3. Pilar (Primera Parte)

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Nota: A medida que avanzaba el capitulo pasó lo que casi siempre me pasa "¿Continuar hasta escribir todo el cap del tirón? ¿O partirlo en partes para no hacer mas dura la espera? Opto por partirlo en partes, de todos modos es una cantidad de palabras que suple el tiempo de actualización. 

Disfrutenlo, porque aqui se empieza a formar la tormenta. 

7 años habían pasado desde el primer ataque con explosivos a Mondstadt, como había temido el rey, la nación de Snezhnaya se hizo con un yacimiento de pólvora y ayudados de alquimistas e ingenieros crearon sus propias bombas en una carrera armament...

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7 años habían pasado desde el primer ataque con explosivos a Mondstadt, como había temido el rey, la nación de Snezhnaya se hizo con un yacimiento de pólvora y ayudados de alquimistas e ingenieros crearon sus propias bombas en una carrera armamentística contra Liyue y su aliado. Mondstadt no fabricaba ese tipo de armamento, pero seguía prestando sus fuerzas a Liyue, para Barbatos las batallas eran cada vez más peligrosas y la mayor parte del tiempo se ocultaba en trincheras y refugios para escapar de la muerte, dejándose ver sólo cuando tenían la victoria asegurada.

Venti llevaba casi tres años fuera de su reino, ocupado con los ejércitos y dandole paz a Kaeya, o así habría sido si todo el viñedo del amanecer perteneciente a los Ragnvindr no hubiese tenido que evacuar de emergencia al igual que los ciudadanos de Mondstadt, cuando una caballería advirtió que la flota de Snezhnaya había logrado colarse en la desembocadura del Lago de Sidra, y que se estaban acercando para atacar la capital.

La gente tenía instrucciones de refugiarse en Espinadragon, una cordillera nevada al sur de Mondstadt, cuyas gélidas cavernas y su posición elevada servirían para ocultar a la población desvalida y darle ventaja de altura a los soldados designados para cuidarlos.

Diluc con sus 16 años cumplidos custodiaba a su familia y amigos de la mansión caminando por la parte trasera del grupo, acompañado de los caballeros que vigilaban a Kaeya sin un atisbo de menosprecio hacia ellos, y ascendiendo en conjunto la montaña en medio de una ventisca; Crepus iba en medio del grupo caminando y llevando las riendas de un caballo negro que transportaba a su hijo menor. Kaeya miró atrás sentado a lomos del corcel, agarrando la capucha de su capa para que no dejara escapar su largo cabello lacio; con desconfianza miraba a su hermanastro convivir con los caballeros de Favonius, y este de vez en cuando le devolvía esa mirada con seriedad, pero observandolo con detención, mientras imaginaba situaciones de heroísmo donde debía proteger al príncipe del peligro.

Al llegar a la cima vieron claramente el refugio de los ciudadanos de Mondstadt, quienes tenían centinelas para avisarles si se avecinaban enemigos o aliados; los habitantes del viñedo apresuraron el paso para unirse a los demás, allí podrían compartir provisiones y el calor de una fogata, que se veían forzados a apagar por las noches para no llamar la atención de los invasores. Kaeya bajó de su caballo y tomó sus riendas dándole una gentil caricia en el costado de su gran cabeza, el animal restregó la frente contra la mano del príncipe en señal de aprecio; Kaeya sonreía pacifico, la mayoría se quejaba del frio, pero el se sentía como en casa, tenía dos de las cosas que más le gustaban, un clima gélido y un adorable equino que acariciar, solo le faltaba la compañía de sus compañeros de clase más guapos para terminar de sentirse cómodo.

Bird Set Free/Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora