4. Preludio

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Nota: ¿Recuerdan las advertencias donde puse que este fanfic es un Kaeya x All, y que tambien habrá lemon chico x chico, chico x chica y chica x chica? ¿Se acuerdan tambien de que Kaeya es bisexual? ¿Y de que este fanfic toca temas muy duros y no aptos para sensibles?

Creo que necesito reiterarlo antes de que lean el capitulo, se que llegado este punto ya deben saber bien de que va esto, pero nunca está de más decir que si no les agradan ese tipo de cosas, es preferible no leer a disgustarse.

Si de todos modos no les molesta ese contenido, les invito a leer, l@s quiero mucho.

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9 años después...

Tras la última batalla con Snezhnaya en la que el enfrentamiento con cañones transportables causó bajas importantes en ambos bandos, la zarina propuso cesar las hostilidades por un tiempo reabriendo una mesa de diálogo; como era de esperarse Barbatos se había negado a negociar, lo que él quería no era detenerse, él siempre buscaba aplastar sin piedad a sus enemigos, por esa razón quienes quisieron optar por ser la cara de las negociaciones fueron mandame Ninnguang de Liyue y el Gran Maestro Varka de Mondstadt. Mientras ellos se dedicaban a hablar en territorio enemigo, Venti había vuelto hacía un par de meses al palacio, dejando una invitación abierta a Morax para pasar algunos meses juntos, este le envió una carta aceptando su propuesta, con la única condición de que lo dejara quedarse con todos sus hijos.

Un día más en un Mondstadt en tregua pero con un optimismo de victoria, un día más en el que Kaeya trataba de distraerse de sus pensamientos, deseando disfrutar de las pequeñas cosas que lo hacían sentir un poco más tranquilo; era un tanto difícil conseguir la paz a sabiendas de que Zhongli volvería para hacer su vida el doble de miserable, pero no le quedaba de otra más que cerrar los ojos y sentir el agua que lo cubría hasta la boca del estómago, sentado en el estanque de la misma habitación donde fue desvirgado por sus dos pesadillas. No ayudaba mucho percibir la presencia de Noelle, una joven mucama del castillo, que le había traído toallas pero que seguía parada cerca de la bañera, observando detenidamente el rostro, el cuello y el pecho del príncipe, mordiéndose un dedo y suspirando al fantasear con esa belleza difícil de creer.

Kaeya miró por la ventana de piedra, Mondstadt estaba radiante, la ciudad seguía alejada de la zona de conflicto principal, en la frontera de Snezhnaya, y era un tanto desesperanzador para el príncipe que el país aliado de su padre, y del que era oriunda su madre, estuviera debilitándose con el paso de los años, simplemente resistiendo, como él. Lo único que le quedaba para distraer su mente era darle un poco de atención a Noelle, que estando quieta fantaseaba mil cosas, Kaeya se preguntaba si la muchacha lo hacía para incomodarlo o simplemente tenía la cabeza en las nubes y no se daba cuenta de lo que hacía.

-Noelle ¿Trajiste lo que te pedí? - preguntó Kaeya sin mirarla, no necesitaba hacerlo para saber que estaba siendo observado por ella.

-¿Hm? ¡Ah cierto! ¡Aquí está! - exclamó la muchacha volviendo a la realidad, luego se acercó con las toallas y una bata para el príncipe, quedando de pie cerca de su hombro por fuera del estanque.

Bird Set Free/Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora