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VENUS ABRIÓ MUCHO LOS OJOS. SE QUEDÓ SIN ALIENTO, JADEANDO, MIENTRAS SE INCORPORABA. La cabeza le daba vueltas a izquierda y derecha mientras intentaba comprender lo que la rodeaba, y fue entonces cuando por fin lo comprendió todo.
Después de golpearse la cabeza contra la mesa, estaba profundamente dormida, pero nada estaba oscuro cuando dormía, sino que su cabeza estaba llena de sueños, de recuerdos. Todo había resurgido. Era como si al golpearse la cabeza, sus recuerdos se hubieran puesto en marcha.
Recordó la primera vez que vio a Thomas. Lo habían traído a CRUEL junto con los demás, y llevaba una camiseta blanca con un pantalón de chándal gris. No intercambiaron palabra, pero sus ojos se encontraron con los de él. Venus recordó haber ayudado a Thomas y a todos a escapar de CRUEL, recordó cuando conoció a Brenda, y a Jorge.
Y recordó su primer beso - con Thomas. Estaban en el Brazo Derecho, y no sólo eso, sino que recordó los acontecimientos que ocurrieron antes de que Thomas fuera enviado al laberinto, recordó que ella y Thomas habían dado todas las coordenadas de cada recinto de CRUEL al Brazo Derecho.
Y entonces, el pensamiento de Teresa vino a la mente - Teresa que los había traicionado. Y entonces Venus se dio cuenta de que era culpa de Teresa - ella fue la que dejó que CRUEL se llevara a Minho y a Venus. Teresa fue la responsable de que CRUEL se llevara los recuerdos de Venus, y ante esto, Venus sintió que le hervía la sangre.
Sin embargo, no podía quedarse ahí sentada, repasando todo lo que recordaba. Tenía que recuperar a Minho.
Se levantó de la cama improvisada y se puso los zapatos que estaban en el suelo. Seguía mareada, desorientada, y no sabía si era por todos los recuerdos que giraban en torno a su cabeza o por el golpe que había recibido.
Levantó la cabeza cuando la puerta se abrió lentamente y, cuando sus ojos se cruzaron con los de Thomas, sintió un alivio instantáneo. Parecía tan cansado, pero tenía una sonrisa dibujada en la cara, una expresión de alivio al ver a Venus.
—Estás bien—.Respiró, y antes de que Venus pudiera decir nada, la envolvió en un fuerte abrazo. Una cálida sensación la invadió, y se sintió tan tranquila envuelta en sus brazos.
—Tengo que decirte algo—.Murmuró, apartándose ligeramente de Thomas cuando sus ojos azules se encontraron con los marrones de él. Parecía preocupado, y Venus tragó saliva, sin saber por dónde empezar o cómo explicárselo. Sin embargo, respiró hondo:—Lo recuerdo.Lo recuerdo todo, incluso antes de que te enviaran al laberinto. Lo recuerdo—.
Thomas miró aliviado, tenía una sonrisa genuina dibujada en la cara, y sus ojos se iluminaron, el color marrón miel tan perfecto, que Venus sintió que podía ahogarse en ellos.
