Alrededor de las estrellas [1]

[ Capítulo uno ]

[SERENA MITCHELL]

Sebastian

La gente especial es esa que brilla por sí sola. Es algo que siempre se ha sabido aunque otros intenten buscar excusas de su falta de capacidad.

Me gusta sobre pensar, incluso cuando aquello no es sano.

No es que busque martirizarme, pero cuando observas los detalles que son cotidianos cambiar por alguna razón, es fácil notar dónde está la piedra que estorba o que te obliga a saltarla. Y con el cambio, es fácil notar el miedo que se desencadena y olerlo es incluso más fuerte.

Siempre he sido de la clase de persona que adora los clichés porque a diferencia del resto, aparte de que sé que no son malos como otros aseguran, es divertido observar a la gente querer vivir por ello y creer por un mísero segundo que la vida no es tan amarga como parece.

Aunque si lo pienso así suena mal.

Como si fuera una persona anti-cliché que pretende no serlo, cuando lo realidad de las cosas es que adoro las historias fantasiosas dónde la vida es "color rosa" y aunque no sueño con vivirlas, me gusta leerlas, le da cierto sentido de drama a mi vida porque cuando se es estudiante el único drama que tenemos es la escuela.

Bajo el libro que tengo en las manos a la vez que a lo lejos logro ubicar el rostro de uno de mis amigos: Dean Salvatore, alguien verdaderamente caprichoso, carismático y alegre, además de tener un estilo extravagante que vienen siendo todo lo opuesto a lo que soy yo.

El olor a café despierta mis sentidos en un segundo cuando sujeto el vaso que Dean trae en sus manos y le sonrío agradecido por el detalle.

Si por mí fuera, viviría sólo de café.

La cafeína y el azúcar combinados provocan que mi cuerpo se mantenga de pie y si se suma el porcentaje de mis ganas de vivir, logran algo maravilloso. Podría parecer exagerado, pero no miento cuando digo eso, no encuentro más razones para despertarme temprano y no las encuentro porque no las hay, así de simple.

—Para ser británico no pareces realmente uno. —Se queja el pelirrojo a mi lado.

— ¿Qué es exactamente "ser británico", según tú?

—Ya sabes, ser una persona mañanera que disfruta de ser productivo y que no necesita de un café para dejar de parecer zombie, solo de un té. —Le doy un sorbo a la bebida y sigue burlándose de mí—. Además, ¿Dónde están tus modales refinados? ¿Acaso no saludas y dices "buenos días"? —Reclama—. No eres británico, Sebastian, solo un fraude.

Niega fingiendo decepción y no puedo evitar reírme.

—Eso no prueba nada. —Me quejo ahora yo y nos encaminamos hacia otro lado—. Es como si te dijera que no eres un Salvatore por ser alguien demasiado extravagante.