XIV: ¿Vienes conmigo?

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Por la mañana, la primera en despertar fue Sara, que se dio la vuelta para mirar al hombre que tenía al lado.

Sara se quedó un buen rato mirándole, con una sonrisa, apreciaba el rostro del hombre que la volvía loca.

Luego de un rato Sara cayó en cuenta que Santiago debía ir a trabajar, así que muy a su pesar lo despertó, acariciándole el rostro antes de besarlo.

Santiago despertó al sentir el roce de los labios de Sara contra los suyos.

Sonrió en medio del beso, sin abrir los ojos, guió su mano hasta la espalda de Sarita para atraerla más hacia él.

Ella se separó al sentirlo.

-Buenos días- dijo ella con una sonrisa-

-Buen día- respondió el-

-¿Quieres que te prepare el desayuno antes de que vayas al hospital?

Sara se sentó en la cama, y Santiago la imitó

-No tengo ganas de ir hoy

-Pero tienes que ir- le recordó ella-

Santiago la miró desafiante antes de buscar su teléfono, al recordar que lo había dejado en la sala, corrió a buscarlo-

Sara se quedó en la cama confundida, esperando a ver qué haría él.

Santiago regresó al cuarto hablando por teléfono

-Si, gracias, nos vemos mañana- dijo antes de colgar-

Sara levantó una ceja mientras el dejaba su celular en la mesa de noche-

Santiago se deslizó en la cama nuevamente, aprisionando a Sara contra el cabezal de la cama para besarla

-Ya estoy libre el resto del día, ¿qué quieres hacer?

-¿Acabas de llamar a pedir un día libre? ¿Qué clase de médico eres tú? -río ella-

-Uno que está desesperado por pasar el día contigo.

Sara se mordió el labio antes de darle un corto beso a Santiago

-No debiste hacerlo, de todas maneras yo tengo qu-

Sara dejó de hablar para pensar un momento

-En realidad, es perfecto que no vayas a trabajar hoy- dijo ella- hay una feria de caballos a la que tengo que asistir, ¿vienes conmigo?

-¿Feria de caballos? Sara, eso no suena mucho a mi estilo

-Vamos, es divertido

-No lo sé... ¿tus hijos no van a esos eventos?

-Si, pero no es que les agrade mucho, si les digo que no asistan, ellos encantados- dijo Sara rodando los ojos-

-¿En serio quieres que vaya?

-Por favor, no me gusta ir sola

Santiago suspiró al ver los ojos de Sara, no podía negarle nada a ella

-Esta bien, voy, solo porque no puedo resistirme a esos ojos tan hermosos

Sara sonrió antes de besar a Santiago y levantarse de la cama.

Sara se dirigió al closet de Santiago y comenzó a buscar una camiseta para ponerse.

De pronto, Santiago recordó las fotos de Alicia, y se paró rápidamente para detener a Sara antes de que pudiese llegar a los cajones de abajo.

-Ay, solo estoy buscando una camiseta -río Sara al ver la reacción de Santiago-

-Lo sé, solo que tengo un desorden y me da verguenza- mintió-

Santiago le dió una camiseta a Sara que a ella le quedó como un vestido, Santiago río al ver lo pequeña que se veía con su ropa puesta.

-¿Quieres ducharte tú primero?

-No, ve tu, voy a llamar a mi hermana para que me traiga un cambio de ropa -río Sara-

-Bueno, ya vuelvo

Santiago le dio un corto beso a Sara antes de salir disparado hacia el baño

Sara llamó a su hermana, quien respondió casi de inmediato

-Hermanita, que raro tu llamando tan temprano

-Jimena, necesito que me ayudes

-Dime

-Ay, me siento rara pidiendote esto, pero, ¿podrías pasar por mi casa y traerme un cambio de ropa?

-Sara, ¿dónde estás?

-En casa de Santiago

-Por lo que veo, pasaste buena noche -se burló Jimena-

-No te burles, que me da vergüenza haberte llamado por esto

-Ay Sarita, no pasa nada, ya mismo voy, enviame la dirección por mensaje, ¿si?

-Gracias

Sara le envió su ubicación a Jimena y esta le prometió que estaría allí enseguida.

Sara iba a salir del cuarto, pero se quedó por un momento mirando aquel cajón que Santiago no le había permitido abrir

Estiró la mano hacia él, con todas las intenciones de abrirlo...

Pero se detuvo.

Aquello era la privacidad de Santiago, ella no tenía derecho a meter sus narices en sus asuntos.

Salió de la habitación derecho hacia la cocina, y comenzó a preparar el desayuno para ambos mientras llamaba a Andrés.

-Buenos días, mamá- la saludó Andrés riendo-

-Buen día, ¿puedo saber el motivo de la risa?

-Nada, solo que se me hace raro que no duermas en la casa, ¿ya te has mudado con tu galán?

Andrés colocó el teléfono en altavoz, ya que estaba en el auto

-Ay Andrés, no comiences

-Es una broma, mami, me pone feliz que hayas encontrado a alguien, no te preocupes por Gaby, estoy con ella camino a la escuela

-Gracias por ocuparte de ella, mi amor, llamaba para decirles que no tienen que ir a la feria hoy si no lo desean

-¿Vas a cambiarnos por tu nuevo novio?- bromeó Gaby que estaba escuchando todo-

-Ay, como si a ustedes les gustara ir a la feria...

- No te preocupes, mami, tengo mucho para hacer en la banda, y estoy segura de que mi hermanita estará feliz de faltar a la feria, ¿o no, Gaby?

-No te imaginas cuánto, ¿puedo ir con mis amigas a la salida de la escuela? -preguntó la joven-

-Solo si me envias tu ubicación para que yo sepa donde estas

-Claro que si, mami

-Entonces si, los veo en la noche, los amo

Sara colgó y siguió preparando el desayuno, hasta que sintió a alguien abrazarla por detrás.

Se dio la vuelta, y sonrió al ver que Santiago tenía puesta solo su bata.

-Por mucho que me encante verte asi, debes cambiarte, vendrá mi hermana a dejarme ropa y no puede verte así- dijo señalando-

Santiago solo río y tomó a Sarita de la cintura para besarla.

Sara posó sus brazos alrededor del cuello de Santiago, aferrándose a él. Ambos se perdieron en aquel beso...

Hasta que Sara sintió el olor de que algo se estaba quemando

-¿No dijiste que sabías cocinar?- se burló Santiago mientras ella tiraba a la basura los huevos quemados-

-Mejor callate -le advirtió- o esto- señaló la sartén- será tu desayuno

Santiago simplemente río y le dio un beso a Sara antes de dirigirse a su cuarto a cambiarse. 

I see him(her) on you (Santiago x Sarita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora