Arabella abrió los ojos y sintió como si hubiese dormido durante años.
Estirándose sobre el sofá, parpadeó un par de veces hasta que se despertó del todo.Una vez en pie, se acercó a la habitación de Elliot, pero él no estaba allí. Quizá estaba en aquello que él llamaba cuarto de baño.
—¿Elliot?
Abrió la puerta con cuidado y se quedó sin aire tal y como le vio.
Su respiración se volvió más pesada y sintió como su cuerpo reaccionaba ante la visión de él con apenas un trozo de tela cubriendo su cuerpo desnudo.—Lo siento. Ya termino. Puedes ducharte si quieres.
Lo pensó. Quizá no era mala idea.
Pese a que con sus poderes podía calentar fácilmente el agua cuando tomaba un baño, la idea de no tener que hacer nada más que quedarse bajo una cascada caliente, la tentaba mucho.—Hay más toallas en ese armario. Tómate tu tiempo. Prepararé algo para comer.
Una vez a solas, se quitó la ropa y la dejó sobre el mueble.
Abriendo el armario donde estaban las toallas, cogió una y miró con curiosidad las botellas que estaban guardadas allí.Destapó una de ellas y se maravilló con el olor que desprendía. Quizá podría tomar un baño después de todo y dejar que su piel absorbiese ese perfume.
Una vez la bañera estaba llena de agua, echó unas gotas de aquel embriagador jabón y se deslizó dentro dejando escapar un suspiro de pura satisfacción.
Realmente había extrañado aquella sensación.Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra uno de los bordes. Tan agradable como lo recordaba, permitió no solo a su cuerpo, sino también a su mente que dejasen ir toda la tensión que habían ido acumulando desde que regresó.
Sabía que él estaba allí, tras la puerta, esperando por ella y que si no salía pronto, tomaría el control del cuerpo de Elliot y entraría.
<<No puedes mantenerme fuera, Arabella. Lo sabes.>>
Quizá tenía razón, pero podía intentarlo.
<<Y no soy yo quien va a entrar. El humano te desea. Soy lo único que impide que cruce esa puerta.>>
Se preguntó cuanta verdad habría en sus palabras.
<<Nunca te he mentido.>>
Sin embargo le ocultó cosas.
Alejando su voz de su mente, decidió usar su tiempo en algo mucho más acorde a como se sentía.
La imagen de Elliot apenas cubierto no había salido de su mente y sabiendo que ÉL sabría perfectamente lo que estaba haciendo, dejó que sus manos vagaran por su piel, hasta sus pechos, tersos y firmes, anhelando el contacto.Presionó sus muslos cuando una breve descarga de placer la recorrió dejando escapar de sus labios entreabiertos un gemido que podría haber puesto de rodillas incluso a un Dios.
Dejó entonces que una de sus manos se deslizara aún más abajo, centrándose en el vértice entre sus piernas, encontrando su núcleo húmedo y necesitado. Demasiado tiempo sin sentir una caricia.
Invocando imágenes en su mente, de pronto no estaba sola allí. Un cuerpo fuerte y grande se posaba sobre ella.
Incluso sin abrir los ojos sabía de quien se trataba. Su olor era inconfundible.
Su aspecto podía ser el de un simple mortal, pero su alma estaba fuertemente aferrada a alguien mucho más poderoso y toda esa oscuridad y poder estaba sobre ella mientras se adentraba en su cuerpo, llenando un vacío que había sentido toda su vida, poseyendo su cuerpo, su mente y su alma y mientras sus dedos tomaban fuerza, su imaginación también lo hacia.
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Arabella
FantasiCuando lo más importante en su vida le es arrebatado, Elliot cae en la más absoluta desesperación. Una noche, mientras trata de olvidar, escucha a dos hombres hablar sobre una misteriosa reliquia que puede devolver la vida de aquellos que han muerto...