Donde caben 8, caben 11

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La reparación del IS Mysterious Lady estaba completa. Un cargamento de piezas de repuesto había llegado de Rusia, junto con una serie de nuevos paquetes. Instalación, ajuste y compilación. Esos le habían ocupado toda la mañana. Pero Tatenashi no suspiraba por eso.

"¿Qué voy a hacer?"

Stella la habia ido a visitar hasta hace unos momentos y sin esperarlo esa mujer habia jugado y burlado de ella. Ahora entendia porque Santiago era tan paciente con sus bromas

Esto es un desastre... Ella había prometido que la ganadora junto a todo su equipo serían trasladadas a la clase de Santiago y la líder se mudaría al cuarto de Santiago, incluso si eso significaba mover muchos hilos.

Debido a que Stella gano, Stella habia hecho que todas las pilotos IS de primer año fueran cambiadas a su clase. Pues al final de cuentas, que todas las pilotos IS tomaran clases de Orimura Chifuyu sin duda seria lo mejor

-Ahh~

Cuanto más lo pensaba, más palpitaba su corazón. Se sentía celosa de ser la única excluida al ser un año más grande. Justo cuando decidió olvidarse de todo y levantarse de la cama, un golpe inesperado sonó en su puerta.

-¿Hola? - dijo aquella voz débilmente.

Esa voz hizo añicos la concentración que le quedaba.

-Tatenashi, soy yo Santiago. ¿Tienes un minuto?

Su corazón latió lo suficientemente fuerte como para saltar de su pecho.

-¡Espera un segundo!

Miró hacia abajo a lo que llevaba puesto, y al darse cuenta de que era sólo una blusa y ropa interior, intentó frenéticamente ponerse una falda al mismo tiempo que limpiaba los montones de ropa sucia que había por ahí. A veces, tener la suerte de tener un dormitorio para una sola no era nada fácil.

-¡Ah, maldición!

Tenía tanta prisa que había metido los botones en los agujeros equivocados, y su pecho se interponía en el camino mientras intentaba arreglarlos.

"¡Maldición! ¡No puedo dejar esperándolo mucho o sino de nuevo será acosado!"

La ultima vez que la visito, al tomarse su tiempo le dio tiempo a que sus compañeras de piso lo notaran y cuando abrió lo descubrió rodeado de chicas con la camisa abierta mientras las chicas tocaban su abdomen. Así que terminando apresuradamente, abrió la puerta.

-Hola. ¿Te desperté o algo así?

Bueno, definitivamente era Santiago. Y ella no tuvo ningún problema en que él decidiera visitarla. Pero ella quería meterlo dentro antes de que las otras chicas se dieran cuenta de que estaba allí.

-¡Entra! Voy a preparar un poco de té.

-¿Eh? Pero~

-¡Vamos, vamos!

Ella le dio un rápido empujón, medio forzándolo a entrar en su habitación. Incluso un contacto tan casual hizo que su pulso se acelerara. Una extraña ola de frustración la bañó.

"Mi corazón late tan rápido... Lo suficientemente rápido para que le duela el pecho."

El dulce sufrimiento amenazaba con abrumarla.

"Mantén la calma, mantén la calma. Sólo contrólate. Te pondrás bien."

-Um, ¿Katana? Creo que se te cayeron estos.

Pareciendo un poco incomodo, Santiago levantó una pieza de la lavandería sucia antes mencionada y, por supuesto, tenía que ser ropa interior.

-Eeeek! ¡Devuélvemela!

Re: Infinite StratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora