Mr. Sadistic -민에 (BTS)

11 P.M

Su garganta ardía demasiado, parecía como si hubiese tragado un pedazo de metal caliente al rojo vivo, por más que inhalaba y exhalaba le estaba costando demasiado trabajo el retenerse.

Pero Jungkook lo seguía abrazando como si su vida dependiera de ello, sin ser consciente de lo fuerte que era su aroma ahora y la tortura que ocasionaba en el mayor.
Ya estaban en el cuarto de Jeon, sentados en la cama del mismo, Jungkook se había aferrado a Yoongi sin poder dejar de llorar, mientras que el rubio solo palmeaba su espalda intentando tranquilizarlo.

A pesar de que Yoongi tenía la capacidad de contener oliendo sangre humana, ahora mismo le estaba costando demasiado, jamás se imaginó encontrarse en esa situación, toda su vida fue un experto y demasiado fácil para él no ceder ante sus instintos, pero justo ahora sentía la necesidad de lanzarse contra el cuello de Jeon.

Pero no debía.

–Jungkook, deberías dormir un rato...– Le dijo Yoongi.

Su boca salivaba como si estuviera sumamente sediento, de verdad que Yoongi estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano.

–No tengo sueño, no quiero estar solo...– Respondió.

Yoongi lo apartó un poco para mirarlo a los ojos, cuando sus miradas se encontraron, estando así de cerca, y después de muchísimo tiempo, Jungkook sintió seguridad.

Aquellos ojos que alguna vez le transmitieron terror y miedo, ahora le transmitían seguridad.

Jungkook sintió que tenía... no... que quería ver esos ojos tan cerca de él todo el tiempo que le fuera posible.

No lo pensó dos veces, y por primera vez en su vida siguió lo que su corazón sentía.

Con ambas manos tomó a Yoongi del rostro, acortó la distancia entre él y el mayor, y con sus labios secos y partidos capturó los labios húmedos y fríos de Min.

Por supuesto, el mayor se sorprendió ante la acción del menor, pero cuando él se separó y el tan solo sentir sus labios lejos de él unos milisegundos, fue suficiente para darse cuenta de que no quería tenerlo lejos ni un solo momento.
Lo tomó de la cintura y lo volvió a acercar a él para entonces volver a besarlo.

No era un beso tosco ni con lujuria, era lento, delicado, se atrevería a decir que estaba cargado de cariño, calidez, era dulce y suave.
Jeon acariciaba las mejillas del mayor con tanta delicadeza que Yoongi se sentía como niño pequeño siendo consentido por primera vez en su vida.

Sin embargo, el fuerte aroma de la sangre de Jungkook lo estaba asfixiando de más, así que tuvo que separarse de inmediato antes de que pudiera hacerle daño.
Jungkook se confundió ante la acción del mayor, incluso se avergonzó un poco.

–Lo siento...– Dijo cabizbajo.

–No... Yo lo siento...– Dijo Yoongi, subió su mano hasta la cabellera del menor para comenzar a acariciarlo.–Necesitas descansar un poco...– Le dijo poniéndose de pie.

Jungkook lo miró colocar su mano en su cabeza, y tan solo fue cuestión de segundos para que entonces Jeon cayera profundamente dormido en su cama.

Yoongi tan solo se encargó de acomodarlo bien y arroparlo con sus cobijas, se agachó para poder mirarlo mejor, y aunque sus instintos estaban a punto de salir, se permitió admirarlo dormido unos momentos más y acariciar sus rosadas mejillas.

Sí, había caído, otra vez sentía esa estúpida necesidad de proteger a un humano, un ser inferior que podía morir con demasiada facilidad, sentía cariño hacia esa raza que no era buena para absolutamente nada, lo quería.