Capítulo X

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El sol me daba la cara despertándome con mala gana, sin embargo, me tranquilicé al ver a Len dormir a mi lado. Anoche tuvimos un encuentro movidito. Al fin, pude mostrarle mi verdadero rostro ya no queriendo ocultarlo más. Su reacción fue buena. Un vuelco en el corazón sentí cuando me aceptó tal y como era. No sabía qué hora era, pero me importaba poco porque hoy tenía mi día libre para disfrutarlo con Len. Me gustaba contemplarla dormida. Era la primera vez que dormíamos juntos.

Su respiración era suave y calmada, indicios de que estaba teniendo un bonito sueño. Lentamente levanté el brazo para retirar un mechón de su pelo y acariciar con suavidad y ternura su mejilla izquierda. Ella era bella. Una diosa a quien admirar. Me di cuenta que aún tenía el pelo recogido a modo de moño. A mí me gustaría ver como era su cabello. Si hago un movimiento en falso era posible que la despertase en cualquier momento, no obstante, la curiosidad me estaba matando.

Con mucho cuidado cogí la coleta y tiré con cierta lentitud atento a que no despertase. Len hacía muecas de querer abrir los ojos a lo que yo me detuve. Volvió a su estado normal.y yo proseguí. El moño se deshizo y yo me quedé sin aire en ese instante. Nunca imaginé que su cabello fuera tan largo. Yo diría que llegaba hasta sus pies. Un poco más y se convirtiría en Rapunzel. La textura era sedosa y fácil de manipular. ¿Cómo era posible que no dejase de tener el cabello suelto? Era super bonito ante mis ojos. Le sentaba de maravilla para su rostro.

De repente, Len abrió sus ojos color avellano despertando de su dulce sueño. Estiró todo su cuerpo para luego verme y dedicarme una tierna sonrisa. Una sonrisa que me enamoraba más.

—Buenos días, grandullón.

—Buenos días, pequeña hobbit.

—¿No tienes que trabajar? —me preguntó con un gran bostezo.

—Es mi día libre. Tengo derecho a descansar.

—Me parece bien. —Ella acarició mi mejilla rozando su dorso—. Eres muy atractivo.

—Calla, que me harás sonrojar. —Demasiado tarde porque ya notaba mis mofletes arder.

—Ya lo hice. —Me sacó la lengua a modo de broma.

—Que graciosa.

Len se estaba riendo ante mi desgracia a lo que me acerqué un poco y la abracé para atraerla a mi cuerpo. Quisiera sentir su cuerpo una vez más antes de levantarnos. Ella me correspondió aún riéndose. Dudaba que dejaría de reírse por un buen rato. Rozaba con mi nariz su frente para aspirar detenidamente su cabello. 

—No siento presión —dice, levantando la mano hacia su cabello—. ¿Y mi moño?

—Lo siento. —Le mostré la coleta—. No pude evitar saber cómo era tu cabello.

Amar a una "tsundere" (Katakuri x Len)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora