¿¡Arrastrado 𝐏𝐨𝐫 𝐔𝐧 𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨!?{𝔽𝕒𝕣𝕗𝕒ℝ𝕚𝕔𝕙}

Capítulo Six...

- Así que, ¿no 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐚𝐬 nada al despertar en dónde sea que 𝐡𝐚𝐲𝐚𝐬 despertado?- preguntaba 𝐁𝐨𝐛𝐢𝐜𝐫𝐚𝐟𝐭 mientras comía algunas 𝐩𝐚𝐩𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐜𝐢𝐝𝐚𝐬 y con su 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 algo confundida.

- Exacto, perdóname si no me 𝐚𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨 de mucho, no fue mi intensión...¿𝐦𝐚𝐭𝐚𝐫𝐦𝐞?- fingía el 𝐅𝐚𝐫𝐟𝐚𝐧𝐨 por su propio bien.

𝗡𝗼 𝗹𝗲 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗹𝗼́ 𝗹𝗮 𝘃𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱, 𝗻𝗼 𝗾𝘂𝗲𝗿𝗶́𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲́ 𝘀𝗮𝗹𝗶𝗲𝗿𝗮 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗼𝗹.

- No 𝐦𝐚𝐦𝐞𝐬, no digas esa última palabra 𝐧𝐢 otras que sean parecidas, no quiero hablar de lo que 𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫 te sucedió..., fue 𝐝𝐨𝐥𝐨𝐫𝐨𝐬𝐨..., ¿sabes?- decía el 𝐟𝐮𝐫𝐫𝐨 decaído. 𝐅𝐫𝐚𝐧𝐜𝐨 al ver esto, lo único que 𝐩𝐮𝐝𝐨 hacer fue decirle que ahora todo 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫𝐢́𝐚 bien, de que no se 𝐯𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐚́ a repetir la 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚.

- Creeré en tus palabras 𝐅𝐚𝐫𝐟𝐚, pero...,¿no les tendríamos que 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐫 a los demás hacerca de 𝐞𝐬𝐭𝐨?, digo, ¿volverás a tu 𝐜𝐚𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥𝐨 en el 𝐢𝐦𝐩𝐞𝐫𝐢𝐨 51?.

- N-no lo sé...por 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 no quiero que nadie sepa de esto, es que tengo algunas cosas de que 𝐚𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫𝐦𝐞, y sería 𝐢𝐧𝐜𝐨́𝐦𝐨𝐝𝐨- decía expresándose lo 𝐬𝐮𝐟𝐢𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 para que el otro lo comprenda.

𝗡𝗼 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗶𝗮, 𝗲́𝗹 𝗲𝗻 𝘃𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱 𝗻𝗼 𝘀𝗲́ 𝗮𝗰𝗼𝗿𝗱𝗮𝗯𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝘂𝗰𝗲𝗱𝗶𝗼.

- Uff, creo que 𝐧𝐨 se va a 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫...- decía mirándolo con una sonrisa 𝐭𝐨𝐫𝐜𝐢𝐝𝐚 de preocupación.

- ¿Que 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐞́𝐬 decir con que 𝐧𝐨 se va a 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫?, reverendo hijo 𝐝𝐞..., escupelo- lo señaló 𝐜𝐨𝐧 el rostro fruncido.

- jeh jeh, es que...hoy es 𝐦𝐢 cumpleaños y pues...tu 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐬 que por lo menos mis 𝐜𝐮𝐦𝐩𝐥𝐞𝐚𝐧̃𝐨𝐬 se hacen en 𝐜𝐚𝐬𝐚..., ¿verdad?- decía alejándose un poquito de 𝐅𝐚𝐫𝐟𝐚𝐝𝐨𝐱.

𝗔 𝗲𝗹 𝗳𝗮𝗿𝗳𝗮𝗻𝗼 𝗹𝗲 𝗱𝗶𝗼́ 𝘂𝗻 𝘁𝗶𝗰 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗼𝗷𝗼, 𝘆𝗮 𝗻𝗼 𝘀𝗮𝗯𝗶́𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗮́𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝗮𝗹 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝘁𝗼.

- Y cuando 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫𝐚𝐧 todos lo 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚𝐝𝐨𝐬?- decía intentando 𝐜𝐚𝐥𝐦𝐚𝐫𝐬𝐞 antes de 𝐞𝐱𝐩𝐥𝐨𝐭𝐚𝐫 de rabia, nervios, preocupación y muchas cosas más..., pero más 𝐧𝐞𝐫𝐯𝐢𝐨𝐬 en si- Oh..., y 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐳 𝐜𝐮𝐦𝐩𝐥𝐞𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐁𝐨𝐛𝐢, había oído hablar de eso, pero me lo 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐞 en el camino- hablaba con sinceridad.

- Gracias y, 𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬 llegarán 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚..., te diría que te 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, si no querés que te vean apenas 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫 al salón- mientras se levantaban de las sillas en las cuales se sentaron al 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐢𝐨 de su llegada, el 𝐭𝐢𝐦𝐛𝐫𝐞 sonó, y 𝐅𝐫𝐚𝐧𝐜𝐨 cayó en el suelo por 𝐭𝐫𝐨𝐩𝐞𝐳𝐚𝐫𝐬𝐞 con la pata de la 𝐦𝐞𝐬𝐚 al intentar dirigirse a las habitaciones de 𝐚𝐫𝐫𝐢𝐛𝐚.

- ¡Mierda!- se 𝐭𝐚𝐩𝐨́ rápidamente la 𝐛𝐨𝐜𝐚 con las manos por el 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐨- ¿me habrán 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐚𝐝𝐨?- preguntó con inquietud.