Hirawashi Len era una chica aficionada al boxeo y a cualquier tipo de artes marciales. Lo que más destacaba de ella era su comportamiento amor y odio hacia las personas. En un momento está de buen humor, pero luego su humor cambia a la de una mujer...
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Len está embarazada. Seré padre. Nunca imaginé que llegara ese momento. Estaba en mi despacho mirando los anillos de compromiso. Sí, mi propósito era casarme con ella antes de que diera a luz a nuestro futuro hijo para que no haya problemas con el tema de los papeles porque era un follón. Estaba un poco indecisa porque los complementos eran super bonitos.
Esto tenía que dejárselo a las mujeres porque ellas sabían perfectamente, pero si le iba a pedir matrimonio tenía que dar el paso. Esto me estaba frustrando demasiado. Además, no estaba seguro cuánto tardará en traerme el pedido. Creo que lo más conveniente es ir a una tienda en persona, pero necesitaría la ayuda de alguien. ¿Quién? Cracker lo dudo mucho porque no tenía idea de estas cosas y olvidemos de mis hermanos mellizos.
Una mujer se me pasó por la cabeza y no era Len precisamente. ¿Estará en su despacho? Cogí el teléfono para marcar la extensión. Esperaba que me lo cogiera. Efectivamente, fue así la cosa.
—¡Buenos días, onii-chan!
—Buenos días, Brûlée. —Mi hermana pequeña.
—¿Te puedo ayudar en algo?
—Sí, me gustaría si después de trabajar me acompañaras a ir a un sitio. Necesitaré tu opinión con respecto a un asunto.
—¿Qué asunto? —preguntó con cierta curiosidad.
—Te lo contaré más tarde. Ya sabes como van estas cosas.
—¡Nos vemos más tarde, onii-chan!
No quería darle más detalles porque los teléfonos tenían la capacidad de guardar información de nuestras conversaciones. Nuestra madre nos tenía controlados. Uno no se daba cuenta cuando pasan los años. Ella nos daba órdenes para complacerla y eso incluía con quien debíamos casarnos. Yo estaba feliz estando con Len. No quería que ninguna otra persona se interpusiera en mi camino.
Ah, y le pedí a Len que renunciara la última pelea para que no tuviera consecuencias durante el embarazo. No deseaba que perdiese al bebé. Menos mal que me hizo caso. Ella me dijo que irá al ginecólogo para que le hagan estudios de cómo progresaba el feto. Seguramente irá todo bien porque los dos estábamos bien de salud. Len no bebe y fuma. El único inconveniente será su obsesión con el chocolate. Tendrá antojos el triple.
¿Y en la parte sexual? He leído que la libidad de las mujeres aumenta más cuando están embarazadas. Me dejará seco como ocurra eso. De todas maneras, estaré preparado para ese momento.
Las horas pasaron y ya era hora de salir del trabajo. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, vi a Brûlée esperándome fuera. Mi pobre hermana sufrió demasiado por mi culpa. Los dos no nos merecíamos una vida cruel y despiadada. Le tengo mucho cariño como para permitir que alguien le hiciera daño. Mi hermana me miró y me sonrió ampliamente.
—¡Onii-chan! Te noto cambiado.
—Ah, ¿sí? ¿En qué sentido? —pregunté. Los dos decidimos ir a mi coche. Iré a la joyería donde miré su página web.
