Neiths

Capítulo 18: Historias del pasado.

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Casi diecisiete años atrás, la hacienda Wen se encontraba en caos, Wen Zhuliu tenía ordenes que seguir, cosa para nada nueva para el capataz por mas que lo quisiera o no, pero no le era particularmente agradable contemplar los lamentos de una familia al separarse.

La familia Jiang se despedía, acababa de ser dada la noticia de que la mayoría de ellos serían vendidos, sin certeza del futuro que a cada uno de ellos les esperaba. Si bien no era algo que Wen Zhuliu haría, no comprendía el profundo pesar que sentían al fin y al cabo todos seguirían vivos, ser puestos en venta no era algo fuera de lo común para los Neiths y él suponía que todos ellos ya tenían claro sus destinos, aun así, por respeto se mantenía alejado dándoles espacio.

Jiang Fengmian, el mayor de ellos, intentó actuar de soporte y mantenerse sereno ante la situación, pero su mente no podía dejar de pensar en lo que seria la vida de sus hijos, sobre todo del omega que quedaría solo en la hacienda y en un estado tan vulnerable.

—todo esto es mi culpa, no saben cuanto lo siento— lloraba Wei ying de la mano de su hermana. todos ellos negaron, sin querer que el otro cargara con culpas que no le correspondían — si es mía, si tan solo no hubiera sido tan irresponsable... ustedes no merecen esto, a mi deberían sacarme—

La única alfa que quedaba en la familia apretó mas fuerte su mano —a-Xian no tiene la culpa de esto, ese hombre solo quiere causar mal, y ya sea que esto pasara o no él hubiera hecho lo mismo—

—a-Jie tiene razón, si bien si fueron irresponsables tú y ese alfa de piedra calentur...— Jiang Cheng bajo su voz al notar que su hermano se afligía más, respiro hondo para controlar el regaño que aun tenia atorado por el bebé que venía en camino —no tienen la culpa de esto, te defendiste de Wen Rouhan y eso es valiente. De alguna u otra forma nos volveremos a ver, pero para eso todos debemos sobrevivir, más ahora que tienes un renacuajo al cual cuidar—

Wei ying se echó a llorar, maldecía todo y a todos en su cabeza, a Wen Rouhan, a su naturaleza, a su idiotez, su género, incluso a sus hormonas descontroladas que ahora lo hacían desmoronarse cuando sentía que él era el que menos derecho tenía.

son su tío y sus hermanos a quienes echan, son ellos, quienes ningún error cometieron, a quienes sacan a patadas, son ellos quienes parecían siempre cargar con sus absurdos errores. Se repetía en su mente una y otra vez que, si tan solo no hubiera sido tan desafiante, si tan solo hubiera aceptado la oferta de Wen Rouhan, su familia no estaría ahora siendo vendida.

Sentía que les había fallado, como si su orgullo y terquedad los hubiese llevado a esta situación, nada le habría costado solo callarse ante las peticiones del Wen, su cuerpo y su vida es un precio que hubiera dado sin reproches si eso significara que su familia no hubiera sido condenada.

El omega de conejo sintió los brazos de alguien abrazarlo notando por el aroma que se trataba de su tío, Wei ying hundió la cabeza entre el hueco de su cuello permitiéndose llorar más, como si ese abrazo pudiera quitarle las ataduras y esconderlo.

—a-Xian, hijo mío, no te culpes por esto— Jiang Fengmian acariciaba su pelo, frotaba su espalda deseando quitarle los pesos de encima y cárgalos él. Deseaba que sus niñitos no sufrieran nunca —jamás serás el responsable de la codicia y la crueldad del señor Wen. Tú solo defendiste tu dignidad y tu libertad, nunca habrá algo malo en eso—