Mirabel:
Mis manos se deslizaron por esos rulos castaños mientras intentaba acomodarlos, alcé un lazo color rosa e hice una coleta alta. La niña frente al espejo me regaló una sonrisa, giró hacia mi y a pesar de su pequeña estatura, me susurró.
—¿Me veo bonita?— junto sus manitos en señal de nerviosismo y no era para menos, el momento se acercaba.
—Eres la más hermosa, mi mariposita— la abracé.
—Luego dices que Camila no es tu favorita— murmuraron dos niños cerca de la puerta de mi habitación.
Misael me observaba con el rostro fruncido, había permanecido así desde la mañana, le desagradaban las fiestas y el bullicio a su tan corta edad, y eso era justo lo que hoy habria. Una gran fiesta.
—Mis amores, vengan con mamá— alcé mis brazos para llamarlos mientras los miraba con ternura.
Ambos corrieron y se posicionaron al lado de Camila, Carlos se acercó más a mi para susurrar algo que me provocó una sonrisa.
—Papá dijo que nos ayudes a peinarnos porque el no puede con nosotros.
—Claro que si mis niños— les digo y aparto a Camila de ellos.
—¿Ustedes también quieren una coleta con un lazo rosa?— pregunta mi hija trayendo en sus manos varios lazos.
Los niños hacen mueca de asco y se quejan —No Camila, no somos niñas.
—Pero una coleta para sus largos mechones no estaría nada mal— comento y ellos niegan rotundamente.
Al final me rindo y sólo acomodo esos mechones a modo de que queden relucientes.
Sé que lo oculto muy bien pero por dentro estoy hecha un manojo de nervios. Hoy mis trillizos cumplen sus tan preciados cinco añitos y recibirán su don.
La sola idea de que algo salga mal me pone nerviosa.
—Listo— digo una vez termino de arreglarlos a ambos.
—Mamá ¿podemos jugar con Diego?— pregunta Camila jalando de mi vestido.
—Esta bien— lo apruebo —pero no molesten a la tía Dolores, esta muy histérica con su embarazo.
Y era cierto, Dolores tenía a María de diez años, Diego de seis, Sebastián de cuatro y su último embarazo que resultaban ser mellizos, vaya descendencia.
Bueno, tampoco puedo reclamar, yo terminé siendo madre de trillizos y jamás lo imaginé. Es más, cuando me enteré pensé que no podría con tanto.
—Mi amor...— escucho a Camilo acercarse, su mirada encuentra la mía y me roba un beso antes de que yo diga algo.
Rodea mi cintura por unos breves segundos antes de acariciar mi rostro.
—Hola mi amor— le correspondo entre tanto acaricio su rostro.
Él me mira extrañado.
—Puedo verlo en tu mirada— dice y no comprendo —sientes miedo ¿no es así?
Niego al principio pero después de ver su rostro termino asintiendo tratando de evitar la extraña sensación que invadía mi ser desde hace meses.
—Quiero evitarlo pero no puedo— confieso él toma mis manos y me guía hasta la esquina de nuestra cama —tengo miedo de que ellos...
—Eso no pasará— declara sonriente —nuestros niños recibirán su don y nada impedirá que éste sea un día muy especial.
—Yo nunca pude tener un don— lo interrumpo —¿y si eso les afecta a ellos?
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Secretos | Camirabel
Fanfiction-Tienes unos ojos tan grandes que me veo reflejado en ellos, tus cejas son gruesas y brillantes, me encanta tu cabello rizado con ese pequeño mechón rebelde en tu frente- ahora si me sentía extraña, lo que decía Camilo junto a la cercanía que había...