Softcore 《Félix Graham y tú》

4. Fachada.

Pov _____________:

—Un...dos...tres —cantaba—, un...dos...tres.

Moví mi cabeza al ritmo de su canto, que en realidad eran conteos de los pasos de vals. Aquella profesora guiaba a sus alumnos en un bonito baile de gala frente al Louvre.

Fingí coordinar la suave música de salón que emanaba de una bocina, siendo la directora de la orquesta. Las chicas llevaban bonitos vestidos, algunos delgados otros amplios.

Los chicos llevaban trajes negros, elegantes y atrayentes. Era muy tonto desear algo así.

Pero, cerraba los ojos y me imaginaba bailando con un apuesto chico sacado de un libro. Perfecto.

Comencé a tararear la canción cuando me aprendí el ritmo.

Pero como todo buen rato, hay un fin.

Abrí los ojos, viendo a los nobles caballeros ayudando a las hermosas doncellas a escapar del caos que originó el malvado Monarch.

Apoye mi codo sobre mi rodilla, logrando acunar mi rostro sobre mi palma.

En una banca cerca de Louvre, me limite a observar el caos en el que se había convertido esa clase de vals.

—Dime Sass —murmure con voz baja—, ¿cómo es Monarch?

La pequeña criatura meditó sus palabras, escondido en el bolso de mi mochila, deje de mirar hacia el caos cuando vi a dos villanos. Una chica de traje naranja con el collar del zorro y un chico de traje azul marino con detalles púrpura con el broche del pavo real.

Tome mi celular y fui directamente hacia el archivo del grimorio. El que Nathalie nos había enviado hace meses, busque el miraculous del pavo real.

—Lo mejor será que te pongas a salvo —susurró Sass desde mi bolso.

—Debo obtener las demás joyas —mire fijamente el dibujo del portador del broche—, ¿tú no quieres eso?

—Si, si quiero.

—¡Cuidado!

Deje de mirar el celular, frente a mi se posó Chat Noir, girando su bastón.

—¡¿Qué haces aquí?!, ¡ve a esconderte!

Aquel akumizado estaba empeñado en darle una paliza al héroe frente a mi. Tome mi mochila, me la colgué y me puse de pie, retrocediendo lentamente.

—Ladybug no aparece —exclamó el héroe con pánico—, temo que haya sido víctima...

—¿No hay nadie más? —susurré con temor.

—No hay nadie más.

El dolor en sus palabras fue evidente, no había más héroes en los cuales apoyarse, trague saliva, con la respiración agitada. Salí corriendo hacia una entrada del Louvre, evitando ser una carga para el héroe francés.

Tan pronto cruce el pasillo de la salida de emergencia, hice aparecer mi traje y salí volando con rapidez. Esta vez, un casco de acero cubrió mi rostro, dejando suelto mi cabello negro.

Salí del Louvre observando el escaner que el casco había hecho, volé hacia el villano y lo llevé de largo, interrumpiendo su ataque a Chat Noir. Ambos atravesamos el cristal de una parada de autobús.

—Creí que no aparecerías —susurró el villano mientras se enderezaba, sacudí los cristales de mi traje—, Monarch tiene un trato para ti.

—¿De qué se trata, eh? —suspiré, viendo desde lo alto de un edificio a esos dos villanos con sus respectivos miraculous.