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—¿ESCUCHASTE ESO?—THOMAS caminó por delante, con la mente puesta en el entorno que les rodeaba, pero Venus se detuvo cuando lo hizo Brenda.
—Thomas, espera—.Venus lo siguió, Brenda se sentó en el suelo, respirando con dificultad.
Venus seguía en estado de shock, aún temblando por los acontecimientos ocurridos unos minutos atrás. Todavía sentía su corazón latir con fuerza al pensar que estaba colgada a más de cien metros de altura y que su único lugar seguro era Thomas.
Él había conseguido levantarla, abrazándola. No dejó caer ninguna lágrima, estaba tan conmocionada que apenas podía mostrar ninguna emoción.
Y ahora, aquí estaban los tres. Habían salido del edificio maldito, ahora en tierra firme. Venus, sinceramente, no sabía muy bien qué esperar, no sabía qué iban a encontrar a continuación ni qué iba a pasar, pero lo que sí sabía era que tenían que llegar hasta sus amigos lo más rápido posible.
—¿Estás bien?—Thomas se encontraba ahora junto a Venus, frente a Brenda. La chica parecía un poco agitada, Venus pensó que debía ser por su encuentro con los cranks, pero oh, qué equivocada estaba.
Cuando Brenda se subió los leggings, Venus se quedó con la boca abierta. Una marca de mordedura era evidente en su pantorrilla, con pequeñas gotas de sangre goteando. La herida tenía un aspecto extremadamente horrible.
—Mierda, cómo...—
—Cuando intenté patear al crank a Thomas, me clavó los dientes—.Brenda me cortó en seco, su respiración agitada mostraba su malestar.
—Brenda...—La voz de Thomas era suave, sus ojos escaneaban las marcas en su pierna. Estaba preocupado, cualquiera lo diría, y Venus también.
—Sí, sí, lo sé—.Brenda miró a Venus y a Thomas durante un rápido segundo, y continuó envolviendo la herida con un trozo de tela rasgada.
—Hay que buscar a Marcus—.Se puso en pie, Venus tragó ligeramente. Brenda sólo llevaba media hora con la mordedura y ya parecía enferma. Las ojeras no pasaban desapercibidas para Venus, y su piel pálida era otra cosa.
Venus lanzó una rápida mirada a Thomas, mostrando su preocupación, antes de seguir a la chica.
Cuando finalmente salieron del callejón en el que se encontraban, Venus lo asimiló todo.
Había gente real repartida por las calles, pero el lugar seguía siendo un desastre. Desde coches quemados y tirados en sus techos, hasta chatarra esparcida por ahí.
Venus y Thomas compartieron una rápida mirada, ambos nunca habían visto esto antes, o tal vez sí, cuando eran pequeños, antes del fin del mundo.
A Venus le resultaba extraño ver gente, gente además de los empleados de CRUEL. La gente, sin embargo, iba vestida con ropas rasgadas, sus rostros sucios y sus cabellos revueltos le dijeron a Venus que estaban colgando de un hilo, el mundo estaba siendo extremadamente duro con ellos, pero ¿qué podía esperar? Todo se fue a la mierda y esta gente, los supervivientes, no tuvieron más remedio que seguir con sus vidas.
