Len es un chico inteligente, demasiado calculador y frío por su parte Rin es una chica atlética y demasiado emocional.
Ambos forman parte de nuestra actualidad, son dos adolescentes normales que viven en Japón y desarrollan diferentes habilidades.
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¿Con cuántas horas más contaban de vida? Era una pregunta que no paraba de resonar en sus cabezas y es que no conseguían comprender porque de todas las personas que existían en el mundo ellos eran quienes iban a cargar con el gran peso de seguir adelante por los demás de intentar pelear por la libertad de los seres humanos o no mejor dicho de la vida...como pensaban enfrentarse a la oscuridad que estaba comenzando a absorber al mundo entero, no tenían ninguna especie de señal divina, era como si de la nada todo hubiera dejado de funcionar desde que la presencia de sus profesores se apago no fue más que la señal clara de que les quedaba poco tiempo, y a su parecer el problema era mucho más grande lo que imaginaban, no conseguían comprender como terminarían con esto, cada paso que daban les conseguía dar una respuesta nueva, más sin en cambio cada vez se hundían más.
Por su parte los demás solo observaban a Rin y Len con dolor, tantas perdidas a lo largo de las guerras que existían en estos años no conseguían que su sangre se volviera fría e indiferente a las muertes de otros por lo que Miku y Gakuppo se voltearon a ver con cierto nivel de culpa porque ambos comprendían el peso de ser puesto en un trono donde su único deber era cargar con el peso de las decisiones de otras personas.
Por su parte Kaito respiro con pesar, no le era tonto el imaginar de donde nació esa repentina adoración hacia la chica de vestimenta oscura era consciente que tenía cierta atracción física hacia ella, lo cual no hacia más que darle temor, porque el tener una debilidad en estos tiempos oscuros no era nada más que el arma perfecta que usarían en tu contra. Lo cual Luka pensaba con cierta similitud, algo dentro de ella le decía que no tendría un final feliz.
Nadie sabia que decir en ese momento, hasta que finalmente llegaron al palacio de blanco, donde al parecer todo continuaba luciendo con calma, esa paz y tranquilidad que todos sabrían que no duraría por mucho tiempo a este ritmo, si nadie conseguía obtener una respuesta puede que momento como estos terminara más rápido de lo que imaginaban. Definitivamente nadie quería que esa "paz" hasta cierto punto terminará, porque si, nadie quiere enfrentar a sus demonios.
En cuanto llegaron a la puerta central donde estaban los guardias del palacio vieron con cierta incertidumbre e impacto a la persona que estaba detrás del rey Gakuppo, principalmente porque llevaba una corona y una vestimenta que era claramente la señal de que la heredera al trono del país de la oscuridad junto con la mujer al lado que bien podía ser su primera dama ya que su vestimenta hasta cierto punto era similar, sin embargo algo a recalcar es que la vestimenta de los jóvenes apagados detrás de él eran del ejército de su palacio ¿Lo curioso? es que jamás los habían visto y la mirada de Kaito era lo que los helo era un claro "muévanse de mi camino".
Más sin en cambio ignoraron esa mirada de advertencia, por el simple hecho de creer que finalmente habían ganado la guerra.
-Mi rey-hace una reverencia-no tenía en mi conocimiento que formaba parte del equipo de la rebelión, el que haya peleado al lado de mis compatriotas no hace más que llenarme de satisfacción, usted definitivamente marcará la historia-exclamo con convicción.
