—¡Sostén la cámara, Shuhua!
—¡Eso estoy haciendo! — renegó Shuhua.
Apuntó con la cámara a la alocada mujer que tenía delante, quien animada comenzaba la grabación que había planeado con antelación, así comenzando con lo que sería su alocada y probablemente estúpida idea.
—Muy bien, ¡Hola chicas lindas de Queens! Hoy es el cumpleaños número veinte de Cho Miyeon. Es momento de que por fin sea popular y atraiga a todas las nenas hacia sus brazos. — exclamó Yuqi, una de las amigas más cercanas de Miyeon, delante de la cámara que sostenía una de las compañeras de clase y participante del club de audio y vídeo de la Universidad Principal de Queens, en Estados Unidos.
—¡No seas idiota, Yuqi! Solo haremos una reunión con pocas personas, esta casa no es mía, es de mis padres, si se llega a romper algún jarrón de mi madre o si se llegan a meter al estudio de papá me castigarán un mes.
—Miyeon, ¿Tienes veinte años y aun tus padres te regañan? ¡Das vergüenza! — Yuqi intentaba ser la típica malota delante de su mejor amiga, lo cual no le terminaba saliendo muy bien, pues su amiga la conocía tan bien que sabía que en el fondo era una perdedora, así como ella estaba segura de que lo era.
Y era una realidad, las tres chicas que formaban ese trío inseparable habían sido ignoradas por la mayoría de personas en la universidad; la carrera de comunicación audiovisual era una donde la mayoría de estudiantes habían ido a todo tipo de fiestas, ya sean de cumpleaños o fiestas celebrando el final de un año de estudio, pero todos iban y celebraban la vida a lo grande... excepto ese trío de amigas.
Tal vez por ser un grupo de asiáticas en un país extranjero o simplemente por ser desconocidas ante el mundo, pero ellas terminaban siendo eso, unas perdedoras e ignoradas.
Soyeon, una chica amante de las películas y borracha sin control era la persona que podía representar un balance entre la locura y la tranquilidad. Miyeon recordaba varias noches de películas que tuvo con Soyeon donde dormían a las cinco de la mañana luego de ver un maratón entero de películas de Star Wars, al igual que recordaba todas esas veces que terminaban emborrachándose en casa de la más bajita, donde en muchos casos tanto Yuqi como Miyeon tuvieron que limpiar el vómito de la chica y recogerla del sillón de su sala cuando no era capaz de levantarse por si misma para dejarla durmiendo en su cama.
Por otro lado, el caos completo del grupo y la que completaba aquel trío de la discordia era Yuqi, quien no sabía controlarse en muchas ocasiones y terminó en peleas con otras chicas cuando iban a tomar cervezas al bar al que solían ir los fines de semana; una chica sensible en el fondo a pesar de su alocada personalidad exterior.
Miyeon era la más pacífica de ese grupo, evitaba tener problemas con quien sea y disfrutaba de las reuniones tranquilas con sus amigas y familia, a diferencia de sus otras dos compañeras que sí tenían un lado más alocado dentro de ellas. Eran como el Ying y el Yang, pero de tres mitades.
—Chicas, no tienen por qué hacer esto, podemos hacer una fiesta entre nosotras, invitamos a Minnie y tomamos un poco, ¿No creen? — les dijo Miyeon a las otras dos chicas, que discutían enérgicamente por cuál música sería la mejor para la fiesta.
—Miyeon, ya contratamos a Shuhua para que grabara todo, tus padres no van a estar y yo tengo todo bajo control, ¡Tranquilízate! — espetó la china con fastidio, estaba cansada de insistirle a la coreana de que no sea aburrida.
—Sí, Miyeon, cálmate. Yuqi y yo tenemos todo bajo control, haremos la mejor fiesta y lo mejor de todo, para el domingo todo estará tal y como lo dejamos, ya verás. — agregó Soyeon.
La verdad era que el cumpleaños de Miyeon era una oportunidad perfecta para intentar sobresalir entre los más populares de la universidad haciendo una fiesta inolvidable. Miyeon era la mayor de ese grupo y era la chica que tenía más los pies sobre la tierra a diferencia de las otras dos chicas, no comprendía la necesidad de sobresalir. A pesar de todo, sí quería divertirse y le hacía cierta ilusión el tener una fiesta de cumpleaños diferente a todas las anteriores que había tenido en su vida.
Seguía indecisa con aquella decisión, pero la mitad de ella se sentía emocionada por la fiesta, la otra mitad estaba segura de que se arrepentiría después.
Por ahora, había que cumplir con la tradición de los cumpleaños con un pastel y velitas.
—¡Feliz cumpleaños a ti! — Miyeon sopló las velitas de su pastel de cumpleaños al terminar la canción, mientras alrededor de ella le aplaudían sus padres y sus amigas; fue una celebración rápida, pues los padres de Miyeon estaban a punto de irse de viaje.
—Miyeon, ayúdanos a sacar las maletas y subirlas al taxi. — le pidió el padre de la coreana. Tomaba las pesadas maletas con sus manos y con pasos torpes, las intentaba cargar para poder llevarlas al taxi que estaba esperando a los padres de la chica al frente de su casa.
Los padres de Miyeon se subieron al taxi y le dieron algunas últimas advertencias antes de irse a su viaje de fin de semana, confiaban en su hija, pero no tanto en sus amigas y ese no era un dato secreto. Hasta Yuqi lo sabía y por supuesto, no le importaba.
—Ya sabes, no quiero reclamos de los vecinos, puedes celebrar tu cumpleaños con tus amigas, pero invita pocas personas, mantén activa la alarma y por favor, no toquen mi auto. — indicó el padre de la coreana.
—Está bien, papá, puedes confiar en mí. — sonrió al hombre de mediana edad.
—Muy bien, te traeremos un regalo de regreso. — se inclinó para dejar un beso en su frente.
—Te amo, hija, nos vemos en unos días. — agregó la madre de Miyeon, agitando su mano en despedida.
—Yo también los amo, tengan buen viaje. — gritó Miyeon mientras el taxi encendía el motor, preparado para llevar a la pareja al aeropuerto.
El auto arrancó y se fue, mientras que las dos amigas de Miyeon corrieron hacia afuera de la casa donde se encontraba la mayor, confirmando que ambos padres de la chica se habían ido.
Como sabemos, toda misión secreta debía tener un nombre en clave, cosa que no pasó por alto ni para Yuqi ni para Soyeon.
—Ya tenemos el nombre perfecto para la fiesta. — exclamó la china con un tono de voz muy entusiasmado junto a Soyeon y Shuhua, quien venía detrás de ellas grabando todo con su cámara.
—¿De qué carajos hablan? — replicó la mayor a las palabras de la china. Su amiga era una caja de sorpresas y ya se esperaba cualquier cosa de ella, pero lo siguiente que escucharía terminó siendo otra de las tonterías de su amiga.
—Proyecto M, ¡Ese será el nombre de la mejor fiesta que podrá tener Queens en toda su historia! — explicó en un grito con demasiado entusiasmo.
—Esto tiene que ser una broma. — suspiró en frustración, agachando su cabeza y sosteniéndose con la palma de su mano. No podía creer que Yuqi se estuviera tomando tan en serio esa fiesta.
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𝙿𝚛𝚘𝚢𝚎𝚌𝚝𝚘 𝗠 » 𝗠𝗜𝗠𝗜𝗡
Fanfiction-¡No seas idiota, Yuqi! solo haremos una reunión con pocas personas, esta casa no es mía si no de mis padres, si se llega a romper algún jarrón de mi madre me castigarán un mes. -Miyeon, ¿tienes 20 años y aún tus padres te regañan? ¡Das vergüenza...