, de inmediato se dirigió hacía su computador para encenderlo y comenzar a buscar los demás planteles de la universidad en la que estudia.

Sonrió en grande al poder encontrar una que quedaba a media hora de camino de dónde ahora se encontraba, era perfecto, haría el tramite de sus papeles para estudiar en aquel plantel, no esperaría más, entre más rápido se alejase de ese alfa, se sentiría mucho más feliz y tranquila, lo necesitaba, para su bienestar y su corazón.

Paso su mano por la marca, aún no desaparecía del todo, apretó sus labios en una fina línea, había escuchado tantas veces de los lazos rotos, pero jamás creyó que ella sería una de las omegas que los tendría, esperaba que no fuera un motivo de burla, pero seguramente lo sería, aunque desde casi siempre había estado acostumbrada a las burlas de los demás.

Nayeon sufrió mucho cuando estaba en su etapa de bachillerato, y prácticamente ser omega no impedía que las burlas siguieran, los alfas eran un total fastidio, unos imbéciles totales, se burlaban de ella, le decían inclusive que ningún alfa se fijaría en semejante omega como ella, había deseado tanto gritarles y restregarles en sus caras que tenía un alfa que la quería, pero ahora sabía que tal vez ahora si ellos lo vieran en ese estado estarían burlándose de ella, por creer que en verdad un alfa gustaría de estar con ella.

Sacudió levemente su cabeza de un lado a otro para sacar esos pensamientos, no debía de pensar en eso, el pasado era pasado, tenía que mirar hacía adelante y dejar de pensar en todo lo malo, no todo en la vida lo es, y ahora está esperando un hermoso cachorro, no podía dejar que los pensamientos negativos lograrán deprimirla, eso si que afectaría a su pequeño.

Al menos el papeleo se hacía por Internet.

“INTENTARÉ REPARAR LO QUE ÉL SE HA LLEVADO DE TI”

“INTENTARÉ REPARAR LO QUE ÉL SE HA LLEVADO DE TI”

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lazo roto ⋆ minayeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora