18. Pórtate muy mal

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| Coral | marzo | 2022 |

Por fin podía darles un rostro a mis compañeros de trabajo en Mapfre desde esta semana en que asistí de forma presencial a la compañía aseguradora. Desde diciembre solo los conocía por su voz ya que las reuniones virtuales eran sin cámara encendida. Me gusta mucho el poder trabar desde una oficina propiamente dicha y no desde mi habitación. Aunque también extraño bastante mis ratos libres -cuando me desocupada de las tareas que me dejaban los analistas- y me echaba en mi camita para ver algún video en YouTube por largos ratos durante estos últimos meses.

Me tocó ir dos días completos a la oficina esta semana, pero este viernes solo debía de asistir luego de la hora del almuerzo. Estuve preparando a toda prisa unas plantillas que nos está pidiendo el organismo regulador desde principios de marzo. Pero lo más resaltante no fue el hecho de que logré acabarlos casi a la hora de mi salida sino que Fiorella -una de las analistas con la que he trabajado bastante- apareció en la oficina para invitarme a salir con otros tres analistas de nuestra área a tomarnos algo.

- No me digas que ya tenías planes, Coral.

- Amm... -miente, gritaba los rezagos de mi anterior "yo"-. Estoy libre en verdad.

- Entonces, ¿por qué lo piensas tanto? -exclama con gracia-. Es viernes por la noche y esta semanita estuvo pesada. Solo iremos a la Calle de la Pizzas.

- Algo bien tranqui, ¿no? 

Sería tan vergonzoso decirle a Fiorella que primero tengo que pedirle permiso a mi mamá para salir. A menos que sea algo muy tranquilo y vuelva a mi casa como a las nueve de la noche.

- Sí, sí... Tranquilazo. Comemos unas alitas BBQ y tomamos un par de chelas.

- Ayaa. Entonces, fresh. Vamos.

- Chévere. Entonces, le diré a los chicos que también te nos unes. Vengo en quince minutos a buscarte. Ya ve guardando los archivos y apagando la laptop.

- Sí, claro.

Apenas la veo desaparecer tras la puerta, me apresuro a escribirle por WhatsApp a mi mamá. Ojalá no se ponga fastidiosa para darme permiso. En verdad, jamás le he pedido permiso para salir con gente desconocida. Maxime y su prima en teoría no fueron desconocidas, pero mis compañeros de trabajo... no lo sé. 

Y para aumentar mi incertidumbre, mamá no me contesta de inmediato. ¡Ni en visto me deja! Ya están por ser las siete de la noche y sigo en el limbo de ir o no con mis compañeros. Acababa de echarle llave al casillero donde guardo la laptop cuando mi celular vibró por la notificación de mensajería.

Me dio risa que mamá respondiera: "Me estás pidiendo permiso??? Sal nomás con tus amigos. Solo avísame hasta que hora se quedarán".

Sí, todavía me preocupo por tonterías. Pero al menos no rechacé la invitación a salir. La "anterior" Coral sí hubiese metido cualquier cuentazo con tal de no tener que salir ni a tomar un café con nadie. De una u otra forma, conocer a Maca me hizo mucho bien, y ni qué decir sobre su prima. 

¿Y si le escribo? No tengo a nadie más  a quien decirle que será mi primer viernes nocturno -quitando las salidas que tuve con ella-. En París deben de ser las dos de la mañana más o menos. ¿Qué más da? La otra alternativa sería hablar con Claudia, pero meh. Mi hermanita solo se esforzaría en resaltar que soy un bicho raro y que mis compañeros se aburrirán conmigo para jamás volverme a invitar a salir. También está Maca, pero... bueno... Soy demasiado orgullosa para escribirle. Nunca se disculpó por lo de su fiesta.

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Coral 18:59

María, llena eres de graciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora