08. Errores

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Cuatro y media de la mañana, todas las fiestas que se habían hecho en el país no podrían compararse a lo que estaba pasando en la casa de Miyeon esa noche, a pesar de todo, la coreana se estaba divirtiendo aceptando su duro destino de tener un solo día para reparar todos los daños.

Las promesas de Yuqi cada vez cobraban menos sentido y ya la castaña no creía en ninguna de las palabras de la china, ya daba por hecho que Yuqi no podría hacer nada para reparar los daños. Soyeon se había perdido del mapa y ninguna de sus amigas la encontraban, seguramente estaba en alguna de las habitaciones encerrada con algún chico sin haberle avisado a sus amigas, así que no le dieron mucha importancia.

Shuhua seguía grabando todo lo que veía tal como le ordeno la china. En un momento dado, logró captar en cámara como unos idiotas colocaban botellas de cerveza sobre la llama de la estufa, haciendo las botellas explotar por pura diversión.

Botella tras botella, la china logró inducir a la castaña en un estado de ebriedad que, seguramente, le haría tener dolor de cabeza todo el día siguiente, para que olvidara por un momento el gran desastre que sabía que no podría arreglar, toda la situación se salía de sus manos.

Miyeon se separó de la tailandesa y se acercó a hablar con un grupo de chicos que la habían llamado, eran personas desconocidas para ella, pero el ser tan popular de repente de alguna manera le ayudo a ser un poco más extrovertida, por lo cual no temía de hacer nuevas amistades.

Una chica bastante hermosa y que era codiciada por muchos chicos en la universidad se encontraba allí, su cabello rojo llamaba mucho la atención y la coreana la reconoció en el mismo instante que se encontró con ella.

—Es un gusto que estés aquí, Jihyo. — saludó con ánimos a la pelirroja.

—No hay de que, esta fiesta es una locura. — exclamó mientras tomaba otro trago de su bebida.

Ambas chicas siguieron hablando durante unos minutos, cierta tensión se sentía al rededor de ellas y la mente de la castaña no estaba en su mejor estado. Minnie se había ido con Yuqi a verificar los daños en la casa, por lo cual la cumpleañera buscó compartir tiempo con personas distintas.

—¿Buscamos más tragos? — ofreció Jihyo.

—Claro. — aceptó.

Las chicas se dirigieron a la mesa de bebidas, la cual aún tenía bastantes botellas por abrir y disfrutar.

—¿Una cerveza? — ofreció Miyeon.

—Me parece bien. — aceptó Jihyo aquella oferta.

Jihyo era una chica bastante atractiva y juguetona, le gustaba vivir la vida al máximo y era una reconocida chica bisexual que se había acostado solo con personas mayores a ella, normalmente de último año y con chicos y chicas populares. Estar junto a ella en ese momento parecía como algo improbable o imposible hace unas horas, pero ahora, se trataba de la tentación en carne y hueso.

Cuando la castaña se dio cuenta, Jihyo se había tomado toda su cerveza en pocos segundos. Aquello parecía algo que se podía hacer solo con práctica y eso llamó la atención de Miyeon.

—Wow. — se impresionó la coreana al notar que la chica ya había terminado su cerveza en pocos segundos.

—Inténtalo. — retó a la cumpleañera.

Miyeon lo dudo por un momento, pero aceptó intentarlo. Tomó la lata de cerveza y la abrió, comenzando a tomar de fondo aquella cerveza. Creía que iba a lograrlo, pero cuando llevaba un poco más de la mitad de la cerveza, tuvo que dejarlo para poder tomar aire, restos de cerveza quedaron en sus labios y un poco escurriéndose hasta su cuello.

𝙿𝚛𝚘𝚢𝚎𝚌𝚝𝚘 𝗠 » 𝗠𝗜𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora