capitulo 3

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Un carruaje grande y elegante se podía ver pasar por el sendero, dentro iba Wen Rouhan junto a sus dos hijos. Justo al lado montando a caballo iba Lan Wangji y, detrás de todo, iba una carreta repleta de esclavos Neiths que el Wen acababa de comprar, dentro de esos esclavos iban los Jiang y Wei ying.

Los Jiang estaban felices de que Wei ying pudiera estar con ellos, aunque primeramente no quisieran estar ahí, estar juntos era un rayo de sol en su tormenta. Los Jiang menores seguían muy afectados por la muerte de su madre, y Wei ying los tenía abrazados tratando de darles apoyo y animarlos cuando de la nada tuvo un mareo que casi lo hace desmayarse.

Jiang Cheng reacciono rápido atrapándolo en sus brazos y gritando su nombre, él sabía que su hermano estaba débil por los castigos impuestos por su llamada rebeldía por lo que conocía bien que había provocado el casi desmayo de Wei ying

Lan Wangji al escuchar el alboroto se acercó rápidamente con su caballo, muy preocupado pregunto – Wei ying! ¿Qué paso? - y el Jiang menor enojado por la, a su parecer, ridícula pregunta le gritó – ¿Qué más va hacer? El hambre, la sed, ¡¡¡hace días que lo tenían encerrado sin nada que comer!!!- el alfa al escuchar eso rápidamente saca una cantimplora con agua y algunas frutas de su bolso y se las entrega a una de las jóvenes de la carreta, que precisamente era Yanli, diciéndole que le dé algo a Wei ying y que el resto lo repartan, luego de eso se va a paso veloz con su caballo para acercarse al carruaje.

-Señor Wen, el Neith Wei ying se encuentra muy débil, le pido permiso para llevarlo en mi caballo más rápido a la hacienda para poder atenderlo- pidió con la esperanza de poder ayudar un poco al omega.

Wen Rouhan después de pensarlo respondió -Bien, puedes llevarlo a caballo, pero si algún otro Neith cae da la orden que le disparen y lo dejen en el camino para los cuervos- y aunque Lan Wangji asintió con la cabeza no tenía pensado dar la orden, para él los Neith era personas normales como cualquier otro y si, tenían orejas y colas, pero no por eso creía que los debían tratar de esa forma. Y lamentablemente fue esa forma de pensar la que lo separo de la que se hacía llamar su familia.

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Claramente los esclavos fugitivos, como Jiang Fengmian, fueron llevados a recibir su castigo, recibieron 20 latigazos cada uno, los Jiang menores y Wei ying lloraron por Fengmian y este trataba de calmarlos asegurándoles que estaba bien y que casi ya no sentía dolor. Al final fueron tantos los esclavos castigados que cuando terminaron el día ya llegaba a su final, por lo que solo les mostraron donde vivirían y los enviaron a dormir.

Al día siguiente empezaron a asignarles los que serian sus obligaciones en la hacienda, a los omegas Neiths principalmente se les asignaron labores dentro de casa.

A Wei ying se le asigno la limpieza de la casa, lo cual no lo encontraba un trabajo tan pesado, al menos no lo mandaron a la cocina si no la cantidad de castigos que recibiría seria abismal, así que no se quejaba. Lo que si lo molestaba horriblemente era sentir la mirada del señor Wen sobre él todo el tiempo, lo ponía nervioso y por eso trataba de evitar estar cerca de él.

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Así los días fueron pasando, Wei ying pasaba casi todo el día en el interior de la casa, a veces tenía tiempo de ver a sus hermanos, los cuales fueron asignados en las cocinas lo cual agradecía porque así no estaban en la mira del señor Wen quien nunca se aparecía por allí. Al joven alfa de ojos dorados no lo había vuelto a ver, por lo que se enteró de parte del resto de Neiths, que llevaban más tiempo en la hacienda, el alfa se encargaba de la supervisión de los campos de recolección lo cual le explico la razón de haber vuelto a topárselo. Wei ying no entendía su curiosidad hacia el alfa, del cual había olvidado su nombre, pero tampoco decidió darle mucha importancia.

Un día, se le acerco la esposa del señor Wen y le dio la tarea de lavar la ropa, se le hizo raro que lo mandaran fuera de la casa, pero sabía que no debía cuestionar, así que sin más junto la ropa que debía lavar y partió a cumplir la tarea. Claramente debió suponer que algo malo pasaría.

No paso ni media hora desde que empezó a lavar cuando sintió unas manos agarrarlo por detrás, exaltado se dio la vuelta y se encontró con Wen Rouhan, este le dio una sonrisa que le puso todos los pelos de punta y luego lo estrello en la pared.

-por fin solos, cariño, llevabas tiempo escondiéndote- empezó a dejar besos por su cuello mientras Wei ying trataba de soltarse de su agarre

-suélteme maldito desgraciado, no me provoque o vera de lo que soy capaz-dijo casi gruñéndole, pero apenas termino de decir eso sintió una mano agarrando fuertemente su mandíbula. el desgraciado era fuerte, muy fuerte.

-yo que tu no me negaría Neith, puedo ser muy bueno cuando quiero, pero también muy severo cuando se requiere. Confió en que pienses muy bien en tus acciones, no estás en posición de negarte a mí, si te comportas como se debe puedo pensar en buenas recompensas para ti- su agarre se iba haciendo cada vez mas fuerte con cada palabra que pronunciaba, al final Wei ying bajo sus manos y se quedo completamente quieto.

Wen Rouhan, viéndose ganador y ya imaginándose el saber de esa piel pálida, empezó dejar mas besos, mientras sus manos iban bajando, mancillando el cuerpo que tenía aprisionado contra la pared. Tan concentrado estaba en su tarea que no previno el golpe en la entrepierna que de la nada Wei ying le proporciono.

Una vez libre, Wei ying agarro un palo que había cerca y le dio un fuerte golpe al Wen, lo cual lo desoriento unos segundos, los cuales Wei ying aprovecho para correr a la casa, no pensaba en las consecuencias de lo que había hecho en ese momento, solo quería estar lo más lejos posible del alfa.

Por casualidad, al llegar a las puertas de la casa, se encontró con Madam Wen, ¡la cual al verlo tan exaltado le hablo preocupada -cariño! ¿Estás bien? ¿Qué sucedió? - Madam Wen era una de las que mas tiempo pasaba con Wei ying y este logro ganarse su aprecio con su personalidad juguetona. Ella no era tonta, y ya había notado las miradas de su esposo hacia el omega, conocía al hombre con el que estaba casada asique ya sospechaba lo que pudo provocar el estado del omega.

-Madam, él señor Wen... él- Wei ying realmente iba a decirle todo a la señora Wen, conocía ya su carácter y si había alguien capaz de mantener a raya a Wen Rouhan era ella, pero fue interrumpido por el susodicho

-cariño!, el omega solo se asusto con un gato que pasaba cerca, no pasa nada-

- ¿un gato, querido? ¿Me estás diciendo que el pobre esta así de exaltado por un gato?

-si bueno, ya sabes lo asustadizos que son, el gato apareció de la nada y se asustó-

-entiendo...puedes regresar a tus labores Wei ying, yo me encargare de que ese gato no vuelva a molestarte- dijo Madam Wen si despegar la vista de su esposo.

Wei ying, con una mirada de odio dirigida a Wen Rouhan, dijo -se lo agradecería Madam, con su permiso- se puso de pie y se fue.

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