Capítulo Thirty-Four

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-¿Entonces enamorarme de ti fue solo un error?, ¿¡eso es lo que tratas de decir!?- me contestó la tía de pelo rosado con mucha rabia en sus ojos.

- Sí- solté en seco.

‹Por favor, no entiendo cómo se ilusionó tan estúpidamente conmigo, y sabiendo de antemano que no tenía intenciones de estar con nadie en ese período de tiempo... Y menos ahora› le sonreí con repugnancia y sin simpatía.

- Rich..- escuché un susurro de "mi dulzura".

Giré un poco mi rostro, ahora relajado al oír tu hermosa voz, viendo como me mirabas preocupado e incómodo.

‹¿Sucedió algo, amor?› me volteo lentamente, quedando a espaldas de la señorita.

- Farfadox...- te miré sin entender el llamado.

Agarraste mi mano con cuidado, elevando tu lindo rostros hasta poder ver mis ojos.

Estás triste..

‹¿Por qu-?› automáticamente mi pensamiento se esfumó en cuanto sentí tus labios sobre mi mejilla.

- Dulzura, ¿qué estás haciendo?- mi cabeza se estaba volviendo un descontrol.

‹¿Y eso qué fue?›

- Ricardo.. y-yo.., no me siento bien, necesito irme- sentenciaste algo agotado, soltando mi mano, pero siendo juntadas otra vez por mí.

‹¿No te sientes bien?›

‹Tranquilo, yo estoy aquí, puedes contar conmigo.›

‹No quiero dejar que te vayas.›

‹No puedes irte.›


- Quédate... espera a que yo termine con ella, y podremos irnos juntos- te susurré angustiado.

Tardaste un poco en decidir, pero aceptaste.

- ¡Vosotros de allá!- señalé Gona, junto al de vestimenta amarilla y negra, quienes se encontraban corriendo hacia nosotros.- Tengo que ir a atender algo serio, llévenla al juzgado para darle una lección directa a la cárcel, junto a los demás responsables. Y que no se les escape como la primera vez ¿entendieron?- ignoraba todos los gritos y mal vocabulario de parte de Nia.

- Sí, entendimos- habló Gona89, seguido de un asentimiento de parte de Amilcar.

Dejándolos a todos atrás y dirigiéndome con "mi vida" a un lugar tranquilo.

- ¿Qué tienes?- te pregunté, parándome enfrente tuyo y mirándote extrañado.

- No sé cómo explicartelo..- decías nervioso- Rich, no creo poder seguir con lo nuestro ¿Sabes?- desviabas la mirada.

‹¿Qué?›

‹No, no, no, yo no te eh hecho nada para que no quieras seguir› frunci mi frente.

-¿Por que dices eso?-

‹¡Te amo! y te quiero soltar a ti ¿Cómo no vas a poder seguir con esto? ¿Por qué? ¿Por qué no quieres?›

¿¡Arrastrado 𝐏𝐨𝐫 𝐔𝐧 𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨!?{𝔽𝕒𝕣𝕗𝕒ℝ𝕚𝕔𝕙}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora