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Me dormí durante todo el vuelo, no fue mucho tiempo. No me emocionaba nada ir, siendo totalmente honesta. Desperté y estábamos por aterrizar, me abroche el cinturón de seguridad y cerré los ojos, hasta que tuvimos que bajar. Ah... Uruguay, espero que sea bonito conocerte.

— Nena, estás más pérdida que pollo de noche. ¿Todo bien? — Mi padre preguntó con la ceja alzada, a lo que yo solté una carcajada y asentí con la cabeza. Él simplemente sonrió y tomamos un taxi a lo que sería nuestra casa.

— Hogar dulce hogar. — Yo lo miré y sonreí ligeramente.

— Quizás es un poco pronto para decirle hogar. — Mi padre suspiró y negó sonriendo, abrió la puerta y entramos, estaba todo amueblado y recorrí toda la casa, no iba a mentir, era hermosa. Fui a lo que sería mi cuarto y acomode mis cosas, tendí la cama y entre toda la ropa vi la camiseta de Gus. Oh, Gus, te extraño y no pasaron ni dos días. Podían hablar por correo, no sería mala idea. Ir actualizando su vida, sentirse un poco acompañados en la ausencia de cada uno en el lado del otro. Me encantaría salvarme de ese desastre. Aunque era más interno que externo. Tenía muchos líos y ninguno de ellos tenía solución porque los consideraba irremediablemente tontos. Quería dejar de pensar un momento, se vió en el espejo de su tocador. Su rostro se veía apagado, sin emoción. Ya ni ella sabía que podía alegrarle a parte de aquella mirada color cielo.

Los días pasaron, llegando a meses. Ya se habían cumplido 6 meses desde que piso por última vez Argentina. Al menos una vez al mes le escribía a Gus, el cual le contestaba apenas le llegaban. Al leer esas cartas sonreía, le agradaba saber algo de su amigo. Faltaba poco para el cumpleaños de la chica, por lo que estaba más desanimada aún. En todos sus anteriores cumpleaños estaba charlando con Gus mientras picoteaban alguna chuchería que encontraban. Después con la torta, invitados, etc. Lo extrañaba.

Pasaron unos dos meses hasta que llegó su cumpleaños. La carta de Gustavo no faltó. Ahí estaba en sus manos, y decía;

"Lou, Lou. Ya tienes 13 años, que vieja que estás nena. Mentira, ¡feliz cumple! Cada día me haces más falta. Espero que para mi cumple estemos juntos, rezemos para que pase. En estos días todos me han preguntado si estaba bien, se nota que estoy desanimado desde que te fuiste... te extraño, volvé.
Con cariño, Gus."

Derramó una pequeña lágrima. Se querían mucho y la distancia los mataba.

La pasó relativamente normal esa vez, y luego el tiempo pasó, y usaba más seguido aquella camiseta que le había dado de recuerdo. Habían pasado 3 años siendo exactos, y unos días antes de su cumpleaños, Gus no le respondió más. Le insistía mandándole más cartas, y nada. Ambos tenían 15 ya, dado que el cumpleaños de la castaña era antes del de Gus. Faltaban poco para sus 16 y su mejor amigo desapareció, 3 años sin verse. Quizás lo entendería pero le rompió el corazón. Lloraba desenfrenadamente, ¿cómo podía hacerle eso? Quizás ella era muy emocional pero dolía como sal en una herida.

Gustavo

Pasaron tres años sin verla. Creía que no valía la pena seguir, me convencí de que no iba a volver. Dolió un poco pensarlo, pero dejé de contestar sus cartas, y llegaron en unos días un montón más. Estaba preocupada, pero simplemente me dediqué a seguir con lo mío. Ni yo sabía cómo hice para pasar de ella así como así, pero lo hice.

— Hijo, ¿Todo bien? Te noto distraído. — Mi madre habló. Me conocía mejor que nadie.

— ... No tengo esperanzas de que vuelva, así que en vez de torturarnos... es mejor seguir con nuestras vidas. — Me miró sorprendida, no se esperaba eso.

— Hijo... ¿estás seguro? — Se veía preocupada, no podía creer que tomara tal decisión.

— Estoy seguro. Ella ya se ha ido, y no va a volver. 3 años, no voy a esperarla toda la vida tampoco. — Me costaba pensar que estaba siendo así de duro. Ella lloraría si me viera hablar así... pero como dije, no voy a esperarla toda la vida. Tengo que seguir, tengo mis proyectos e ideas para el futuro, si vuelve genial, pero yo tengo que progresar, tengo que crecer. Duele, cuesta pero ella prácticamente ha desaparecido. Nos escribimos una vez por mes, y últimamente son cartas con dos párrafos de 4 líneas, nada comparado a antes. Ya era momento de decir adiós.















ola, no tengo inspiración, pero les traigo cap, medio cortillo, pero traje cap. <3

adiós ; gustavo ceratiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora