03. El comienzo de una noche increíble

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—Bien, parece que todo está listo. — exclamó Yuqi, mientras observaba orgullosa todo lo que había hecho para la fiesta.

El colchón inflable que ya se había inflado por completo, la piscina estaba llena y con pelotas y todo tipo de juguetes, la mesa del DJ ya estaba puesta en su sitio, así como el DJ que había contratado Soyeon esperaba pacientemente por los invitados mientras veía su teléfono con aburrimiento.

—Solo falta la parte más importante, los invitados. — suspiró la mayor, sin muchas esperanzas de que realmente fueran todas las personas que había invitado su amiga. Incluso dudaba de que al menos una cuarta parte fuera.

—Tranquila, van a llegar, aún falta una hora. — aseguró a su amiga, intentando quitarle la ansiedad por toda aquella situación.

—Vengan, un shot para empezar esta noche. — agregó Soyeon a la conversación, la cual ya estaba emocionada por embriagarse esa noche.

Soyeon se acercó a la mesa donde habían colocado todo el alcohol que habían comprado para la noche, sirvió cinco shots y le dio uno a cada una.

—Ten, Shuhua. — le dijo a la taiwanesa que grababa mientras las chicas tomaban sus shots, acercándole el vaso a su lugar.

—No gracias, no bebo alcohol. — respondió apenada.

—Que saludable. — dijo Soyeon mientras se tomaba su shot al mismo tiempo que sus otras amigas.  —Y otro para mí. — agregó la más bajita, tomándose el shot que le había ofrecido a Shuhua.

Luego de ese gran inicio de la noche, las chicas se dedicaron a esperar los invitados que tanto había alardeado Yuqi que irían esa noche; cada tic tac que sonaba en el reloj de la cocina de Miyeon era como una tortura para la chica, sentía una gran ansiedad por el hecho de que tal vez podría no llegar nadie a su fiesta y quedar como un total fracaso o el hazmerreír de toda la universidad.

—¿Estás nerviosa? — preguntaba la tailandesa a su mejor amiga, la veía con ciertos nervios que le preocupaban, era el día de su cumpleaños y no quería que la pasara mal, su trabajo como mejor amiga era ayudarla en todo lo posible.

—Un poco, ¿Y si nadie viene? — preguntó la coreana con tristeza, su ansiedad aumentaba con cada minuto que pasaba. 

—No lo sabremos hasta que realmente no venga nadie. Aparte, si no viene nadie, vine yo, ¿No? — la tailandesa hacía sus mejores esfuerzos en darle ánimos a su amiga.

—Supongo que sí. — aceptó derrotada.

Comenzaban a pasar los minutos y se acercaba la hora pautada, las chicas conversaban y jugaban videojuegos mientras esperaban a los invitados.

Había llegado la hora pautada y así como lo pensó Miyeon, aún nadie llegaba, su ansiedad comenzó a dispararse, aunque sus pensamientos pararon cuando su teléfono sonó; era su padre, por lo cual se dispuso a contestar la llamada. Salió al patio para poder hablar en privacidad.

Hola Miyeon, ¿Cómo va todo? 

—Hola papá, todo está bien, estamos las chicas reunidas. No creo que hagamos mucho más allá de eso.

Bien, recuerda mantener la alarma de la casa encendida, solo quería asegurarme de que todo estuviera yendo bien.

—Sí, todo está bien. Incluso es un poco aburrido. — confesó. 

Bueno, cuando lleguemos celebraremos mejor, ¿Te parece? — ofreció. 

—Me parece genial. Los extraño y todo. — rio.

—Y nosotros a ti, hija. Nos vamos a dormir, descansa, tu madre y yo te queremos. — comentó amoroso a su hija.

—Yo también los quiero. Buenas noches. — terminó la conversación y colgó.

𝙿𝚛𝚘𝚢𝚎𝚌𝚝𝚘 𝗠 » 𝗠𝗜𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora