Lourdes.
Unos días después seguía en Chile, quería explorar un poco y tratar de inspirarme para dibujar o pintar alguna boludez.
Estaba preparando todo para salir en el hotel en el que me estaba hospedando y sentí unos toques en la puerta.
- ¿Quién? - Pregunté terminando de ponerme las botas.
- Gustavo. - Y ahí quise sacar un revólver.
- ¿Qué querés? - Dije sin ánimos.
- ¿Podemos hablar? - ¿Y de que carajo podríamos hablar?
- ¿Y de qué? Yo contigo no tengo nada que hablar, Adrián. - Él suspiró. Decidí abrir la puerta.
- Mira, sé que hice todo mal pero... tenés que entender. Vos realmente me gustas, pero a ella... la amo. - Me agarró una bronca de la puta madre y le pegué una bofetada.
- No te quiero ver nunca más en mi puta vida. No quiero explicaciones, no quiero nada de vos. Y si te hubiera importado aunque sea un poquito, no te la habrías cogido en NUESTRA cama. Ahora borrate porque te borro yo de un tiro. - Él respiró con dificultad.
- Desde aquella vez, vos sabes que siempre quise un hijo y cuando me enteré que estaba embarazada... - No podía seguir escuchando como el pibe la seguía cagando.
Para un poco de contexto, hace poco más de dos años yo había quedado embarazada. Ambos estábamos fascinados, no nos desagradaba la idea de ser padres.
Hasta que un día, en el tercer mes, tuve un aborto espontáneo. Era infértil y por casualidad había quedado embarazada.
Él me había consolado en ese momento, me habia dicho que siempre había más posibilidades.
Pero la cagó monumentalmente.
- La cagas mientras más hablas. Primero me decís que la amas como si eso fuera a arreglar algo, ¿y ahora esto? ¿Qué cosa te hice yo para que vengas a cagarme todo? Debería ser yo la que intente arruinar tu vida, pedazo de cornudo. Ojalá encuentre uno más joven que vos y se lo coja en la cama que comparten. - Le cerré la puerta en la cara y esperé a que se vaya para poder salir. Terminé de arreglarme, llame a mi mejor amiga para decirle que nos encontremos en una plaza y contarle lo sucedido. En el camino mi cabeza me hizo 20 malas jugadas, pensando que lo veía pero era otra persona.
Cuando llegué, Maca estaba pidiendo helados en un carrito.
- Espero que hayas pedido menta granizada. - Dije acercándome.
- Pasta dental para la señorita. - Dijo ella entregándome el helado y yo volteé los ojos.
- ¿Cómo te ha ido? - Le pregunté mientras caminabamos.
- ¡Súper bien! Me van a ascender en el trabajo. - Festejamos con unos gritos y un abrazo. - ¿Y tus estudios? - Preguntó mientras nos sentábamos en una banca.
- Bastante bien, solo un año más y me graduó. - Ella me felicitó y hablamos un rato más.
- Escuché que hay por acá una disco, ésta noche. ¿Por qué no nos divertimos un rato? Después volves a Argentina y anda a saber cuándo te vuelvo a ver. - Lo tenía que pensar muuuy bien. La última vez que estaba en pedo, aparecí en un periódico por causar destrozos en un bar.
Ahora que lo pensaba... ¿qué habían opinado los medios? Honestamente nunca me gustó ser parte de todo eso, pero era conocida porque Gustavo me había presentado una vez.
No tenía ganas de saber.
- ¿Lou? ¿Estás ahí? - Preguntó Maca chasqueando los dedos.
- Sí, perdón, obvio, vamos después. - Me arrastró a su departamento para arreglarnos. Estuvimos al menos dos horas para la ropa y otra hora en el maquillaje. Me puse una blusa strapless pegada al cuerpo con una minifalda de jean, junto con pantimedias negras y unos mocasines. Emprendimos viaje hacia la disco, y cuando llegamos Maca saco una cámara y me sacó una foto mientras estaba distraída.
![](https://img.wattpad.com/cover/302486130-288-k464965.jpg)
ESTÁS LEYENDO
adiós ; gustavo cerati
FanfictionNo te confundas, no sirve el rencor. Son espasmos después del adiós.