VII

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Gustavo.

¿L? ¿Quién chota era L? Eso era lo único que pasaba por la mente de Gustavo al leer la carta. Fanáticas no tenía, si total todavía no había sacado el disco. Que por cierto, era 1987 y faltaba muy poco para su gran proyecto, el disco llamado "Soda Stereo" así como la banda que había formado con un amigo de la facultad, y un chabón que quería con su hermana. Héctor "Zeta" Bosio era el bajista, Carlos Alberto "Charly Alberti" Ficicchia Gigliotti era el baterista y él, Gustavo Adrián Cerati Clark era guitarrista y vocalista. Lo de Charly fue por pura casualidad que atendió el teléfono y empezaron a hablar, por el hecho de que Alberti estaba enamorado de la hermana de Gus, Laura, y quería una cita con ella. Los tres se llevaban muy bien y tenían el sueño de formar una banda. Estuvieron largas horas escogiendo el nombre de la banda, hasta que se les ocurrió "Soda Stereo" porque justo estaban tomando una soda mientras escuchaban música en la radio estéreo, pero para que quede más lindo le pusieron su nombre en inglés, Stereo. Faltaba una letra de una sola canción, a la que le decidió poner sobredosis de T.V. La hizo pensando en Lourdes si era honesto. Ella aunque estuviera ausente estaba demasiado presente en su mente. Era su musa, para ser concretos, y la carta le había dejado mucho para que pensar... L, solo Lourdes podía ser. Se fijó en la letra y...

- ¡BINGO! ¡ES LOURDES! - Sus neuronas conectaron y se dio cuenta, de quién era la que escribía todo eso, entonces... ¿el próximo martes volvía? Estaba ansioso, hace mucho no la veía, y le iba a responder la carta, oh sí. Él estaba un poco confundido sobre sus sentimientos, pero unos meses antes de que ella se fuera una sola cosa quedó en claro; ella era su todo. Quizás la amaba, y era muy probable. Estaría toda la semana esperando totalmente ansioso. Agarró lapicera, papel, y empezó:

"Querida "L".

Sé quién sos, Lourdes. Te conozco mejor que a nadie. Voy a estar esperándote ansiosamente, mi querida musa.

Con cariño, Gus, el chico del que estás tan terriblemente enamorada."

Río, y se tiró en su cama con los brazos abajo de su cabeza mirando al techo mientras el disco de vinilo de The Police se reproducía de fondo con un volumen algo bajo. Era de día todavía, por lo que no durmió.


Podría pedirle una foto, ansiaba verla pero mejor esperaba, para sorprenderse y ver cuánto había cambiado. Ansiaba poder sentir sus brazos alrededor de su cuerpo de nuevo. Ya estaban por terminar la facultad y no cabía de duda de que ella había crecido, al menos físicamente. ¿Le habría crecido el...? AY GUSTAVO, NO PIENSES ESO. Se pegó una cachetada mental y río por lo bajo y considero pegarse una siestita. Quería que las horas pasarán volando y que el martes llegará con rapidez, se moría de ansias... pará, ¿sus padres sabían? ¿Lilian sería cómplice de esto? Dudas, dudas y más dudas. Que serían respondidas por su madre más tarde ya que en ese preciso momento, iba a dormir y soñar con vaya a saber quién qué. Se acomodó, puso el ventilador cerca y cayó en brazos de Morfeo lentamente...

En su sueño...

Estaba tomando té con sus padres, mientras que su progenitor miraba el periódico y les comentaba acerca de sus viajes a Nueva York, o Estados Unidos en sí. Todo tranquilo hasta que escuchó un golpe en su puerta. Miró quién era y era una joven de más o menos su edad, que por culpa de su subconsciente, tenía la cara borrosa. Apenas llegaba a verle bien el pelo, abrió la puerta y la pudo observar por cinco segundos, viendo que estaba vestida con un short por la mitad de los muslos y... ¿la camiseta que le había regalado a Lou? Se despertó a eso de las 8 de la noche, se había dormido a las ¿2? Más que echarse una siesta había invernado. Recordó que tenía que preguntarle a su madre sobre la llegada de Morena. Se apresuró a bajar, para verla sentada tomando un té mientras tomaba la mano de su esposo, hacían una pareja tan bonita...

- Buenas noches, ma, te quería hacer una pregunta. - Se notaba ansioso por una respuesta.

- Cálmate hijo... ¿qué pasó? - Preguntó con confusión y algo de preocupación dado al tono de voz de el joven.

- ¿Vos sabías que los Salinas van a volver el martes que viene? - Lilian se petrifico con una sonrisa.

- ¡No sabía! ¡Pero qué grata noticia! Los esperamos el martes con un pastel de bienvenida. - Lilian se llevaba muy bien con Lourdes ya que siempre fue como una madre para ella dada a la ausencia de esta misma.

- Bueno... - Se quedó dudando unos segundos, para después negar con la cabeza y retirarse a su habitación a seguir escribiendo la letra de la canción. El "Ella ya se ha ido, un hueco en mi habitación" fue demasiado personal, si era honesto. Había estado con un par de chicas mientras ella no estaba pero, ninguna le hacía sentir la chispa que sentía cuando pensaba en ella, incluso luego de años y años. Quería que volviera rápido, quería tenerla con él de nuevo. ¿Ella ya habría perdido la...? ¡Pero qué pensás, Gustavo Adrián! Se pegó una bofetada mental y negó con la cabeza, y siguió con la letra con varios borradores que no le convencían en lo absoluto. Se cansó de su pequeña falta de inspiración y dejó todo como estaba y se fue a dormir, sin dejar de pensar en Salinas, a quién pensaba cambiarle el apellido a Cerati. Río y cayó en un profundo sueño...

adiós ; gustavo ceratiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora