Santiago Ucrós depositó la última maleta en el suelo antes de suspirar mientras miraba a su alrededor, por fin estaba en su nuevo hogar.
Luego de la muerte de Alicia, hace mas de dos años, Santiago habia viajado por varias ciudades, intentando encontrar un lugar donde vivir, pero todo le recordaba a Alicia, no podía pasar mas de un par de meses en el mismo lugar sin sentirse agobiado, asi que habia decidido cambiar completamente de aire.
Encontró una oferta de trabajo en el hospital de un pequeño pueblo llamado San Marcos, un lugar muy rural, alejado de la ciudad.
A Santiago le parecía la oportunidad perfecta para iniciar de nuevo.
Luego de perder al amor de su vida, Santiago había decidido dejar de lado las relaciones amorosas.
Todas sus relaciones terminaban mal, y la única mujer que realmente lo amó, se fue de su lado por culpa de una maldita enfermedad.
Santiago extrañaba a Alicia todos los días de su vida, ya no con tristeza, había sanado y podía recordarla sin romper en llanto, ahora la recordaba con una sonrisa, extrañando todo de ella, pero agradeciendo haber podido disfrutar de aquel ser maravilloso que fue Alicia Rivera.
Alicia no había sido solo su pareja, sino también su mejor amiga por muchísimos años, y eso era lo que Santiago más extrañaba de ella, Alicia era la persona con quien él podía hablar de cualquier cosa, les conocía a él y Julia más que nadie en el mundo.
Ahora, Santiago no tenía a nadie que cumpliera el rol de confidente que Alicia había ocupado, hacía más de un año que había dejado de tener contacto con Julia y Matias, solo sabia como estaban gracias a Cristobal, que lo llamaba de vez en cuando, a pesar de haber sido amigos durante muchísimo tiempo, todo lo sucedido con Alicia había hecho que Santiago se aleje de sus amigos y familia.
Porque sus amigos, también habían sido amigos de Alicia, y verlos le recordaba a ella todo el tiempo.
Santiago había decidido comenzar completamente de cero, una vida nueva, sin nada que le recordase a aquel amor que partió hace dos años.
El médico tenía fé de que en este pueblo encontraría aquella paz y estabilidad que había perdido años atrás, aún no lo había recorrido del todo, pero en el viaje había podido observar un poco, y Santiago solo podía respirar paz en aquel sitio.
Santiago se pasó toda la mañana organizando su nuevo hogar, haciéndolo un poco más acogedor, aunque no tenía muchas pertenencias además de sus prendas.
Al medio dia, decidió salir a recorrer un poco, antes de dirigirse a su nuevo trabajo, caminó un poco por la plaza del pueblo, toda la gente era muy amigable, algunos muy de campo, otros no tanto, pero no era nada parecido con la gente con la que Santiago había tratado en el pasado.
Definitivamente podría acostumbrarse a este lugar, paz, gente amable, paisajes hermosos, y sobre todo, nada que le recordase a Alicia.
Luego de unas dos horas, Santiago se dirigió a su nuevo trabajo.
Al ingresar a aquel hospital, Santiago notó que no era nada parecido a los lugares donde solía trabajar, primeramente, ahora trabajaría como un doctor clínico, no cirujano, en aquel sitio no eran tan necesarios los cirujanos plásticos.
Además, el lugar estaba muchísimo menos concurrido que un hospital de ciudad, los médicos y enfermeras caminaban, en lugar de correr de un lado a otro para poder atender a todos los pacientes.
-Buenas tardes, estoy buscando al director- Habló Santiago dirigiéndose a una recepcionista-
-¿Tiene cita?
-Soy el doctor Santiago Ucrós
-Ya, aquí está, puede pasar, lo está esperando.
Santiago ingresó al despacho del director, y habló con él varios aspectos técnicos del nuevo trabajo, le presentaron a varios miembros del equipo médico, y lo pusieron al tanto de que tal era el ritmo que se llevaba allí.
Santiago no podía estar más conforme, era un trabajo con buena paga, buenos horarios y buen ambiente laboral, definitivamente podría acostumbrarse a este lugar.
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Sara Elizondo se levantó aquella mañana dos minutos antes de que su despertador sonase, como siempre.
Se dirigió rápidamente al baño para ducharse y lavarse los dientes, se vistió y maquilló antes de dirigirse al cuarto de su hija, Gaby.
-Mi amor, ¿estás lista?- Preguntó Sara detrás de la puerta-
-Si, mami, ya bajo- contestó la joven de 17 años-
-Sabes que está mintiendo, ¿verdad?-Preguntó Andres a su madre riendo mientras se dirigía a las escaleras seguido de ella
Sara suspiró, sabiendo que su hija nunca estaría lista a tiempo.
Gabriela Reyes Elizondo había heredado la impuntualidad de su padre, Franco Reyes.
Sara recordaba a su fallecido esposo todos los días, le era inevitable, viviendo junto a la perfecta copia de quien fue su marido por más de veinte años.
Franco Reyes había fallecido hace más de tres años, dejando un vacío enorme en su esposa y sus dos hijos, Andres y Gaby, de ese entonces 18 y 14 años respectivamente.
Sara se había distanciado mucho de su familia luego de la partida de Franco, solo tenía contacto con sus hermanas, Norma y Jimena, sus sobrinos y su madre solo cuando se trataba de su abuelo.
Sara y Franco siempre habían vivido en su propia burbuja, y Sara siguió viviendo de la misma manera a pesar de que él ya no estuviera.
-¿Vas a volver temprano hoy?- preguntó Sara a su primogénito, Andrés-
-No creo mamá, ¿necesitas que recoja a Gaby?
-Creo que puedo hacerlo yo, ¿pero podrías salir del ensayo si tengo alguna emergencia?
-Sabes que si, mamá, solo llamame y yo la busco, ¿si?
Sara asintió y su hijo le dio un beso en la frente antes de Salir de la casa con su guitarra en la mano-
-¡Gaby!
-Ya, ya voy
Gaby bajó corriendo las escaleras, terminando de cerrar su chaqueta mientras revisaba tener todo en su mochila
-Un dia de estos no te van a permitir el ingreso, no puedes seguir llegando tarde
-No me regañes, mami, hago lo que puedo- Dijo Gaby con una sonrisa-
Sara la miró negando con la cabeza, definitivamente su niña era un caso perdido.
Ambas se dirigieron al auto de Sara, mientras se colocaba el cinturón, Sara recibió una llamada de su madre
-¿Qué pasó, Mamá?
-Tu abuelo, Sara, se ha caído intentando bajar de la silla
-¡¿Qué?!
-Estoy yendo junto a Norma al hospital, ya le avise a Jimena para que vaya
-Dejo a Gaby en la escuela y salgo para allí, no desesperes, mamá, seguro no es nada grave
-¿Le pasó algo al bisa?- pregunto Gaby mientras Sara salía a la carretera-
-Si, pero no te preocupes que va a estar bien, ¿si?
{...}
Sara se detuvo frente a la escuela de Gaby, y esta le dio un beso a su madre en la mejilla antes de bajar
-Te aviso si paso yo por ti, si lo de tu bisabuelo se complica enviare a Andres a buscarte, ¿si?
Gaby asintió antes de correr adentro del edificio.
Sara prendió el motor y se dirigió hacia el hospital de San Marcos.
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I see him(her) on you (Santiago x Sarita)
FanfictionSantiago Ucrós, un reconocido cirujano plástico, llega a un pequeño pueblo llamado San Marcos, intentando olvidar al gran amor de su vida, decide dejar todo atrás para comenzar de cero. Sara Elizondo intenta olvidar a su exesposo, mientras cumple co...