1. ¿Clásico?

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Semanas atrás.
Pov ______________:

Me sitúe frente al moreno, ambos nos mirábamos fijamente a los ojos, sin siquiera parpadear.

—No saldrás victoriosa —susurró.

—Si yo fuera tú, no subestimaría a nadie —ladeé mi cabeza, sonriendo ampliamente—. Incluso el más lento puede superar al más rápido.

Anton sonrió aún más.

Un silbato nos hizo salir de nuestra burbuja de rivalidad.

—No olviden que solo es un juego, no quiero rivalidades —advirtió el profesor de deportes con seriedad—. ¡Graham!

Exhalé, dejé de mirar a Anton para mirar al rubio, estaba fuera de la cancha deportiva, sin portar el uniforme de la clase.

Estaba sentado en un banca, leyendo.

—Otra vez él —bufó Anton.

—Arruinará el partido...de nuevo —concordó Damián mirando al rubio oji-esmeralda.

Me cruce de brazos, mirando fijamente al chico cuyas actitudes eran de lo más comunes en chicos como él. Antipático, asocial, engreído, reservado, callado y...frío.

Félix Graham de Vanily.

Todo un enigma para mi. Desde que lo conocí me pareció un chico realmente misterioso, he de admitir que me gustó por un tiempo.

Digo, ¿a quién no le gusta?, todas tenemos expectativas de su tipo pero él no es nada parecido a los personajes literarios.

Lo supe cuando me atreví a confesarle mis sentimientos y me rechazó olímpicamente.

Desde ese día me olvidé de él. Se corrió el rumor de que el nerd me había rechazado, ¡a mí!, Damián se ofreció a ser mi novio falso para callar a todos aquellos que reían de mi por culpa de Félix.

Y ahora, teníamos casi "tres meses" de relación. Anton era nuestro mejor confidente, su novia sin duda era nuestra cómplice, Leah.

Deje de ser el foco de atención, gracias al cielo.

—Es el tercer reporte que tendrá —advirtió el hombre con irritación ante la actitud despreocupada del rubio—. Su madre ha...

—Ya lo sé —interrumpió con desdén—. Pero no importa, hasta las últimas consecuencias.

—Hasta las últimas consecuencias —susurré con tono bajo.

Una sonrisa de ironía se dibujó en mis labios, es sencillo rechazarme, pero no es sencillo dejar de usar mis frases. Aquella frase se la dije antes de que me rechazara.

—¡Empiecen!

El silbato sonó, tomé el balón del suelo y se lo lancé a Anton, logró esquivarlo y percibí otro balón ir a por mi, alcance a quitarme para salvarme.

Tomé otro balón que rebotaba hasta que choque con Bridgette, una eterna enamorada de Félix, también rechazada pero que siempre insistía.

Admiraba la insistencia de la azabache, pero también me parecía un poco excesiva.

—Lo lamento... —se disculpó de inmediato.

Sentí como el balón me golpeaba en las piernas, me quejé y mire atrás. Anton chocó palmas con su equipo, incluido Damián.

Rodé los ojos, pase por un lado de la azabache y salí de la cancha.

Me cruce de brazos ligeramente indignada.

—Quita esa cara —dejé de mirar a la cancha, lo mire—, te saldrán arrugas.

—¿Y? —respondí—, no creo que eso te importe mucho.

Sus ojos esmeralda miraron los míos, me dedico una intensa e indescifrable mirada.

—Tienes razón, solo digo que a tu novio no le gustará tener una novia con arrugas —enfatizó con burla.

Reí con amargura.

—Ahora veo porque tú no sonríes —chasqueé mi lengua—. Eres demasiado vanidoso como para hacerlo, quién lo diría.

Frunció su ceño.

—No lo soy —respondió, se puso de pie y camino a mi, sitúandose delante—. Pero tú sí, insolente.

—¿Disculpa? —afronté con molestia, mirándolo a los ojos igual como él me miraba a mi.

—Disculpa aceptada —me miro de arriba-abajo—, insolente.

Recalcó.

—Jod... —el timbre sonó. Félix sonrió arrogante, dio media vuelta y se marchó, dejándome con la palabra en la boca—. Idiota.

Lo seguí con la mirada hasta que se perdió entre los demás estudiantes, al paso que iba, terminaría odiándolo tanto como nunca imaginé.

Bueno, no es tan complicado con su actitud.

Actualidad.

Abrace con fuerza los hombros del chico, aferrándome a su cuerpo como si mi vida dependiera de ello y realmente lo hacía.

—Dime dónde está tu novio ahora, ¿eh? —soltó con una risa, sosteniendo mi cintura con firmeza mientras que su otra mano se encontraba apoyada sobre la viga metálica frente a nosotros.

—Eh, ¿Londres? —mire abajo, me tensé y lo abrace más fuerte.

—Me asfixias —murmuró con voz baja—, ¿qué hace en Londres?, ¿no vino...?

—Odia los aviones —exclamé de prisa.

Félix no respondió, cuando la majestuosa Torre Eiffel dejo de temblar supuse que los héroes habían llevado la batalla a otro lado.

Suspire aliviada, afloje mi agarre en los hombros del rubio, sintiéndome menos asustada. Félix comenzó a soltar mi cintura con suavidad.

—Umh, grac...

Otro temblor sacudió la torre, tropecé y caí de espalda al vacío, grité por inercia, Félix me miro horrorizado, había estirado su mano para alcanzar la mía pero nuestros dedos solo se rozaron.

—¡No, ____________!

Félix no lo pensó dos veces y...se lanzó después.

Tomándome por sorpresa pese a estar cayendo al vacío, estiro su mano a mi, trate de alcanzarlo y cuando fue así, me sujetó con firmeza y algo frenó nuestra caída.

Vi que Félix estaba sosteniéndose de un bastón plateado, el héroe gatuno descendió con rapidez.

—Primero ella —soltó Félix cuando el chico estaba por ayudarnos a ambos—, ponla a salvo.

No quería soltar su mano, pero sé que tampoco toleraría por mucho tiempo, Chat Noir asintió, estiro su mano a mi, tuve que tomarla con mi otra mano libre y soltar a Félix.

Chat Noir me tomó con fuerza, abracé sus hombros y saltó al vacío, cayendo al suelo con una postura impecable. Corrió conmigo en brazos, dejándome en un lugar seguro.

—Ten cuidado, ¿sí? —pedí y el rubio sonrió.

—Lo tendré.

Corrió de vuelta a la torre, exhalé suavemente y mire hacía esa dirección, vi como Ladybug ponía a salvo a Félix quién le devolvió el bastón a Chat Noir.

Exhalé nuevamente y me oculté junto a las demás personas que estaban cerca, este viaje escolar resultó toda una aventura y eso que apenas estábamos en el día uno.

Restaban seis. ¡Seis días en París!

¿Qué podría resultar peor que esto?, espero nada.

Continuará.

AHHHHHHHHHHHHHHDHKDKDKDHD.

¿Obra de Félix?, obra de Félix. AHHHHJSKSKSKS.

/run in circles.

Softcore 《Félix Graham y tú》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora