Jungkook y yo empezamos a trabajar en nuestras metas paralelamente. Mientras que él se ejercitaba y pasaba días enteros entrenado, yo intentaba encontrar mí estilo y de esa manera mí verdadero ser.
Para la salida de nuestro sencillo, Boy With Luv, creí haberlo encontrado, destacándome por mí apariencia andrógina que tanto me gustaba. Estaba seguro de mí masculinidad, aunque no necesitaba lo que la sociedad consideraba masculino, pero eso no me hacía sentir menos hombre, sino todo lo contrario.
Jungkook amaba que fuera así, por eso me eligió como primer puesto de belleza entre los miembros, en una de las tantas entrevistas que tuvimos. Me quedé perplejo al escucharlo, pero se sintió tan bien que mí autoestima explotó en pedacitos para volver a unirse luego.
Jungkook amaba cada parte de mí cuerpo, desde mí cabello sedoso hasta mí trasero voluptuoso. Desde mis 68 CM de cintura, hasta mis pezones sensibles que le daban la bienvenida a sus labios siempre que él quería.
Pensar en eso podía hacerme poner duro y me llamaba la atención que así sea, aún cuando ya habían pasado dos años desde nuestra primera vez. Cada vez que follábamos se sentía excelente, único e incomparable. Jamás podríamos cansarnos el uno del otro.
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Asistimos a los Grammys por primera vez.
Las noches en los hoteles eran horribles si estábamos separados, pero si estaba con Jungkook todo cambiaba. Dormíamos juntos, me prestaba su pecho y por qué no su polla cuando más estresado me sentía.
Pero esa noche no íbamos a follar, porque nuestros amigos Taehyung y Seokjin vinieron en búsqueda de voluntarios para jugar Free fire. Jugamos hasta las cinco de la mañana, mientras que nuestra rapline salió a conocer los casinos más lindos de Las Vegas.
Entre las luces, cámaras y flashes, el momento a solas con mis compañeros se sintió demasiado necesario, casi tanto como respirar. Eran los únicos momentos donde podíamos ser chicos normales, que se enojaban y reían sin miedo a ser grabados y juzgados luego.
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Jungkook me dijo te amo frente a cientos de personas. Lo hizo, con lenguaje de señas y frente al mismísimo Namjoon. Seokjin nos ignoró y Hoseok siguió su camino, pero era entendible, ya que a veces no sabían cómo actuar.
Pero aquella noche no iba a terminar allí para nosotros...
En medio de la entrega, cuando ganamos uno de los tantos premios de la noche, los siete miembros nos dirigimos al escenario para recibir los honores. Sin saber porque, pero con muchos ánimos de intimidarme y provocarme, Jungkook se acercó a mi y chocó nuestras mejillas frente a todos... se sintió casi tan íntimo como un beso, aunque haya sido por error, cuando la intención de mi chico era solo darme un poco de cariño. Se puso tan nervioso que se olvidó de decir lo que tenia que decirme y yo no pude culparlo, pues estábamos en el centro de las cámaras.
