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LOS OJOS DE VENUS SE ABRIERON LENTAMENTE, ENCONTRÁNDOSE CON EL TECHO DE MADERA que le devolvía la mirada. El sofá en el que estaba tumbada era más cómodo que la cama que tenía en CRUEL.
—Me alegro de que por fin te hayas despertado—.
La respiración de Venus se atascó temporalmente en su garganta por el susto, el corazón se saltó varios latidos mientras sus ojos escudriñaban la habitación, antes de posarse finalmente en una figura sentada en una vieja silla de cuero. Newt.
Ella sabía quién era, él le habló durante bastante tiempo antes de que ella tuviera su conversación con Thomas. Sabía que tenía que haber sido amiga de Newt también, aunque no podía recordarlo.
—Uhm - qué estás...—
—Tenemos una misión—.La cortó en seco, encendiendo ahora la linterna que estaba sobre la mesa a su lado, la luz anaranjada cayendo sobre su rostro, la oscuridad de la habitación disminuyendo ligeramente.
Venus levantó las cejas, sentándose más erguida mientras esperaba que Newt continuara.—Verás, Thomas se va a escabullir de aquí en unos... diez minutos—,Venus frunció el ceño, sin captar realmente la explicación de Newt, pero no le interrumpió, esperó a que continuara tímidamente.
—Va a la Última Ciudad, Denver, a salvar a Minho, cree que va solo, pero por suerte para él, no es así y por desgracia para nosotros, vamos a tener que acompañarlo—.
Venus estaba muy despierta ahora, escuchando atentamente el plan de Newt mientras lanzaba sus piernas fuera del sofá, sus pies aterrizando con seguridad en el suelo de cemento.
No tuvo que hacer ninguna pregunta a Newt. El plan era sencillo. Y no había manera de que ella se opusiera a ir con ellos, ella quería - necesitaba salvar a Minho, él la había salvado, y era justo devolver el favor.
—Fantástico—.Newt sonrió. Venus se puso sus botas de cordones, bastante desgastadas, cortesía de CRUEL, mientras tomaba la delgada chaqueta que yacía en la silla junto a ella.
Sin embargo, Venus tuvo que admitir que no entendía por qué Thomas iría solo a una misión tan peligrosa. Le dijo con insistencia que quería ayudar a salvar a Minho, estaba ligeramente enojada con él por excluirla no sólo a ella, sino también a sus amigos aparentemente más cercanos de su plan.
Encogiéndose de hombros en sus pensamientos, se giró hacia Newt, —vamos—.
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Venus se sentó en el asiento trasero del Jeep, Sartén en el asiento del conductor. Newt estaba fuera, con la espalda pegada al vehículo, mientras esperaba a Thomas.
