Apestas a Azkaban

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Llevo tres semanas desde que llegué a casa. El año ya había acabado y pronto entraría a cuarto año dónde las cosas se complican aún más.

Ya no somos niños.

Kreacher era quien estaba más feliz de que estuviera en la casa, remus siempre me veía hasta en la escuela. hablando de remus, el dejo su puesto como maestro en hogwarts y estaba tan feliz de no tener vigilancia el próximo año.

La casa seguía igual que siempre, mi cierto seguía totalmente igual a como lo deje ya que le pedí a kreacher que no moviera mucho para cuando volviera.
El solo entraba a limpiar y ventilar la habitación.

-¿Señorita Black?

Se escuchó detrás de la puerta de mi habitación acompañados de unos pequeños golpecitos.

-¿Si?

-Señorita Black, su papá llegó.

-¿Mi papá?

-si, el amo sirius está aquí.

Salí corriendo por las escaleras y vi a Sirius calentandose en la chimenea.

-¡papá!

-¡Hija! Que bueno verte -me dió un cálido abrazo- y adivina, me quedaré aquí desde hoy, ya no estaré huyendo.

-pero...¿Y el ministerio?

-cariño, el ministerio vino varias veces y están muy seguros que no estoy en Londres -se quitó sus zapatos- creen que me fui a Manchester o Gales.

-¿Y si vienen a ver de nuevo?

-no hay problema, Remus se encargará de parecer todo un dueño de casa y puedo convertirme en perro, no creo que vuelvan por aquí.

Kreacher entra al salón y le entrega unas toallas a sirius.

-bueno hija, me iré a duchar y kreacher, prepara la mejor cena para esta noche. No quiero que mi esposo me vea en estás condiciones cuando llegue... A todo esto ¿Dónde está?

-oh, faltaban unas cosas para la alacena y fue a comprar un poco al supermercado.

-ah... Está bien, me golpeas la puerta cuando llegue.

-bueno pa, ducharte que apestas a Azkaban.

Sirius entro al baño y yo acompañe a kreacher a la cocina para preparar la cena. Hicimos carne a la mongoliana y kreacher enserio se luce, hace unas decoraciones muy bonitas en los platos y unos postres exquisitos.

Yo no cocino mucho asique el me daba las indicaciones para que hiciera algo. La puerta de entrada hizo ruido de que se había cerrado y supuse que era Remus.

-¿Hanna?

-hola papá.

-¿Hola?... ¿Quien eres y que hiciste con mi hija?

-¿Por qué lo dices?

-solo cuando estás cariñosa me dices papá, algo que casi nunca pasa. Siempre me dices Remus.

-es verdad, tendré que evitar decirte papá porque sino tú y sirius se podrían confundir, no sabrán a quien le hablo.

-¿Ah? Ya me confundiste.

Colgó su chaqueta en el perchero y se sentó en el sofá a ver televisión.

-lo que quiero decir es que... Volvio -me miro y abrió sus ojos con asombro- tengo a mis dos papas viviendo juntos ahora.

Remus se paró y yo toque la puerta del baño.

-¿Sirius?

Sirius salió del baño en una bata, estaba limpio y afeitado.

-Hola cariño.

-Por Merlin, ahora sí seremos una familia.

Se besaron para luego abrazarse con fuerza. Sirius subió a la habitación va ponerse ropa limpia y Remus estaba en la cocina tratando de asimilar que su pareja y el vivirían juntos de ahora en adelante.

-Hanna, mi sueño más grande era vivir en esta casa con el junto contigo, ser una familia como la de la televisión.

-La de la televisión no es real.

-pero está si es real, ahora cuando despiertes verás a tu papá y a mi en la cocina desayunando y saldremos al parque, o, o, andar en bicicleta todos juntos.

-eso suena hermoso, solo hay que comprar bicicletas y enseñarte a andar en una.

-tomare ese riesgo. ¿Tu papá sabe de Harry?

-no, aún no le digo pero le diré cuando vea que con el tiempo las cosas con estables entre el y yo.

-¿Estables, a qué te refieres?

-que desde que estoy aquí no me a enviado ninguna carta y no contesta las mías.

-hija... El tiene unos tíos horrendos, si, me habló de eso y suena muy difícil enviar cartas con unos tíos como los de ellos.

-tienes razón, tal vez sea eso pero... No puedo evitar mirar a mi ventana esperando ver a Hedwig.

-ya llegará tu carta amor, ya llegará.

Después de tanto tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora