¿¡Arrastrado 𝐏𝐨𝐫 𝐔𝐧 𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨!?{𝔽𝕒𝕣𝕗𝕒ℝ𝕚𝕔𝕙}

Capítulo Nineteen...

𝐓𝐨𝐝𝐨 iba para el orto, ¡en serio!, me sentía 𝐦𝐚𝐥..., pero no de 𝐮𝐧𝐚 manera enferma, si no, 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞.

No, no es culpa de la 𝐩𝐮𝐭𝐚 piñata esa, es sobre 𝐄𝐥𝐑𝐢𝐜𝐡, ese tonto, no sé qué hacer con él, y ni 𝐪𝐮𝐞́ hará conmigo ahora.

Esto es muy 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐨, mi cabeza no deja de girar con 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 sobre ese asunto. Me están matando lentamente, ¡No puedo 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫 que paren!.

Mi corazón late 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞, acelerando 𝐦𝐢𝐬 circulaciones por el bombardeo.

Duele 𝐝𝐞𝐦𝐚𝐜𝐢𝐚𝐝𝐨..., no entiendo, no entiendo, no 𝐞𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨.

¿cómo pasó?..., ¿𝐂𝐨́𝐦𝐨?.

¿No lo sé...𝐨 si lo sé?, ¿acaso no veo la 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚 que se encuentra enfrente mío?, ¿No la noto 𝐨 no quiero saber nada de 𝐞𝐥𝐥𝐚?.

Mis manos tiemblan 𝐲 mi respiración se descontrola, pero 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 lo nota, excepto yo. Estoy 𝐬𝐨𝐥𝐨 de vuelta.

𝗦𝘂𝘀 𝗽𝗲𝗻𝘀𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝘃𝘂𝗲𝗹𝗮𝗻 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗷𝗮𝗿𝗼𝘀 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗻𝘂𝗯𝗲𝘀, 𝗽𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗻𝘂𝗻𝗰𝗮 𝘀𝗲 𝗱𝗲𝘀𝘃𝗮𝗻𝗲𝗰𝗲𝗻 𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗲𝗹 𝘁𝗮𝗰𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗮𝘀 𝗱𝗲𝗻𝘀𝗶𝗱𝗮𝗱𝗲𝘀, 𝗲𝗹𝗹𝗼𝘀 𝗻𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗲𝗻.

Miro al 𝐟𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 con nerviosismo, ¿qué 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫𝐚́ ahora?, no puedo dejar que esto siga sucediendo con el 𝐀𝐝𝐦𝐢𝐧.

Tendré que 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫 las cosas en claro, pero..., no puedo, no puedo ya que creo...que 𝐜𝐚𝐢́ en...¿en el 𝐚𝐦𝐨𝐫?.

Soy idiota, ¿en que pienso 𝐨 pensaba cuando estábamos 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬?

- Mierda...- baje el 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐦𝐞𝐧 de mi voz al darme cuenta 𝐪𝐮𝐞 lo dije en voz alta, mire a mis compañeros 𝐩𝐞𝐫𝐨 al parecer no me 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫𝐨𝐧 atención.

aproveché 𝐲 afloje mi conducta que se había salido 𝐮𝐧 poco de control.

Oía las 𝐡𝐨𝐣𝐚𝐬 caerse y moverse por el suelo al igual que la 𝐜𝐡𝐚𝐫𝐥𝐚 que estaban teniendo mis compañeros adelante 𝐦𝐢́𝐨.

- Está demaciado 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨, creo que no tuve que haberlo escondido en 𝐮𝐧 sitio como ese- se arrepentía 𝐁𝐨𝐛𝐢𝐜𝐭𝐚𝐟𝐭.

- Sos un pelotudo, 𝐩𝐨𝐫 eso lo llevaste lejos- contesté dándole un 𝐠𝐨𝐥𝐩𝐞 en la cabeza.

- 𝐅𝐚𝐫𝐟𝐚 tiene razón, ¿tenía que ser así de largo el 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨?- me siguió Conter fastidiado.

- Oigan, oigan, no es mi 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚 que todo el mundo se haga entre si 𝐩𝐫𝐚𝐧𝐤 de nivel 3 o 5 a 𝐜𝐚𝐝𝐚 rato y vean cosas que 𝐧𝐨 deben ver- dijo poniéndose de brazos cruzados- 𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬, ya llegamos, así 𝐪𝐮𝐞 no se quejen nenitas- pronunció burlón y, recibiendo 𝐝𝐨𝐬 golpes en la cabeza, no solo 𝐝𝐞 parte mía, si no, también de 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐞𝐫.